Cisma dem¨®crata en Nueva York tras el esc¨¢ndalo de las muertes por covid-19 en geri¨¢tricos

Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, el mismo que recibi¨® un premio Emmy por su ¡°dominio maestro¡± de la informaci¨®n durante la primera ola de la pandemia y escribi¨® un libro sobre su liderazgo en la gesti¨®n de la misma, se halla bajo el fuego cruzado del FBI y de la facci¨®n m¨¢s progresista de su partido, el dem¨®crata, por un caso de ocultaci¨®n de datos acerca de las muertes por coronavirus en los geri¨¢tricos del Estado. Tras rechazar inicialmente las acusaciones, Cuomo tuvo que reconocer esta semana que su Administraci¨®n falsific¨® el c¨®mputo por temor a una investigaci¨®n del Gobierno de Donald Trump motivada pol¨ªticamente.

Lo que empez¨® como un caso de supuesta mala praxis administrativa, revelado la semana pasada por The New York Times, est¨¢ derivando en un esc¨¢ndalo al borde del barro. Cuomo, que se ha visto forzado a aceptar que la cifra de muertos dobla la oficial (unos 15.000, frente a los 8.500 declarados), ha arremetido incluso contra uno de sus correligionarios, Rom Kim, legislador por el distrito de Queens -y destacado integrante de la facci¨®n progresista del partido-, cuya carrera, supuestamente, habr¨ªa amenazado con destruir despu¨¦s de que Kim le acusara de ¡°obstruir intencionadamente la acci¨®n de la justicia¡± y de evadir una investigaci¨®n federal. Cuomo le llam¨®, le grit¨® y amenaz¨® con acabar con ¨¦l, cont¨® Kim.

La sangre ha llegado definitivamente al r¨ªo cuando el alcalde de Nueva York, el tambi¨¦n dem¨®crata -y enemigo declarado de Cuomo- Bill de Blasio, se ha puesto del lado de Kim al manifestar que est¨¢ plenamente convencido de que Cuomo le amenaz¨® de esa manera. En declaraciones este jueves a MSNBC, De Blasio afirm¨® que ese comportamiento ¡°acosador¡± es t¨ªpico del gobernador y que lo ha sufrido ¨¦l tambi¨¦n. Un grupo de legisladores dem¨®cratas del Estado ha iniciado este mi¨¦rcoles el procedimiento para retirar a Cuomo los poderes de emergencia que le concedieron para gestionar la pandemia, tras demostrarse que durante un a?o el Estado no incluy¨® los decesos en hospitales en el c¨®mputo, y que se resisti¨® a proporcionar la informaci¨®n a legisladores y medios. El fiscal federal del distrito este de Nueva York y el FBI han abierto una investigaci¨®n preliminar.

La primavera pasada un informe de la fiscal general, Letitia James, ya responsabiliz¨® al Estado de ¡°maquillar¡± el balance de muertes por coronavirus en las residencias; en el c¨®mputo oficial no aparec¨ªan los decesos de ancianos que hab¨ªan sido derivados a hospitales. El mes pasado, la fiscal denunci¨® en otro que las muertes por covid-19 en geri¨¢tricos podr¨ªan ser hasta un 50% superiores a la cifra oficial (8.500, seg¨²n el Gobierno estatal), lo que ha obligado a Cuomo a rectificar, para muchos demasiado tarde.

A nadie extra?a la animadversi¨®n que se profesan Cuomo y De Blasio; sus diferencias son p¨²blicas y notorias y se han puesto especialmente de relieve en la gesti¨®n de la pandemia, con medidas antit¨¦ticas -por ejemplo, las relativas al cierre de establecimientos para evitar contagios- que llegan al extremo de utilizar dos m¨¦tricas distintas para calcular la prevalencia del virus. Pero esa punta del iceberg, ahora al rojo vivo, oculta una marejada de fondo, ¡°la lucha a muerte por el alma del partido dem¨®crata¡±, seg¨²n definici¨®n de un militante dem¨®crata progresista de Nueva York que declina ser identificado.

Es decir, una pelea a cara descubierta entre el establishment dem¨®crata, del que Cuomo, reelegido por tercera vez, es destacado representante, y la savia de la renovaci¨®n que hace suya el legado de, entre otros, Bernie Sanders. Que Cuomo recibiera en su d¨ªa el premio Emmy especial por su ¡°manejo televisivo¡± de la informaci¨®n sobre la pandemia, con conferencias de prensa diarias, no tiene nada de extra?o: su hermano Chris es uno de los presentadores estrella de la CNN, otro claro exponente del establishment dem¨®crata. Pero pertenecer al n¨²cleo duro, al sanctasanct¨®rum del partido, no le blinda ante la pol¨¦mica; al rev¨¦s, parece convertirle en un im¨¢n. Hace dos semanas se conoci¨® la renuncia en cascada de una decena de expertos en Salud P¨²blica, a la saz¨®n altos funcionarios del Estado, tras rechazar Cuomo los protocolos de vacunaci¨®n existentes para imponer, sin previo aviso, los suyos. El gobernador ha controlado desde marzo las decisiones sobre confinamientos o administraci¨®n de vacunas.

El cisma dem¨®crata est¨¢ servido: lo que a nivel federal se intuye sutilmente, ha eclosionado en Nueva York. Las elecciones a gobernador del Estado, previstas para el pr¨®ximo a?o y a las que Cuomo, en principio, va a concurrir -a la espera de saltar eventualmente a la arena pol¨ªtica nacional, apuntan algunos-, son vistas ya como el catalizador del cambio en el partido dem¨®crata. Grupos progresistas como Working Families Party, y un n¨²mero no peque?o de legisladores dem¨®cratas, dar¨¢n la batalla por el cambio, mientras el esc¨¢ndalo de las residencias se cierne como una losa sobre el futuro pol¨ªtico del controvertido Cuomo y su peculiar estilo de gobernar ejecutivamente.

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