El juicio por la muerte de George Floyd vuelve a enfrentar a Estados Unidos con sus fantasmas
El juez ordena una pausa el d¨ªa en que deb¨ªa comenzar en Minneapolis la selecci¨®n del jurado que habr¨¢ de pronunciarse sobre la culpabilidad o no del agente de polic¨ªa
¡°?Ha visto alguna vez el v¨ªdeo de la muerte de George Floyd?¡±. ¡°?Particip¨® usted, o alguien cercano a usted, en alguna de las protestas o marchas contra la brutalidad policial que tuvieron lugar en Minneapolis despu¨¦s de la muerte de George Floyd?¡±. ¡°Si particip¨®, ?llevaba una pancarta? ?Qu¨¦ dec¨ªa?¡±. ¡°?Qu¨¦ peri¨®dicos lee?¡±. ¡°?Qu¨¦ podcasts escucha?¡±. ¡°?Tiene usted entrenamiento o experiencia en artes marciales?¡±. ¡°?C¨®mo de a favor o en contra est¨¢ usted de Black Lives Matter?¡±. ¡°?Cree que nuestro sistema criminal funciona?¡±. El cuestionario, de 16 folios, empez¨® a llegar a finales del a?o pasado a centenares de buzones de la ciudad de Minneapolis. ¡°Es usted un potencial jurado en el juicio a cuatro exagentes de polic¨ªa procesados en conexi¨®n con la muerte de George Floyd¡±, arrancaba el texto. Al final, una ¨²ltima pregunta seguida de un intimidante espacio en blanco de dos p¨¢ginas y media: ¡°?Por qu¨¦ quiere o no quiere servir como jurado en este caso?¡±.
Lo exhaustivo del cuestionario revela la importancia del juicio que arranca esta semana en Minneapolis con el inicio de la selecci¨®n de los miembros del jurado. La muerte de George Floyd deton¨® la mayor movilizaci¨®n por la justicia racial en Estados Unidos al menos desde los a?os sesenta. Oblig¨® a los estadounidenses, en pleno a?o electoral, a decidir si priorizaban ¡°la ley y el orden¡± que reclamaba Donald Trump, o la justicia racial que demandaban sobre todo los dem¨®cratas. En medio de un debate a¨²n abierto, ser¨¢ el jurado que salga de este proceso de selecci¨®n, que se prolongar¨¢ durante semanas, el que decida si Dereck Chauvin, agente de polic¨ªa blanco, es culpable o no de dos cargos de homicidio en segundo grado y asesinato en segundo grado, por la muerte del afroamericano George Floyd.
Cientos de manifestantes se congregaron este lunes en el exterior del juzgado, pidiendo la condena de Chauvin. El juez, que se dispon¨ªa a dar comienzo al proceso de selecci¨®n del jurado, decidi¨® pausarlo al menos durante un d¨ªa hasta que procese una apelaci¨®n sobre un posible cargo adicional de asesinato en tercer grado. Los expertos legales aseguran que la inclusi¨®n de un tercer cargo aumentar¨ªa las posibilidades de una condena. El abogado de Chauvin dijo que pedir¨¢ a la Corte Suprema de Minnesota que revise la decisi¨®n del tribunal de apelaciones que ordenaba al juez tomar en consideraci¨®n el nuevo delito.
La tarde del 25 de mayo del a?o pasado, George Floyd, de 46 a?os, compr¨® un paquete de tabaco en una tienda del sur de Minneapolis. Un dependiente del establecimiento acus¨® a Floyd de pagar con un billete falso de 20 d¨®lares y, despu¨¦s de que este se negara a devolver los cigarrillos, llam¨® a la polic¨ªa. Los agentes llegaron y esposaron a Floyd, pero cuando trataron de meterlo en el coche patrulla, este se resisti¨®, dando lugar a un forcejeo que acab¨® con el detenido en el suelo, boca abajo. Entonces numerosos viandantes empezaron a grabar la escena con sus m¨®viles. El agente Dereck Chauvin, de 44 a?os, coloca su rodilla en el cuello de Floyd y la mantiene ah¨ª, presionando, durante siete minutos y 46 segundos. Otros dos agentes ayudan a Chauvin y uno m¨¢s evita que intervengan los testigos, que piden al agente que deje respirar al detenido. Floyd dice en m¨¢s de 20 ocasiones que no puede respirar. Los v¨ªdeos muestran c¨®mo se queda sin fuerzas y los agentes se lo llevan. Su fallecimiento se constata una hora m¨¢s tarde en el hospital.
Al d¨ªa siguiente los cuatro agentes fueron despedidos (los otros tres ser¨¢n juzgados en verano). Una multitud furiosa tom¨® las calles de Minneapolis y prendi¨® fuego a la comisar¨ªa donde trabajaban los agentes. Las protestas, en medio de la pandemia, se extendieron por todo el pa¨ªs y, para la sexta noche, las hubo en m¨¢s de 75 ciudades. Black Lives Matter, movimiento antirracista surgido discretamente en 2013, se convirti¨® en una poderosa fuerza social. Diversas administraciones, incluida la federal, introdujeron reformas legislativas destinadas a combatir los abusos policiales. La conversaci¨®n pronto se expandi¨® a un debate m¨¢s amplio sobre el racismo sist¨¦mico en Estados Unidos y el legado de la esclavitud.
El juicio llega despu¨¦s de casi un a?o de acalorado debate nacional detonado por los mismos hechos que se juzgan. Los procesos por homicidios de la polic¨ªa son poco frecuentes, y este viene precedido de dos decepciones para quienes luchan contra la impunidad: las negativas a procesar a sendos agentes por las muertes de Breonna Taylor, en Luisville (Kentucky), y de Daniel Prude, en Rochester (Nueva York).
El v¨ªdeo de la detenci¨®n de Floyd, que dio la vuelta al mundo, ser¨¢ el arma m¨¢s valiosa de la fiscal¨ªa para tratar de convencer al jurado de que Chauvin cometi¨® homicidio al mantener su rodilla en el cuello del detenido, incluso cuando este dec¨ªa que no pod¨ªa respirar y se iba apagando. La defensa tratar¨¢ de argumentar que la verdadera causa de la muerte de Floyd fue su delicado estado de salud y su consumo de drogas.
Las tres barreras sucesivas de hormig¨®n intercaladas con alambre de espino que rodean el juzgado, el ayuntamiento y la prisi¨®n, en el centro de Minneapolis, son un recordatorio de todo lo que este proceso significa, de la ansiedad que todav¨ªa se cierne sobre una ciudad que hace casi un a?o ardi¨® por los hechos que ahora se juzgan. Cualquier cosa que no sea un veredicto de culpabilidad volver¨¢ a poner a prueba a las autoridades locales y estatales, dem¨®cratas, duramente criticadas el a?o pasado por no haber podido detener la destrucci¨®n y el saqueo.
El alcalde, Jacob Frey, ha explicado que m¨¢s de 3.000 agentes de polic¨ªa de todo el Estado, as¨ª como miembros de la Guardia Nacional, estar¨¢n preparados cuando el caso, probablemente a principios de mayo, pase al jurado. Las autoridades temen que en alg¨²n momento puedan presentarse en la ciudad miembros de las mismas milicias racistas que asaltaron el Capitolio de Washington el 6 de enero.
La enorme expectaci¨®n ha llevado a la defensa a solicitar el traslado del juicio a otro lugar. Algo que el juez inicialmente rechaz¨®, pero que ha dicho que podr¨ªa reconsiderar. Su objetivo, en cualquier caso, ser¨¢ mantener a los miembros del jurado a salvo de todo el ruido. No ser¨¢n identificados p¨²blicamente. Ser¨¢n aislados durante las deliberaciones y probablemente durante todo el proceso. Pero antes deber¨¢ decidirse qui¨¦nes ser¨¢n esas 16 personas, 12 miembros titulares y cuatro suplentes, llamadas a emitir un veredicto hist¨®rico.
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