Frente a la impunidad del mayor crimen de la historia
El descubrimiento de antiguos criminales nazis recuerda que miles de perpetradores del Holocausto no tuvieron castigo
El Holocausto es el crimen por antonomasia de la historia de la humanidad. Lamentablemente, tambi¨¦n es el crimen cuyos principales perpetradores y responsables, tanto inspiradores pol¨ªticos como organizadores y asesinos directos, menos han pagado sus culpas ante un tribunal. Y si esa apreciaci¨®n vale para los escalones m¨¢s altos en la cadena de implicaci¨®n, se multiplica casi exponencialmente cuando se piensa en los miles de implicados a pie de obra en el exterminio, imprescindibles para que el mecanismo funcionase.
Solo en los campos de concentraci¨®n, unos 60.000 ¡°si no m¨¢s¡± hombres y mujeres sirvieron en alg¨²n momento, como recuerda Nikolaus Wachsmann en KL, su monumental historia del mundo concentracionario. S¨²mense los varios miles que pasaron por los cuatro Einsatzgruppen (unidades m¨®viles de matanza) desplegados en el frente oriental y que arrancaron en 1941 con 2.990 miembros. Los miles de miembros de la Polic¨ªa del Orden, las Totenkopfverb?nde y otras unidades de las SS que cometieron o ayudaron a cometer asesinatos, fundamentalmente en el Este. Los miles de soldados de la Wehrmacht o las Waffen SS que facilitaron el trabajo de los perpetradores. Los miles de bur¨®cratas ¡ªlo que nunca dej¨® de ser Eichmann¡ª, de colaboradores.
S¨²mense a los alemanes o austriacos los ucranianos, lituanos, letones, croatas, bielorrusos¡ que se apuntaron de forma entusiasta a la hora estelar de los asesinos. Una cifra incalculable ¡ªen el sentido de que no existe ning¨²n c¨¢lculo hecho¡ª, pero no menos de "varios cientos de miles", como los cifra el historiador brit¨¢nico Max Hastings.
¡°La lista completa de perpetradores llenar¨ªa varias gu¨ªas telef¨®nicas (¡) Pero no hay informe de posguerra sobre la gran mayor¨ªa. Algunos huyeron a Sudam¨¦rica, Australia o el Oriente Pr¨®ximo ¨¢rabe. Algunos se mantuvieron completamente en silencio y pasaron desapercibidos. A la mayor¨ªa simplemente los pasaron por alto. No hab¨ªan vivido seg¨²n la ley. No murieron por la ley¡±. La frase de Raul Hilberg en su imprescindible La destrucci¨®n de los jud¨ªos europeos simboliza bien lo que ocurri¨® ya en los primeros a?os, cuanto m¨¢s a medida que iba pasando el tiempo. ¡°La falta de voluntad pol¨ªtica para llevar a los criminales de guerra nazis a los tribunales y/o castigarlos sigue siendo el principal obst¨¢culo para lograr justicia, especialmente en la Europa del Este poscomunista¡±, enfatiza uno de los ¨²ltimos informes del Centro Simon Wiesenthal.
Un c¨¢lculo del Centro Simon Wiesenthal apunta que desde los juicios de Nuremberg unos 106.000 nazis han sido acusados de cr¨ªmenes de guerra, de los que cerca de 13.000 han sido hallados culpables, y m¨¢s o menos la mitad, sentenciados. Sin salir, por ejemplo de las SS, la organizaci¨®n del aparato nazi m¨¢s ¨ªntimamente implicada en el Holocausto, la mayor¨ªa de sus l¨ªderes ¡°fueron tratados con una magnanimidad considerable¡±, en palabras del historiador y periodista Heinz H?hne. Dicha cifra puede parecer alta, pero hay que tener en cuenta, por ejemplo, que solo en los primeros a?os cuarenta el n¨²mero de miembros estimados de las SS ascend¨ªa a unos 800.000 y una cifra similar en sus unidades de combate (las Waffen SS).
?Quedan grandes criminales nazis vivos que pudieran ser capturados y llevados ante un tribunal? No. Quiz¨¢ los dos ¨²ltimos casos m¨¢s relevantes ¡ªy ninguno de ellos juzgado¡ª hayan sido los de Alois Brunner, muerto en 2001 en un s¨®tano de Damasco, seg¨²n la investigaci¨®n m¨¢s reciente, y Aribert Heim, declarado en 2012 oficialmente muerto ¡ªmuy probablemente falleci¨® en Chile¡ª por un tribunal alem¨¢n. ?Y criminales nazis sin m¨¢s? S¨ª, pero no solo cada vez menos por el paso del tiempo, sino ¡ªy hay que resignarse¡ª en niveles m¨¢s bajos ¡ªo muy bajos¡ª que medios de la escala de responsabilidad, con dificultades para que se pueda armar en un tribunal un caso que lleve a su condena, con papeles auxiliares y, en ocasiones, ajenos a lo que espec¨ªficamente ser¨ªa la maquinaria del Holocausto. El m¨¢s reciente episodio conocido, el del carpintero de Minneapolis, Michael Karkoc, lo muestra: la ¨²nica causa de la que se tienen testigos presenciales en su contra es el asesinato de 44 personas en una localidad polaca (Claniow) en 1944 en una operaci¨®n de represalia. ?Criminal de guerra si se llega a demostrar su culpa? S¨ª, muy probablemente ?Relacionado directamente con el Holocausto? No (en ese caso concreto al menos). Es importante la diferenciaci¨®n. Muchos (y notables) criminales de guerra nazis, no tuvieron relaci¨®n con el crimen espec¨ªfico que fue el Holocausto. Oradour-sur-Glane, Lidice, las Fosas Ardeatinas son tan infames como Treblinka o Auschwitz, pero etiol¨®gicamente ¡ªy num¨¦ricamente¡ª diferentes.
Uno de los ¨²ltimos ¡ªy m¨¢s interesantes, l¨¦ase o rel¨¦ase a Gitta Sereny¡ª casos llegados a los tribunales ¡ªy no una sola vez¡ª fue el de John Demjanjuk y se le acusaba, primero en Israel, de ser uno de los operarios de las c¨¢maras de gas de Treblinkay luego en Alemania de ser un guardia auxiliar en Sobibor, otro de los campos de exterminio de la Operaci¨®n Reinhard.
El lugar en la cadena no resta relevancia a los nuevos casos que se puedan descubrir. Y no solo por recordar a las v¨ªctimas ¡ªcada nombre importa¡ª, sino por recordar cu¨¢ntos hombres corrientes ¡ªlos ¡°hombres grises¡±, los ¡°ordinarymen¡± de Christopher R. Browning, de cuyo libro hom¨®nimo son estas palabras¡ª¡°llevaron a cabo por voluntad propia el mayor genocidio de la historia de la humanidad¡±. Solo en el campo de exterminio de Treblinka, fueron asesinadas entre finales de julio de 1942 y mediados de octubre de 1943, el plazo en que estuvo en funcionamiento, entre 870.000 y 925.000 personas, seg¨²n los dos principales museos del Holocausto. Ajustando las fechas, suponen entre 1.916 y 2.037 asesinatos diarios. Cada d¨ªa. Uno tras otro. Sin parar. Es ocioso decir que no lo cometieron solos Eber, Stangl y Franz, sus sucesivos comandantes. La mayor¨ªa de los oficiales, suboficiales y clases de tropa de las SS y los auxiliares, en su mayor¨ªa ucranianos y polacos, que actuaron en campos de la Operaci¨®n Reinhard (Belzec, Sobibor y Treblinka) nunca fueron llevados a juicio. Esos tres campos de exterminio son comparativamente los peores mataderos de la historia: en ellos fueron asesinados (fundamentalmente en las c¨¢maras de gas) 1,7 millones de personas, en su inmensa mayor¨ªa jud¨ªos. Hubo solo alrededor de 120 sobrevivientes. Y adem¨¢s Auschwitz, Majdanek, los asesinatos en masa en el Este, las muertes en los guetos¡
En virtud de ambos recuerdos, esta es la ¨²ltima relaci¨®n de criminales de guerra nazis m¨¢s relevantes elaborada, a fecha de 2016, por el Centro Simon Wiesenthal. Varios de ellos est¨¢n localizados e incluso ha habido intentos de llevarlos ante la justicia:
1. Helma Kissner. De 92 a?os, y pendiente de proceso, sirvi¨® como operadora de radio en Auschwitz. Acusada de complicidad en 260.000 asesinatos.
2. Helmut Oberlander, de 93. Sirvi¨® en el Einsatzkommando 10A, parte del Einstazgruppe D, que asesin¨® a unos 23.000 jud¨ªos.
3. Hubert Zafke, de 94 a?os. M¨¦dico en Auschwitz durante 1943 y 1944. Complicidad en 3.681 asesinatos.
4. Alfred Stark, de 93. Particip¨® en el asesinato masivo en septiembre de 1943 de 120 oficiales italianos en la isla griega de Cefalonia.
5. Helmut Rasbol, de 91 En 1942 y 1943 sirvi¨® como guardia en el gueto de Bobruisk, en Bielorrusia. Casi todos internos del campo fueron ejecutados o murieron.
6. Aksel Andersen. El mismo caso del anterior.
7. Johann Robert Riss, de 93. Particip¨® en el asesinato de 184 civiles en Padule di Fucecchio (Italia) el 23 de agosto de 1944.
8. Algimantas Dailide, de 96. Sirvi¨® en la Saugumas (la polic¨ªa de seguridad lituana) en Vilna. Arrest¨® a jud¨ªos y polacos ejecutados por los nazis y sus colaboradores en Lituania.
9. Jakob Palij, de 93. Fue guardia en el campo de Trawniki, de donde salieron muchos de los auxiliares que actuaron en los campos de la Operaci¨®n Reinhard.
En diciembre pasado, el centro list¨® otros ocho casos: cinco miembros del Einsatzgruppe A, cuya zona de actuaci¨®n fueron los Estados del B¨¢ltico, (identificados como Alfreds B., Anton K., Rudolf L, Andreas L. y Siegfried R.) y otros tres de Einsatzgruppe C, que actu¨® en Ucrania (Kurt. G., Karl o Wilhem H. y Herbert W.).
?Merece la pena seguir persiguiendo a estos ancianos? Responde en el mismo texto el autor del informe, Efraim Zuroff, quien coordina las investigaciones del centro sobre criminales de guerra nazis en todo el mundo: "Durante los ¨²ltimos 15 a?os, se han logrado al menos 103 condenas contra criminales de guerra nazis, se han presentado al menos 102 nuevas acusaciones y se han abierto m¨¢s de 3.600 nuevas investigaciones. Pese a la premisa de que es demasiado tarde para llevar a los asesinos nazis a la justicia, las cifras demuestran claramente lo contrario¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.