El Parlamento de Libia aprueba el nuevo Gobierno de transici¨®n
El primer Ejecutivo reconocido por las dos partes enfrentadas desde 2014 deber¨¢ organizar elecciones legislativas para el pr¨®ximo diciembre
El Parlamento de Libia ha aprobado este mi¨¦rcoles la formaci¨®n de un Gobierno de transici¨®n impulsado por la ONU al frente del cual se situar¨¢ Abdelhamid Dabeiba, un empresario millonario de 61 a?os nacido en la ciudad de Misrata. Libia se hab¨ªa convertido en un polvor¨ªn a las puertas de Europa, con miles de muertos y decenas de miles de desplazados y grandes potencias como Rusia y Turqu¨ªa enfrentadas de forma indirecta. La guerra foment¨® el nacimiento de mafias de traficantes que mandaban hacia Europa a m¨¢s de 100.000 emigrantes irregulares cada a?o, hundi¨® en la miseria al pa¨ªs con las mayores reservas de petr¨®leo en ?frica y provoc¨® la llegada del Estado Isl¨¢mico. Ahora, por primera vez en siete a?os, las dos grandes facciones enfrentadas del pa¨ªs, las del este y las del oeste, parecen remar en la misma direcci¨®n. El Gobierno de transici¨®n deber¨¢ organizar unas elecciones generales previstas para el 24 de diciembre.
Dabeiba obtuvo el respaldo de 121 de los 132 parlamentarios presentes reunidos en la ciudad de Sirte, a medio camino entre las dos regiones en que est¨¢ fracturado el pa¨ªs, la Cirenaica (este) y la Tripolitana (oeste). La votaci¨®n se produjo despu¨¦s de tres jornadas de debate que comenzaron el lunes 8 de marzo. El Parlamento llevaba dividido desde 2014, con una parte de los diputados en la ciudad de Tobruk, cercana a la frontera con Egipto, y otra parte en Tr¨ªpoli.
El nuevo Gobierno estar¨¢ compuesto por dos vice primeros ministros, 26 ministros y seis secretarios de Estado. El Ejecutivo reemplazar¨¢ al llamado el Gobierno de Acuerdo Nacional, impulsado por la ONU en 2015 y con sede en Tr¨ªpoli, aunque nunca fue reconocido por las autoridades y diputados que se encontraban en el este del pa¨ªs.
Jalel Harchaoui, investigador en el Clingendael Institute de La Haya, vaticin¨® en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S el pasado lunes que Dabeiba obtendr¨ªa la moci¨®n de confianza: ¡°El Gobierno de Dabeiba es d¨¦bil, pero va a obtener el apoyo de todas las partes para salvar el pa¨ªs. Las acusaciones de soborno que han recibido solo pretenden debilitarlo ante los repartos de poder que se est¨¢n negociando. Los ministros que ha presentado no tienen un perfil fuerte, no son conocidos. Pero eso no importa, son mera fachada. Los actores que realmente van a contar ahora no son los ministros, sino otra gente como el mariscal Jalifa Hafter, en el este¡±.
Los desaf¨ªos para celebrar unas elecciones legislativas en diciembre son enormes. Dos de las potencias militares m¨¢s influyentes en el pa¨ªs, como son Turqu¨ªa y Rusia, apoyan a bandos rivales y no facilitan la retirada de sus mercenarios, tal como pactaron las partes enfrentadas. En el pa¨ªs hay 20.000 mercenarios, seg¨²n cifraba la ONU en diciembre. Turqu¨ªa se asent¨® en la llamada regi¨®n Tripolitana y Rusia lo hizo sobre todo en la Ciren¨¢ica (al este) y en la sure?a Fez¨¢n. El hombre fuerte del este, el mariscal Jalifa Hafter, de 77 a?os, sigue ejerciendo su influencia, amparado por Egipto y respaldado por Rusia y Emiratos ?rabes Unidos. Y en la Tripolitana, la regi¨®n gobernada por pol¨ªticos adeptos a los Hermanos Musulmanes, diversas milicias compiten por el poder, a menudo de forma violenta.
Los obst¨¢culos est¨¢n ah¨ª. Pero las buenas noticias tambi¨¦n. Desde el pasado junio no se registran enfrentamientos entre los dos bandos. En octubre, las dos partes firmaron un alto el fuego. Los vuelos entre las dos principales ciudades del pa¨ªs, Tr¨ªpoli y Bengasi, se reanudaron ese mes tras permanecer un a?o suspendidos. Y desde entonces, la ONU ha ido ensanchando el camino hacia la paz. Antes de la guerra de 2011 el pa¨ªs exportaba 1,6 millones de barriles diarios y ahora exporta 1,3 millones.
Jalel Harchaoui cree que el futuro inmediato en Libia no ser¨¢ blanco ni negro, sino lleno de zonas grises, de repartos sutiles de poder e influencia. Y el papel de las grandes potencias seguir¨¢ siendo primordial. ¡°Emiratos ?rabes Unidos puede estar contento porque sigue manteniendo una gran ascendencia ideol¨®gica a trav¨¦s de Jalifa Hafter y de sus aliados¡±, indica Harchaoui. ¡°Y en cuanto a Turqu¨ªa, tambi¨¦n tiene razones para estar contenta. Mucha gente cree que los intereses de Turqu¨ªa son religiosos, que pretende que los hermanos musulmanes se impongan en todo el pa¨ªs. Pero lo que realmente quiere Turqu¨ªa de Libia es el dinero. Y ahora habr¨¢ muchos negocios por hacer en Libia¡±.
La formaci¨®n de este Gobierno de transici¨®n fue impulsada por la ONU en noviembre con la creaci¨®n del llamado Foro de Di¨¢logo Pol¨ªtico Libio (FDPL), cuyo objetivo era elegir un primer ministro y un presidente del Gobierno que formaran un Gobierno de transici¨®n. El pasado febrero, los 74 miembros del foro se reunieron en la ciudad suiza de Ginebra para elegir entre cuatro candidaturas a un primer ministro y a un presidente. Finalmente, los representantes de las tres regiones del pa¨ªs eligieron una lista que no parec¨ªa la favorita. Result¨® designado como jefe del Gobierno Abdelhamid Dabeiba, un empresario de la ciudad de Misrata ¨Cen el oeste¨C que gozaba de grandes privilegios bajo el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi. Y como presidente electo, Mohamed Menfi, antiguo embajador en Grecia.
Varios expertos, como los del centro de an¨¢lisis International Crisis Group, se?alan que la victoria de Dabeiba y Menfi no se deb¨ªa tanto a los m¨¦ritos de ellos sino al rechazo que provocaba la lista favorita, formada por el presidente del Parlamento, Aguila Sal¨¦ (con gran influencia en el este del pa¨ªs), y el ministro del interior, Fati Basaga, procedente de Misrata y establecido en Tr¨ªpoli. El apellido Dabeiba para muchos libios est¨¢ asociado a la corrupci¨®n del r¨¦gimen de Gadafi.
El primer ministro declar¨® emocionado tras conocer el resultado de la votaci¨®n: ¡°Este ser¨¢ el Gobierno de todos los libios¡±. El mandato de Dabeiba termina, en principio el 24 de diciembre. A partir de entonces, un nuevo primer ministro elegido por todos los libios en edad de votar deber¨¢ asumir el poder. El camino est¨¢ lleno de trampas. Pero tanto los libios como las potencias extranjeras que apoyan a las facciones enfrentadas parecen haber entendido que ninguna de las partes podr¨¢ imponerse a la otra mediante la guerra.
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