La caza de los ¨²ltimos nazis contin¨²a
Las justicias de Alemania y Estados Unidos todav¨ªa siguen la pista de criminales de guerra de la Segunda Guerra Mundial
S¨®lo la biolog¨ªa acabar¨¢ con la b¨²squeda de los criminales nazis que cometieron atrocidades durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras exista la posibilidad de que alguno de ellos siga vivo, instituciones de Alemania y Estados Unidos, as¨ª como expertos de Israel y Francia, seguir¨¢n tratando de localizarlos y de enviarlos ante los tribunales. Nuevos nombres siguen apareciendo en el radar de la justicia. Efraim Zuroff, director del Centro Simon Wiesenthal de Jerusal¨¦n, que ha dedicado toda su vida a la caza de estos criminales, sostiene que est¨¢ ahora mismo estudiando dos casos que acaban de surgir en Estados Unidos, en Haw¨¢i y Florida.
La semana pasada fue deportado desde Estados Unidos a Alemania Jakiw Palij, de 95 a?os, tras un proceso que se prolong¨® desde los a?os noventa. La justicia estadounidense consider¨® que hab¨ªa mentido cuando entr¨® en 1947 en el pa¨ªs del que era ciudadano desde 1957, al ocultar que hab¨ªa pertenecido a las SS. La fiscal¨ªa alemana, en cambio, considera que ser¨¢ casi imposible procesarlo, no tanto por su edad y su estado de salud (ha sufrido dos ictus), como por la dificultad para encontrar pruebas que le impliquen directamente en matanzas.
Su caso, y en realidad todos los casos que pueden quedar activos, refleja la inmensa complejidad del Holocausto y de la Segunda Guerra Mundial. Palij naci¨® en un territorio que entonces pertenec¨ªa a Polonia y ahora a Ucrania, pa¨ªses que rechazaron acogerle cuando EE UU anunci¨® su expulsi¨®n. Finalmente fue aceptado por Alemania. Muchos de los perpetradores del Holocausto eran ciudadanos de pa¨ªses ocupados por los nazis, donde exist¨ªa un antisemitismo tan furibundo como el de Hitler, y al final de la guerra, en 1945, se fundieron con el inmenso flujo de refugiados que recorr¨ªa el mundo tras el cataclismo y se desperdigaron por Am¨¦rica Latina, Estados Unidos, Australia, Canad¨¢... No se trata de grandes jerarcas, de los que ya no queda ninguno vivo, sino de asesinos an¨®nimos sin los cuales el mayor crimen de la historia nunca hubiese sido posible.
"Si se acepta mi definici¨®n de criminal de guerra nazi como cualquiera que, al servicio de la Alemania nazi, particip¨® activamente en la persecuci¨®n y el asesinato de civiles inocentes, probablemente siguen vivos unos cientos, como m¨ªnimo", explica Efraim Zuroff desde Jerusal¨¦n. "Otra cuesti¨®n diferente es cu¨¢ntos de ellos podr¨¢n ser juzgados. Dudo mucho que nadie que viva fuera de Alemania llegue a enfrentarse a un proceso", prosigue. Todos los investigados actualmente tienen m¨¢s de 90 a?os. La Segunda Guerra Mundial empez¨® el 1 septiembre de 1939, hace ahora 79 a?os.
Sobre los dos casos que est¨¢ empezando a investigar en Florida y Haw¨¢i, el veterano cazador de nazis del Centro Wiesenthal prefiere no dar detalles. Zuroff ha trabajado en el principal expediente que se mantiene abierto actualmente en EE UU: se trata del proceso contra Michael Karkoc, que fue comandante de la Legi¨®n de Autodefensa Ucrania, dependiente de las SS, y que particip¨® en matanzas de civiles polacos. Polonia pide su extradici¨®n, aunque no ser¨¢ f¨¢cil: tiene 99 a?os, lleg¨® a Estados Unidos en 1947 y lo niega todo. La instituci¨®n que en EE UU se ocupa de investigar a posibles criminales de guerra para expulsar del pa¨ªs hacia los pa¨ªses donde cometieron los cr¨ªmenes se llama la Oficina de Investigaciones Especiales.
Empujada por la sensaci¨®n de que cada vez queda menos tiempo, Alemania mantiene abierta una Oficina Especial para la Investigaci¨®n de los Cr¨ªmenes de la Segunda Guerra Mundial, dirigida por Jens Rommel. De los ¨²ltimos 30 casos revisados, 22 se cerraron por el estado de salud del investigado, tres por su muerte y cinco se mantienen abiertos en diferentes fiscal¨ªas del pa¨ªs, seg¨²n explic¨® el propio Rommel a la cadena francesa France Culture, que ha emitido este verano una serie de reportajes sobre la historia de la caza de nazis. Sus responsables calculan que a partir de 2025 se acabar¨¢ su trabajo, cuando ya no quede nadie que viviese aquel periodo como adulto.
Esta oficina, situada en Ludwigsbourg, ha elaborado fichas de 1,7 millones de personas con los nombres de todos los criminales nazis conocidos hasta ahora. La ficha 3 AR-Z 95/96 corresponde por ejemplo a Josef Mengele, el s¨¢dico m¨¦dico de Auschwitz que muri¨® en Brasil en 1979 sin haber sido nunca juzgado. Trabajan actualmente ocho personas, que a lo largo de los a?os han trillado todas las fichas de entrada a EEUU durante los a?os posteriores a 1945.
Gracias a una sentencia relacionada con los atentados del 11 de septiembre de 2001, se produjo un importante cambio legal en Alemania que facilit¨® el trabajo de esta oficina. En enero de 2007, Munir el Motassadeq fue condenado a 15 a?os de prisi¨®n por ayudar econ¨®micamente a uno de los terroristas del 11S. Se consider¨® que, aunque su papel fue peque?o, fue necesario para el asesinato masivo y que, por lo tanto, era culpable como c¨®mplice. Los fiscales que persegu¨ªan nazis consideraron que esa misma doctrina era aplicable a personas que estuvieron en campos de exterminio como el contable de Auschwitz, Oskar Gr?ning, que acab¨® condenado en 2015 a cuatro a?os de c¨¢rcel acusado de complicidad en la muerte de 300.000 jud¨ªos.
Si, por lo tanto, la fiscal¨ªa logra demostrar a trav¨¦s de documentos que alguien sirvi¨® en un campo de exterminio nazi se convertir¨ªa inmediatamente en culpable de complicidad. Teniendo en cuenta los a?os que han pasado, resulta cada vez m¨¢s dif¨ªcil encontrar testigos, pero s¨ª hay millones de documentos disponibles y siguen apareciendo. Sin embargo, en los campos de concentraci¨®n la situaci¨®n es diferente, porque sigue siendo necesario demostrar judicialmente que el acusado estuvo directamente implicado en atrocidades. Es el motivo por el que Palij no es perseguido en Alemania. "Necesitar¨ªamos evidencias que le conecten directamente con un crimen, pero por ahora no las hemos encontrado", explic¨® Jens Rommel a la Deutsche Welle.
La Fiscal¨ªa de W¨¹rzburg abri¨® una investigaci¨®n en 2015 y la cerr¨® por falta de pruebas. Pero las seguir¨¢n buscando. Preguntado sobre el sentido de perseguir a ancianos de m¨¢s de 90 a?os por cr¨ªmenes cometidos hace d¨¦cadas, Rommel respondi¨® a la radio francesa: "Es un deber pol¨ªtico y moral de la sociedad". Y un deber que no acaba en la Segunda Guerra Mundial. Conforme pasan los a?os, la Oficina de Investigaciones Especiales se centra cada vez m¨¢s en buscar culpables de atrocidades cometidas mucho m¨¢s tarde, en Guatemala, Bosnia o Ruanda.
El Holocausto de las balas
La Shoah, el exterminio de los jud¨ªos de Europa, comenz¨® con balas y luego continu¨® en las c¨¢maras de gas de los campos de exterminio nazis. Sin embargo, la mayor¨ªa de los criminales investigados por la mayor atrocidad de la historia est¨¢n relacionados con la planificaci¨®n del Holocausto o con los campos de la muerte, no con los fusilamientos masivos que se llevaron a cabo sobre todo entre 1939 y 1941 en Polonia y en el territorio de la antigua URSS y en los que fueron asesinados un mill¨®n de personas.
En los ¨²ltimos 40 a?os, no ha sido juzgado ning¨²n miembro de los Einsatzgruppen, los escuadrones m¨®viles que se ocupaban del llamado Holocausto de las balas. Seg¨²n Zuroff, todav¨ªa podr¨ªan estar vivos varias decenas de aquellos perpetradores. De hecho, Alemania est¨¢ investigando actualmente tres casos. Sin embargo, la b¨²squeda de pruebas es especialmente compleja, no s¨®lo por la falta de supervivientes sino porque no resulta nada sencillo demostrar documentalmente que alguien que formaba parte de una unidad que particip¨® directamente en una matanza. Muchas de ellas, adem¨¢s, fueron perpetradas por colaboradores locales.
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