Francia afronta su responsabilidad en el genocidio de Ruanda
Un informe encargado por Macron revela errores al apoyar al r¨¦gimen que lider¨® las matanzas de 1994, pero no ve complicidad
Todo pa¨ªs tiene su zona de sombras, un pasado que le resulta doloroso afrontar y a veces termina guardado en un armario. Para Francia, estos momentos fueron, en el siglo XX, el colaboracionismo durante la ocupaci¨®n nazi entre 1940 y 1944, y los cr¨ªmenes de la guerra de Argelia entre 1954 y 1962. Pero hay otro m¨¢s cercano en el tiempo, y con mayores implicaciones diplom¨¢ticas y legales: el ...
Todo pa¨ªs tiene su zona de sombras, un pasado que le resulta doloroso afrontar y a veces termina guardado en un armario. Para Francia, estos momentos fueron, en el siglo XX, el colaboracionismo durante la ocupaci¨®n nazi entre 1940 y 1944, y los cr¨ªmenes de la guerra de Argelia entre 1954 y 1962. Pero hay otro m¨¢s cercano en el tiempo, y con mayores implicaciones diplom¨¢ticas y legales: el genocidio de m¨¢s de 800.000 tutsis en Ruanda entre abril y julio de 1994 perpetrado por el r¨¦gimen hutu, que cont¨® durante a?os con el apoyo militar y pol¨ªtico de Par¨ªs.
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, el presidente Emmanuel Macron quiere aclarar el papel de Francia. El esfuerzo tiene un fin acad¨¦mico. Pero hay m¨¢s. Puede tener consecuencias en el presente, porque muchos de los protagonistas est¨¢n vivos. Y abre una puerta a normalizar la relaci¨®n con el peque?o pa¨ªs africano de 12,6 millones de habitantes, enturbiada por el genocidio.
El primer paso es un informe de casi 1.000 p¨¢ginas publicado a finales de marzo, redactado por un equipo bajo la direcci¨®n del historiador Vincent Duclert tras casi dos a?os de trabajo con 8.000 documentos en archivos que, en muchos casos, estaban clasificados. ¡°Hab¨ªa que abrir las ventanas¡±, dice Duclert durante una entrevista en un parque ¡ªpandemia obliga¡ª frente al palacete de Brienne, sede del ministerio franc¨¦s de los Ej¨¦rcitos. Por ¡°abrir ventanas¡±, este historiador especialista en el genocidio de los armenios y en el caso Dreyfuss se refiere a la necesidad de que circule el aire y se proyecte la luz sobre un pasado inc¨®modo. ¡°Aquello fue un derrumbe¡±, reflexiona, ¡°y en esto consiste el coraje de la verdad: en decirlo¡±.
La conclusi¨®n es rotunda. ¡°?Fue Francia c¨®mplice del genocidio de los tutsis? Si por esto se entiende una voluntad de asociarse a la operaci¨®n genocida, nada en los archivos consultados viene a demostrarlo¡±, se lee en las ¨²ltimas p¨¢ginas del informe Francia, Ruanda y el genocidio de los tutsis (1990-1994). Los expertos a?aden: ¡°Francia, sin embargo, se implic¨® durante tiempo con un r¨¦gimen que fomentaba las masacres racistas¡±. Unas l¨ªneas m¨¢s abajo, concluye: ¡°La investigaci¨®n establece, pues, un conjunto de responsabilidades, graves y abrumadoras¡±.
¡°Francia contribuy¨® a reforzar, sin saberlo, el proceso genocida¡±, explica Duclert a EL PA?S. Lo hizo al asumir ¡°una visi¨®n binaria y etnicista¡± de una Ruanda dividida ¡°entre hutus y tutsis¡±. ¡°Esto llev¨® a Francia a defender la dictadura de Juv¨¦nal Habyarimana [presidente de Ruanda entre 1973 y su muerte en 1994]¡±, contin¨²a, ¡°como si fuese un r¨¦gimen representativo, por ser del pueblo mayoritario, aunque en este pueblo mayoritario hutu hab¨ªa opositores que no compart¨ªan la visi¨®n etnicista, que era la de la colonizaci¨®n belga y que fue la que condujo al genocidio¡±.
El informe documenta c¨®mo, desde 1990, el presidente Fran?ois Mitterrand vio en Ruanda un laboratorio de la nueva pol¨ªtica africana tras la ca¨ªda del Muro, y en Habyarimana un pupilo predilecto. Sobre el papel, se trataba de contener el supuesto avance de Estados Unidos en el ?frica franc¨®fona e impulsar la democratizaci¨®n a cambio de ayuda al desarrollo y cooperaci¨®n militar y pol¨ªtica. En realidad, seg¨²n la Comisi¨®n Duclert, Par¨ªs confundi¨® ¡°democracia¡± con ¡°dominio de una etnia mayoritaria¡±. Y la cooperaci¨®n se convirti¨® en un respaldo decisivo, por parte de la llamada patria de los derechos humanos, a un r¨¦gimen en el que se estaba fraguando el asesinato de casi uno de cada seis ruandeses con motivos ¨¦tnicos.
¡°Hay responsabilidades abrumadoras de las autoridades francesas en el proceso que lleva al genocidio y en la ceguera repetida y demostrada que conduce a apartar las alertas y el pensamiento cr¨ªtico¡±, dice Duclert. ¡°Es la incapacidad para ver que, detr¨¢s de las masacres inter¨¦tnicas, se estaba preparando algo que nada ten¨ªa que ver con esto: la decisi¨®n y la organizaci¨®n del aniquilamiento de los tutsis. Por eso hablamos de responsabilidades cognitivas. Las autoridades francesas no entendieron nada. Y es muy grave, teniendo en cuenta, adem¨¢s, la ambici¨®n de Francia de iluminar la humanidad con su pensamiento¡±.
Hay que hilar fino para distinguir d¨®nde termina la ¡°responsabilidad abrumadora¡± y empieza la ¡°complicidad en el genocidio¡±. ¡°Hemos abordado esta cuesti¨®n como historiadores. No somos jueces¡±, precisa Duclert. ¡°La complicidad¡±, a?ade, ¡°consiste en asociarse voluntariamente a la operaci¨®n genocida, del mismo modo que un cierto n¨²mero de responsables franceses del r¨¦gimen de Vichy se asociaron, por medio del antisemitismo, al exterminio de los jud¨ªos de Europa por parte del r¨¦gimen nazi. En Ruanda, hemos constatado que no hay complicidad, porque ninguno de los archivos consultados muestran una voluntad de Francia de llamar al exterminio de los tutsis o de apoyar a los genocidas hutus en su operaci¨®n¡±.
El exministro de Exteriores Hubert V¨¦drine -que en aquel tiempo ejerc¨ªa de secretario general del El¨ªseo y estaba en la sala de mandos del poder- ha celebrado que el informe aparte la complicidad de Francia en el genocidio. ¡°No solo era una acusaci¨®n necia, sino monstruosa y falta¡±, dijo en una entrevista con la cadena Radio France Internationale. Cuando el entrevistador le pregunt¨® por el apoyo de Par¨ªs al r¨¦gimen ruand¨¦s mientras se preparaba el genocidio, dijo estar ¡°en desacuerdo¡±. El Gobierno de Ruanda, en un comunicado, describi¨® el informe de la Comisi¨®n Duclert como ¡°un paso importante hacia la comprensi¨®n com¨²n del papel de Francia en el genocidio contra los tutsis¡±.
Quiebra institucional y personal
¡°En Francia¡±, dice el informe, ¡°ante la inquietud de ministros, parlamentarios, altos funcionarios, intelectuales, la ¨²nica respuesta fue la indiferencia, el rechazo o la mala fe. Este alineamiento con el poder ruand¨¦s procede de una voluntad del jefe del Estado y de la presidencia de la Rep¨²blica. El ejercicio de la autoridad presidencial garantiza poderes elevados en materia diplom¨¢tica y militar, en particular respecto a ?frica. La marginaci¨®n de las instituciones con posiciones divergentes y el exilio del pensamiento cr¨ªtico caracterizan tambi¨¦n esta historia ruandesa de Francia que se parece en muchos aspectos a una crisis de la acci¨®n p¨²blica¡±. El historiador Vincent Duclert, director del grupo de expertos que ha elaborado el informe, explica que le han sorprendido cosas en el curso de sus trabajos. ¡°La primera¡±, dice, ¡°son todas las huellas que han quedado de pr¨¢cticas que hemos calificado de irregulares y que, por su n¨²mero elevado, se convierten en un problema de funcionamiento democr¨¢tico de las instituciones republicanas¡±. El estado mayor particular del presidente de la Rep¨²blica -sus asesores militares- emit¨ªa ¨®rdenes a unidades sobre el terreno que soslayaban los canales establecidos. O impon¨ªa una visi¨®n que, por ejemplo, calificaba de ¡°jemeres negros¡± al Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s del actual presidente Paul Kagame, hablaba de ¡°masacres inter¨¦tnicas¡± en vez de ¡°genocidio¡± o abundaba en la teor¨ªa del ¡°doble genocidio¡± (hutus contra tutsis y viceversa), como hizo el propio Mitterrand.
¡°El segundo descubrimiento¡±, dice Duclert, ¡°es que hubo una minor¨ªa de actores que defendieron el derecho a la verdad¡±. Eran diplom¨¢ticos, militares y pol¨ªticos l¨²cidos con algo m¨¢s de influencia a partir de la llegada de la derecha al Gobierno en 1993 y la cohabitaci¨®n de un primer ministro conservador con el socialista Mitterrand que entendieron que Francia se encaminaba al desastre en Ruanda. ¡°Hemos encontrado informes, mensajes, alertas que muestran que esta Rep¨²blica tambi¨¦n funcion¨®¡±, resume el historiador, ¡°pero esta minor¨ªa fue aplastada¡±.