La Justicia venezolana obliga al diario ¡®El Nacional¡¯ a pagar 13 millones de d¨®lares a Diosdado Cabello
La querella es por difamaci¨®n e injuria. La empresa enfrenta la posibilidad de perder su sede y sus activos
La Sala de Casaci¨®n Civil del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha emitido una sentencia en la cual obliga al diario El Nacional a entregar 13 millones de d¨®lares a Diosdado Cabello, n¨²mero dos del r¨¦gimen bolivariano y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, por da?os morales y difamaci¨®n.
La querella de Cabello contra El Nacional, uno de los diarios de mayor tradici¨®n editorial de Venezuela en el siglo XX, tuvo lugar luego de que el medio publicara en 2015 unas afirmaciones del capit¨¢n de corbeta Leamsy Salazar, por a?os jefe de seguridad de Hugo Ch¨¢vez, quien acus¨® a Cabello de tener v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico. Salazar hab¨ªa desertado a Estados Unidos poco antes. Los se?alamientos de Salazar fueron publicados originalmente por el diario espa?ol ABC y replicado por agencias y medios internacionales.
De acuerdo a las fuentes consultadas, la sentencia obligar¨ªa a la empresa a entregar su sede como parte del pago, una moderna edificaci¨®n adquirida en 2007. El propio Cabello ha comentado esta eventualidad en su programa de televisi¨®n, y ha prometido que en ese caso convertir¨ªa a las instalaciones de El Nacional ¡°en una universidad¡±.
¡°El r¨¦gimen pretende expropiar a El Nacional y entreg¨¢rselo a Diosdado Cabello¡±, ha declarado su director, Miguel Henrique Otero, hoy exiliado en Madrid. ¡°Yo no creo que El Nacional vaya a desaparecer. Ahora es una web. Desaparecer¨¢n las instalaciones, la rotativa, pero nosotros seguiremos informando,¡± afirm¨®.
Adem¨¢s de El Nacional, en 2015 Cabello hab¨ªa demandado tambi¨¦n a los directivos de los diarios Tal Cual, fundado por Teodoro Petkoff, y el portal informativo La Patilla, dirigido por Alberto Ravell, por replicar comentarios en los cuales hab¨ªa salido perjudicado con acusaciones similares. Estos procesos judiciales, comentados por Cabello p¨²blicamente, siguen su curso. Algunos est¨¢n en fase de apelaci¨®n. Ciertos casos individuales fueron resueltos luego de mediaciones entre las partes que implicaron el retiro de cargos.
¡°Pronto saldr¨¢ la demanda de El Nacional y la de Tal Cual anda rodando por all¨ª¡±, hab¨ªa comentado Cabello en octubre. ¡°Ahora dicen que Diosdado los est¨¢ persiguiendo. Si ellos no pagan eso, tengo que ir contra lo que ellos tienen. Voy a exigir que paguen. Yo no amenazo a nadie, nosotros no perseguimos a nadie, por eso lo que nos queda es ir a los tribunales. Yo estoy exigiendo, me sent¨ª agraviado por una informaci¨®n que ellos pusieron contra mi persona sin presentar una sola prueba, por eso los demand¨¦.¡±
Al comentar que la medida retrata con crudeza ¡°la prepotencia del poder¡±, el abogado y pol¨ªtico opositor Ram¨®n Jos¨¦ Medina critica el marcado desbalance ¡°entre la proporcionalidad del reclamo y el monto. 13 millones de d¨®lares por da?o moral es una barbaridad. Adem¨¢s, la responsabilidad penal de una informaci¨®n debe asumirla el medio que emiti¨® la declaraci¨®n original.¡± Medina hab¨ªa estado involucrado en la demanda de Cabello, pese a que ten¨ªa 9 a?os que no formaba parte de la Junta Directiva del diario.
La relator¨ªa de la Libertad de Expresi¨®n de la propia Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos deja asentado: ¡°La reproducci¨®n fiel de informaci¨®n no da lugar a responsabilidad, aun en los casos en que la informaci¨®n reproducida no sea correcta y pueda da?ar el honor de alguna persona. Las bases de esta doctrina se encuentran en la necesidad de la libertad de expresi¨®n e informaci¨®n para la existencia de una sociedad democr¨¢tica¡±.
Fundado por el escritor Miguel Otero Silva en 1941, en principio con una orientaci¨®n de izquierda moderada, El Nacional fue uno de los consentidos de la opini¨®n p¨²blica venezolana y uno de los grandes referentes informativos del pa¨ªs durante todo el siglo XX. A sus p¨¢ginas acudieron muchos intelectuales latinoamericanos y espa?oles en el exilio, en un tiempo en el cual la regi¨®n estaba dominada por dictaduras. Tambi¨¦n ha sido considerado una escuela de formaci¨®n para much¨ªsimos periodistas del pa¨ªs.
Miguel Henrique Otero fue asumiendo progresivamente la conducci¨®n de la empresa luego de la muerte de su padre, en 1985. El Nacional tuvo un tiempo de coincidencia y cercan¨ªas con Hugo Ch¨¢vez durante su primera candidatura, en 1998, para luego enemistarse irremediablemente durante su segundo a?o de su gobierno. El gobierno de Ch¨¢vez acus¨® reiteradamente a Otero de conspirar para derrocarlo y criticaba con dureza su orientaci¨®n editorial. La vieja sede del peri¨®dico, en el centro de la ciudad, fue atacada masivamente por militantes chavistas en varias ocasiones.
A finales de 2017, estrangulado con las presiones tributarias, la crisis econ¨®mica y la escasez del papel, El Nacional anunci¨® el fin de su edici¨®n impresa y el fortalecimiento de su versi¨®n digital. Es el momento en el cual los periodistas de planta que quedaban, los que hab¨ªan decidido luchar hasta el final, tuvieron que renunciar y qued¨® vac¨ªa su sala de redacci¨®n.
El Nacional asumi¨® su nueva cirug¨ªa y adopt¨® una sala de redacci¨®n m¨¢s peque?a con nuevos integrantes para su p¨¢gina web, que sigue funcionando. Este proceso han tenido que asumirlo muchas empresas editoriales de tradici¨®n de otras ciudades venezolanas ante el asedio chavista.
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