¡°En Nicaragua hay una crisis generalizada de derechos humanos y de garant¨ªas a las libertades civiles¡±
Desde la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos temen que el presidente Ortega recrudezca la violencia y la persecuci¨®n contra periodistas en un a?o electoral
Nicaragua conmemor¨® este lunes el D¨ªa Nacional del Periodista en un ambiente de intimidaci¨®n, censura y violencia contra los periodistas de parte del Gobierno que encabeza Daniel Ortega. Desde abril de 2018, cuando se produjeron manifestaciones antigubernamentales, el r¨¦gimen ha llevado a cabo una larga lista de vejaciones contra el periodismo nicarag¨¹ense, que ha incluido la confiscaci¨®n de salas de redacci¨®n, allanamientos a hogares de periodistas y continuo hostigamiento contra redactores y directores de medios. Un panorama alarmante, como lo califican organismos internacionales de derechos humanos, que puede recrudecerse en a?o electoral. Pedro Vaca, relator especial para la Libertad de Expresi¨®n de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), alerta de un ¡°eterno agravamiento¡± de las violaciones contra el periodismo en el pa¨ªs centroamericano. ¡°Cuando creemos que ya hay un fondo en el deterioro de las garant¨ªas, registramos un hecho adicional que confirma que la situaci¨®n puede ser peor¡±, afirma Vaca en esta entrevista con EL PA?S.
Pedro Vaca asumi¨® la relator¨ªa en octubre pasado y desde entonces ¨¦l y su equipo han dado seguimiento continuo a las denuncias sobre hostigamiento a los periodistas. El ¨²ltimo hecho ocurri¨® el fin de semana, cuando Carlos Fernando Chamorro, director de la revista Confidencial, denunci¨® una nueva agresi¨®n contra integrantes de su equipo cuando cubr¨ªan un acto de un aspirante a la candidatura presidencial por la oposici¨®n. Los polic¨ªas retuvieron a los periodistas e incluso decomisaron sus libretas. ¡°Condenamos el cateo policial contra los periodistas de Confidencial. Hacer periodismo es un derecho. El espionaje policial es un delito¡±, denunci¨® Chamorro, quien ha sufrido personalmente la persecuci¨®n del Gobierno, despu¨¦s de que en diciembre de 2018 asalt¨® y confisc¨® la redacci¨®n de su revista, hoy convertida en una cl¨ªnica materna.
¡°Veo una situaci¨®n extremadamente preocupante para la libertad de prensa y en general para el ejercicio de las libertades civiles en Nicaragua. En ese panorama uno puede hablar de un despliegue de mecanismos muy sofisticados de censura¡±, explica Vaca en entrevista telef¨®nica. ¡°Nicaragua es uno de los pa¨ªses de la regi¨®n donde es com¨²n ver fuerzas policiales acosando, asediando a periodistas y medios de comunicaci¨®n. En este uso de la fuerza contra la prensa tambi¨¦n encontramos la ocupaci¨®n forzosa de instalaciones de medios de comunicaci¨®n y allanamientos sin ning¨²n tipo de asidero legal a residencias de periodistas en distintos lugares del pa¨ªs. Esto es grave, pero contrasta con un periodismo muy resiliente, valiente, que se niega a ceder ante presiones de censura¡±.
Una de las preocupaciones de la relator¨ªa es la manipulaci¨®n de la justicia por parte del Gobierno de Ortega, que la usa como arma para intimidar y castigar a las voces cr¨ªticas. ¡°No solo hablamos de una crisis de derechos humanos, sino que esa crisis ocurre en un entorno de erosi¨®n significativa del Estado de derecho¡±, dice Vaca. El relator hace referencia al caso del asesinato del periodista ?ngel Gahona, ocurrido en 2018 cuando transmit¨ªa por Facebook un enfrentamiento entre las tropas de antidisturbios y los manifestantes, para mostrar el doble rasero de la justicia nicarag¨¹ense. El reportero recibi¨® un disparo en la cabeza. Los colegas de Gahona en Bluefields repudiaron el asesinato y culparon a la Polic¨ªa Nacional, que desat¨® el acoso e intimidaci¨®n contra los reporteros que fueron testigos del hecho.
El crimen del periodista ha quedado en la impunidad y es una muestra del nulo inter¨¦s del sistema judicial nicarag¨¹ense en esclarecer los hechos violentos contra reporteros y cr¨ªticos con el Gobierno. ¡°Mientras se tiene un poder judicial lento, que no se ha aproximado a esclarecer este caso, que lo mantiene en la impunidad, que tambi¨¦n es lento para procesar los reclamos judiciales por la usurpaci¨®n y confiscaci¨®n de sedes de medios de comunicaci¨®n, ese poder judicial muestra rapidez para condenar a periodistas por la publicaci¨®n de informaciones de alto inter¨¦s p¨²blico, en contrav¨ªa de los est¨¢ndares interamericano sobre l¨ªmites a la libertad de expresi¨®n¡±, afirma Vaca. ¡°No nos explicamos por qu¨¦ la justicia es lenta para balancear o por lo menos analizar acciones arbitrarias como es la usurpaci¨®n de sedes de medios de comunicaci¨®n o esclarecer casos de asesinatos a periodistas y en cambio es exageradamente r¨¢pida para sancionar a voces disonantes¡±, agrega.
En ese contexto de represi¨®n contra la prensa los periodistas de Nicaragua se enfrentan a un a?o que plantea un nuevo reto en su profesi¨®n: la cobertura de un proceso electoral con Daniel Ortega controlando todas las instituciones y sin dar muestras de querer dejar el poder. Vaca afirma que teme que el acoso contra la prensa se recrudezca, sin que los reporteros tengan garant¨ªas de protecci¨®n. ¡°Hay una creciente estigmatizaci¨®n a los medios desde voces oficiales y en cargos de responsabilidad, que en s¨ª mismo es antidemocr¨¢tico, pero termina animando a algunos sectores de la sociedad afines a las autoridades a tomar acciones intimidantes contra periodistas. Aqu¨ª se ubica una variable muy preocupante para nosotros, que es la eventual normalizaci¨®n de este contexto. Tememos que se puedan normalizar como regla la censura y el ambiente intimidante, la autocensura y el miedo¡±, advierte Vaca.
El relator de la CIDH destaca, sin embargo, el coraje de los periodistas nicarag¨¹enses, que siguen informando a pesar de la violencia que sufren: ¡°Ser periodista en Nicaragua implica una alta dosis de valent¨ªa y de compromiso c¨ªvico y mientras eso exista no va haber iniciativa de restricci¨®n que pueda silenciarlos. Implica una labor muy dif¨ªcil, porque los costos personales, familiares, gremiales y sociales de hacer periodismo en un entorno tan restrictivo son enormes. Estoy absolutamente seguro que la reconstrucci¨®n a las garant¨ªas de las libertades civiles, que ojal¨¢ vuelvan a Nicaragua m¨¢s pronto que tarde, va a pasar por la existencia y la permanencia del periodismo¡±.
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