Colas, virus y escasez en la Cuba del VIII Congreso
Los cubanos esperan sin muchas expectativas que las medidas que se tomen en la reuni¨®n del Partido Comunista se traduzcan en mejoras de la calidad de vida
No muy lejos del Palacio de las Convenciones de La Habana, donde desde el pasado viernes se desarrolla el VIII Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), cerca de un centenar de personas con la mascarilla puesta se arremolina haciendo una infausta cola. Pese a que la pandemia del coronavirus en estos d¨ªas est¨¢ en su peor momento, nadie guarda la distancia de seguridad. Es mediod¨ªa, el term¨®metro marca 31? y solo hay un ¨¢rbol que da sombra en los alrededores de una tienda donde este s¨¢bado ofrec¨ªan pollo, principal prote¨ªna de la dieta cubana ¡ªcuando aparece¡ª. Nadie se mueve de la fila donde algunos llevan unas cinco horas esperando para comprar en pesos cubanos en un comercio pobremente surtido.
Unas cuadras m¨¢s adelante hay otra tienda con muchos m¨¢s productos en la que solo puede pagarse con tarjeta magn¨¦tica asociada a una cuenta del llamado MLC, Moneda Libremente Convertible, respaldada con d¨®lares, euros u otras divisas extranjeras. A estas nuevas tiendas aludi¨® Ra¨²l Castro en su informe durante el VIII Congreso, al asegurar que ¡°la situaci¨®n extrema de falta de liquidez oblig¨® a reintroducir las ventas en moneda libremente convertible¡±, adelantando que la medida ¡°perdurar¨¢ en el tiempo¡± hasta poder ¡°recuperar y fortalecer la econom¨ªa¡±.
En el establecimiento para tarjetas magn¨¦ticas de la calle 70, en el barrio de Miramar, la cola es tambi¨¦n gigantesca, pese a que hay que pagar los alimentos y productos de primera necesidad en una moneda a la que muchos cubanos no pueden acceder. Las conversaciones en la calle mientras la gente espera son de agobio. Un ama de casa se queja de la ¨²ltima factura de la luz que le ha llegado. M¨¢s de mil pesos, equivalentes a 40 d¨®lares al cambio oficial, algo que, dice, a duras penas alcanza a pagar con sus ingresos mensuales. Es cinco veces m¨¢s de lo que pagaba antes.
Un hombre cuenta que un revendedor le ofreci¨® la semana pasada un paquete de maquinillas de afeitar por 700 pesos. ¡°Lo mand¨¦ pa¡¯l carajo¡±, dice el joven, que trabaja en un centro estatal. ¡°Mi salario antes era de 900 pesos y con la reforma monetaria me lo han subido a m¨¢s de 4.000, pero el precio de todo se ha disparado¡±, explica. Su c¨¢lculo es que ¨¦l y la mayor¨ªa de los cubanos han perdido casi la mitad de su poder adquisitivo desde que comenz¨® en enero la denominada Tarea Ordenamiento. ¡°Una bolsa de 10 libras de pollo cuesta en una tienda de moneda nacional 193 pesos, pero los que pueden se lo compran a revendedores al doble o al triple para no tener que hacer la cola¡±, asegura Mayel¨ªn, que confiesa que ella se dedica al trapicheo para sobrevivir.
La angustia de no poder llegar a fin de mes se ha instalado en la mayor¨ªa de los hogares cubanos y sale en casi todas las conversaciones. Las autoridades son conscientes de que es un asunto vital. No por casualidad apareci¨® el s¨¢bado en los debates de la Comisi¨®n Econ¨®mica y Social del VIII Congreso del PCC. Algunos delegados abogaron por la supresi¨®n de la libreta de racionamiento, en vigor desde hace 60 a?os, que ofrece a todos los cubanos unos pocos alimentos y art¨ªculos de primera necesidad a precios subsidiados ¡ªprecios que han subido bastante tras la reforma monetaria, aunque siguen siendo bajos¡ª. ¡°Si hubiese un nivel estable de oferta liberada la libreta perder¨ªa sentido. Pero como no hay un nivel de oferta estable, no queda otra alternativa que mantener una distribuci¨®n administrativa¡±, dijo el ministro de Econom¨ªa, Alejandro Gil.
En las colas cercanas al Palacio de las Convenciones no hab¨ªa el s¨¢bado demasiadas expectativas en que el VIII Congreso vaya a traducirse en mejoras de la calidad de vida de la gente. La mayor¨ªa dice no haber seguido los debates. En el casco hist¨®rico de La Habana Vieja, donde existen numerosos negocios privados, restaurantes y bares ¡ªhoy cerrados o vendiendo solo comida para llevar debido a la pandemia¡ª, algunos emprendedores declaraban que la situaci¨®n es muy grave. Las causas son la crisis estructural del sistema productivo, los efectos demoledores de la pandemia y el recrudecimiento del embargo por la Administraci¨®n Trump. Los emprendedores esperan que tras el congreso comience ¡°una apertura en serio¡±.
¡°No queda m¨¢s remedio¡±, dice el due?o de una famosa paladar. Sin embargo, expresa su ¡°desconcierto¡± por la referencia de Ra¨²l Castro a los ¡°l¨ªmites¡± que debe tener el desarrollo de la iniciativa privada. En su informe durante el congreso, Ra¨²l Castro defendi¨® las restricciones para que algunos profesionales ejerzan por cuenta propia y tambi¨¦n se mostr¨® contrario a la reclamaci¨®n para ¡°la importaci¨®n comercial privada¡± y el establecimiento de ¡°un sistema no estatal de comercio¡±. ¡°Son estas cuestiones que no pueden generar confusi¨®n. Hay l¨ªmites que no podemos rebasar porque llevar¨ªa a la destrucci¨®n del socialismo, porque las consecuencias ser¨ªan irreversibles y conducir¨ªan a errores estrat¨¦gicos y la destrucci¨®n misma del socialismo, y por ende de la soberan¨ªa de la naci¨®n¡±, asegur¨®.
Hay quien ve el vaso medio vac¨ªo, y quien lo quiere ver, con esfuerzo, medio lleno. Un cuentapropista llama la atenci¨®n sobre lo ocurrido el s¨¢bado en una de las comisiones en que trabaj¨® el congreso, al hablarse sobre la legalizaci¨®n de las pymes ¡ªseg¨²n se dijo en el c¨®nclave, podr¨ªan tener hasta 100 trabajadores¡ª. ¡°Soy optimista porque no me queda m¨¢s remedio¡±, concluye el emprendedor.
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