La ruptura con Orb¨¢n pone en peligro dos d¨¦cadas de dominio de los populares en la UE
El choque entre el este y oeste de Europa amenaza con extenderse a otras familias pol¨ªticas y provocar una escisi¨®n geogr¨¢fica del club comunitario
La ruptura del l¨ªder h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n con el Partido Popular Europeo amenaza con abrir una peligrosa brecha geogr¨¢fica dentro de la UE, con los pa¨ªses de Europa central y del Este aline¨¢ndose en torno a grupos de derechas y de izquierdas enfrentados con sus actuales hom¨®logos de Occidente. Por lo pronto, la salida del partido de Orb¨¢n, Fidesz, del grupo popular supondr¨¢ una erosi¨®n de la familia democristiana, que domina Bruselas desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Pero la sacudida h¨²ngara puede extenderse tambi¨¦n a los socialistas, el segundo gran grupo europeo, que cuenta con algunas formaciones sospechosas de escaso respeto al estado de derecho.
Orb¨¢n ha anunciado su intenci¨®n de plantar cara al PPE nada m¨¢s verse forzado a retirar sus eurodiputados del grupo popular en el Parlamento Europeo tras un cambio de las normas internas que apuntaba a la expulsi¨®n de Fidesz. El pasado jueves, tras romper con su antigua familia pol¨ªtica europea, el primer ministro h¨²ngaro proclamaba su intenci¨®n de ¡°construir una derecha democr¨¢tica europea que acoja a los ciudadanos europeos que no quieren emigrantes, que no quieren multiculturalismo, que no han ca¨ªdo en la locura LGTBQ, que defienden las tradiciones europeas cristianas, que respetan la soberan¨ªa de las naciones y que no ven sus naciones como parte del pasado sino de su futuro¡±.
La propuesta del h¨²ngaro supone una enmienda a la totalidad a los valores multiculturales e inclusivos que defienden con ah¨ªnco los partidos de izquierda y que han sido asumidos por casi todos los partidos conservadores en la parte occidental de la UE. Orb¨¢n se propone romper las costuras del PPE por el lado ultraconservador y nacionalista que ha surgido en muchos pa¨ªses europeos. Sus primeros contactos han sido en Italia, con la Liga de Matteo Salvini, y los Hermanos de Italia, de Georgia Meloni. Y previsiblemente buscar¨¢ aliados en Polonia, Ruman¨ªa o Eslovenia, entre otros pa¨ªses.
¡°Nos puede hacer mucho da?o, porque Orb¨¢n es listo, nos conoce muy bien y tiene mucho predicamento en los pa¨ªses cercanos a Hungr¨ªa¡±, confiesa una fuente del grupo popular ante la brecha que el primer ministro h¨²ngaro puede abrir en el flanco oriental de la formaci¨®n conservadora.
El PPE ha ganado las elecciones al Parlamento Europeo desde 1999 (cuatro legislaturas consecutivas), mantiene la presidencia de la Comisi¨®n Europea desde 2004 y logr¨® la presidencia del Consejo Europeo desde su estreno en 2009 hasta 2019. Los conservadores deben buena parte de ese poder al granero de votos de los 12 pa¨ªses que ingresaron en el club a entre 2004 y 2013, durante la gran ampliaci¨®n de la UE hacia el Este. En las elecciones europeas de 2019, el PPE obtuvo en esos pa¨ªses el 43% de sus 187 esca?os (incluidos los 13 de Orb¨¢n), cifra superior a la del grupo socialista (33% de los esca?os) o los liberales (29%).
La escisi¨®n geogr¨¢fica latente desde hace a?os y agravada por el descuelgue de Orb¨¢n amenaza con poner fin a dos d¨¦cadas de hegemon¨ªa conservadora en un enfrentamiento abierto entre los partidos occidentales de tradici¨®n democristiana y sus aliados de Europa central y del Este, m¨¢s proclives a tendencias iliberales o, incluso, autoritarias.
Antonio L¨®pez-Ist¨²riz, eurodiputado y secretario general del PPE desde 2002, reconoce que ¡°hay una cuesti¨®n con el este de Europa, debida en gran parte a que esos pa¨ªses vienen de una tradici¨®n distinta¡±. L¨®pez-Ist¨²riz advierte, sin embargo, de que la brecha entre Este y Oeste se extiende m¨¢s all¨¢ de la familia conservadora. ¡°Esa diferencia no entiende de ideolog¨ªas y afecta por igual a los grupos de derechas, centro o izquierda, lo que deber¨ªa tomarse como una se?al de atenci¨®n para todos¡±, se?ala el secretario general del PPE.
Shada Islam, fundadora de la firma de an¨¢lisis New Horizons Project y profesora invitada del Colegio de Europa, cree que las ideas de Orb¨¢n incluso se han extendido m¨¢s all¨¢ de su ¨¢rea de influencia geogr¨¢fica o pol¨ªtica. ¡°Seamos francos, la visi¨®n de Orb¨¢n de Europa como un club blanco y cristiano y su odio hacia emigrantes, musulmanes, jud¨ªos y gais no se limita a Fidesz, ha sido abrazada con m¨¢s o menos claridad por muchos partidos pol¨ªticos europeos considerados, digamos, normales¡±, se?ala Islam.
Los populares advierten que la salida de Orb¨¢n llevar¨¢ a elevar el list¨®n de exigencia en otros partidos, que tambi¨¦n albergan formaciones ultranacionalistas o euroesc¨¦pticas. El Partido Socialista Europeo ya congel¨® temporalmente en 2019 sus relaciones con el partido socialdem¨®crata (PSD) en Ruman¨ªa por su presunta falta de respeto al Estado de derecho. Las dudas tambi¨¦n se extienden a los socialistas de Eslovaquia, Bulgaria o Malta, donde el primer ministro socialista, Joseph Muscat, dimiti¨® tras el asesinato de la periodista Daphne Caruana, que investigaba casos de corrupci¨®n ligados a su Gobierno. Y en la familia liberal se encuentra el primer ministro checo, Andrej Bavis, acusado de conflictos de inter¨¦s por haber canalizado fondos europeos hacia un conglomerado industrial presuntamente controlado por ¨¦l mismo.
Orb¨¢n podr¨ªa postularse como catalizador de esas corrientes que a derecha e izquierda desconf¨ªan de la integraci¨®n supranacional que representa la UE y abogan por un soberanismo nacional rayano en ocasiones con el proteccionismo y la xenofobia. Boris Vezjak, fil¨®sofo y profesor en la universidad de Mariborg, en Eslovenia, duda que el primer ministro h¨²ngaro tenga ¨¦xito en la creaci¨®n de una verdadera alternativa. ¡°Fidesz puede acabar siendo marginal a ojos de la mayor¨ªa pol¨ªtica dentro del Parlamento Europeo y del p¨²blico en general¡±, se?ala Vezjak. ¡°Le guste o no ser¨¢ tratado como un partido m¨¢s radical y opuesto a los valores y principios democr¨¢ticos europeos. Jugar el papel de v¨ªctima no va a convencer a nadie¡±.
El objetivo de buena parte del PPE, en todo caso, era evitar esa amenaza exterior, aguantando el pulso con Orb¨¢n hasta noviembre de este a?o, para celebrar un congreso program¨¢tico en el que se decidiera el modelo a seguir durante la pr¨®xima d¨¦cada. Fuentes populares reconocen que en el partido conviven sensibilidades partidarias de un giro a la derecha similar al preconizado por Orb¨¢n, con el canciller austriaco, Sebastian Kurz, y el primer ministro de Eslovenia, Janez Jansa, como representantes destacados del ala dura. La elecci¨®n entre la tradici¨®n democristiana o la alternativa planteada por Orb¨¢n se hubiera resuelto, seg¨²n quienes defend¨ªan la f¨®rmula del congreso, de manera ordenada y debatida, y no abrupta como ha ocurrido. Pero los acontecimientos se han precipitado. Y el riesgo de que surja un tel¨®n de incomprensi¨®n entre el este y el oeste de la UE cotiza m¨¢s alza que nunca desde la ampliaci¨®n de 2004.
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