La batalla judicial contra la deportaci¨®n del ¨²ltimo nazi de Canad¨¢
Helmut Oberlander se enfrenta a la expulsi¨®n con 97 a?os tras perder la ciudadan¨ªa canadiense por haber ocultado su pertenencia a una unidad de exterminio del Tercer Reich
El pasado nazi persigue a Helmut Oberlander, de 97 a?os, y tambi¨¦n a Canad¨¢. El pa¨ªs norteamericano combati¨® en la Segunda Guerra Mundial al r¨¦gimen de Adolf Hitler y recibi¨® a miles de personas que sobrevivieron a la barbarie, pero tambi¨¦n se convirti¨® en refugio de algunos verdugos y colaboradores nazis. Oberlander es uno de ellos; de momento, el ¨²ltimo vivo conocido en el pa¨ªs por su larga batalla para evitar una deportaci¨®n. Aunque nunca ha sido formalmente acusado de un crimen, las ...
El pasado nazi persigue a Helmut Oberlander, de 97 a?os, y tambi¨¦n a Canad¨¢. El pa¨ªs norteamericano combati¨® en la Segunda Guerra Mundial al r¨¦gimen de Adolf Hitler y recibi¨® a miles de personas que sobrevivieron a la barbarie, pero tambi¨¦n se convirti¨® en refugio de algunos verdugos y colaboradores nazis. Oberlander es uno de ellos; de momento, el ¨²ltimo vivo conocido en el pa¨ªs por su larga batalla para evitar una deportaci¨®n. Aunque nunca ha sido formalmente acusado de un crimen, las autoridades le apuntan por su pertenencia a un escuadr¨®n de la muerte nazi que mat¨® al menos a 20.000 personas. Siete d¨¦cadas despu¨¦s, en un proceso tard¨ªo y err¨¢tico de la justicia, la Comisi¨®n de Inmigraci¨®n y Refugio canadiense debe decidir ahora sobre su posible deportaci¨®n despu¨¦s de que le fuera revocada la ciudadan¨ªa en 2018.
Helmut Oberlander (1924, Halbstadt, Ucrania) lleg¨® a Canad¨¢ con su esposa Margret en 1954 y obtuvo la ciudadan¨ªa canadiense en 1960. La pareja tiene dos hijas y se afinc¨® en Waterloo (Ontario), donde logr¨® alcanzar una holgada situaci¨®n econ¨®mica gracias a actividades en el sector inmobiliario. Pero su pl¨¢cida vida se vio interrumpida en 1995, cuando la Real Polic¨ªa Montada abri¨® una investigaci¨®n sobre la pertenencia de Oberlander entre 1941 y 1943 a un einnsatzkommando, las unidades nazis integradas por miembros de las SS y la Gestapo que operaron en zonas de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica y asesinaron a miles de civiles.
Tras d¨¦cadas de silencio, Helmut Oberlander dijo que fue obligado a integrarse a esta unidad a los 17 a?os y que desertar hubiera tenido como consecuencia ser ejecutado. Tambi¨¦n sostuvo que desempe?¨® tareas no violentas, principalmente como traductor. No ha sido procesado, pero las autoridades canadienses trataron de retirarle la ciudadan¨ªa por haber ocultado su pertenencia al grupo de exterminio. Un documento de la Corte Federal en 2018 indica: ¡°En 1943 o 1944, Oberlander se convirti¨® en soldado de infanter¨ªa en el Ej¨¦rcito alem¨¢n¡±.
Ya en 2000, en un primer intento de Canad¨¢ por cancelar su ciudadan¨ªa, el juez Andrew MacKay sostuvo que no exist¨ªan pruebas sobre su participaci¨®n en las masacres, pero que hab¨ªa ocultado su pasado y que, a pesar de que conoc¨ªa la brutalidad de los Einsatzkommandos, fue c¨®mplice por sus tareas en la unidad. ¡°Mi padre ha sido un ciudadano responsable y respetuoso de las leyes de este pa¨ªs, ha creado muchos empleos y ha contribuido a la comunidad¡±, declar¨® Irene Rooney, una de sus hijas, en una reuni¨®n con un comit¨¦ parlamentario de ciudadan¨ªa e inmigraci¨®n en abril de 2005. Los abogados de Oberlander lograron que la decisi¨®n fuera revocada tres veces, pero el juez Michael Phelan dict¨® un fallo definitivo en septiembre de 2018.
Oberlander y sus abogados buscaron apelar ante la Suprema Corte de Canad¨¢. Sin embargo, la petici¨®n fue denegada en diciembre de 2019, abriendo as¨ª la puerta a la deportaci¨®n ¨Dlas autoridades no han dicho oficialmente a qu¨¦ pa¨ªs ser¨ªa, ya que perdi¨® la nacionalidad alemana al adquirir la canadiense¨D. Desde entonces, la defensa ha querido frenar la expulsi¨®n de Oberlander, bajo el argumento de que su elevada edad y sus facultades mentales disminuidas representan un ¡°abuso en el procedimiento¡±. En un nuevo cap¨ªtulo de esta trama, lograron en febrero de este a?o una suspensi¨®n temporal sobre una orden que caducaba el pasado 19 de marzo. Ron Poulton, principal letrado de Oberlander, solicit¨® un d¨ªa antes la anulaci¨®n permanente del procedimiento: ¡°Hemos descubierto pruebas que estaban en manos del Gobierno durante a?os y a las que no tuvimos acceso a pesar de que era nuestro derecho¡±, sostuvo Poulton en declaraciones al canal CBC, aunque sin entrar en detalles. El pr¨®ximo martes est¨¢ programada una nueva audiencia.
Para Michael Levitt, presidente de Amigos del Centro Simon Wiensenthal, Oberlander ¡°ha abusado¡± del sistema legal y ¡°eludido la justicia durante demasiado tiempo¡±, y considera que su caso es ¡°vergonzoso e irrespetuoso para la memoria de quienes sufrieron y perdieron la vida a manos de los nazis¡±. El copresidente del centro consultivo de relaciones jud¨ªas e israel¨ªes, Pinchas Gutter, ha pedido, por su lado, al Gobierno de Canad¨¢ llevar a cabo la deportaci¨®n. ¡°Nos entristece enormemente que los criminales de guerra nazis sigan evadiendo la justicia al ocultar su pasado. Oberlander sirvi¨® en un escuadr¨®n de la muerte nazi y minti¨® para obtener la ciudadan¨ªa canadiense¡±, se?al¨® en un comunicado.
Seg¨²n c¨¢lculos del historiador Howard Margolian, unos 2.000 criminales y colaboradores nazis llegaron a Canad¨¢ entre 1946 y 1956, la mayor¨ªa procedentes de Ucrania, Lituania y Hungr¨ªa. En 1987, el Gobierno de Brian Mulroney modific¨® el c¨®digo penal para que Canad¨¢ pudiera juzgar en su territorio cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en el extranjero despu¨¦s de que el pa¨ªs fuera se?alado por no esforzarse en perseguir estos casos. En 2000, el pa¨ªs adopt¨® la ley sobre cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, tras ratificar el Estatuto de Roma.
Hasta el momento solo se han celebrado dos procesos basados en esta norma, ambos relacionados con el genocidio en Ruanda. En cuanto a los casos de nazis, Michael Seifert, un antiguo miembro de las SS que lleg¨® a Canad¨¢ en 1951, fue extraditado a Alemania en 2007, y L¨¢szl¨® Csat¨¢ry, miembro de la polic¨ªa h¨²ngara que particip¨® en el traslado de unos 15.000 jud¨ªos a Auschwitz, perdi¨® la ciudadan¨ªa canadiense en 1997; muri¨® en Budapest en 2013.
Otros casos muestran el reverso de la medalla. Vlad¨ªmir Katriuk, antiguo SS, falleci¨® en 2015 a los 93 a?os en Ormstown (Quebec). Jam¨¢s compareci¨® ante un juez. Por su parte, Wasyl Odynsky, exguardia en el campo de concentraci¨®n de Trawniki (Polonia), muri¨® en 2014 en Scarborough (Ontario) con 90 a?os. Un tribunal canadiense rechaz¨® en 2009 una solicitud para retirarle la ciudadan¨ªa. Seg¨²n el Ministerio de Justicia, el caso de Helmut Oberlander es el ¨²nico relacionado con la Segunda Guerra Mundial que sigue abierto. El desenlace est¨¢ pendiente.