La tensi¨®n armada aumenta en Estados Unidos
El presidente Biden agita a los sectores conservadores con una serie de acciones para regular la venta de armas ante el incremento de tiroteos masivos


La ira se apoder¨® por ¨²ltima vez de Phillip Adams el 7 de abril. Aquella ma?ana el exjugador de la NFL, la liga profesional de f¨²tbol americano de Estados Unidos, entr¨® a la casa del doctor Robert Lesslie en Carolina del Sur. Dispar¨® con dos pistolas contra toda persona que encontr¨®. Fueron asesinados el m¨¦dico, de 70 a?os, su esposa B¨¢rbara, de 69, y dos de sus nietos: Adah de 9 y Noah, de 5. Otros dos trabajadores, que se encontraban en la residencia arreglando el aire acondicionado, tambi¨¦n fueron heridos y murieron d¨ªas despu¨¦s en el hospital. El incidente dej¨® siete fallecidos incluyendo a Phillip, quien se suicid¨® a medianoche. Ten¨ªa 32 a?os.
La familia de Adams busca respuestas al violento episodio. El cerebro del jugador ha sido enviado a la Universidad de Boston para que cient¨ªficos analicen si en ¨¦l hay rastros de una encefalopat¨ªa traum¨¢tica cr¨®nica, una enfermedad causada por repetidos golpes en la cabeza, com¨²n en los integrantes de la liga. Los familiares han descrito a la prensa local el r¨¢pido deterioro mental y la agresividad reciente de Adams, quien nunca logr¨® superar el hecho de que las lesiones lo apartaran en 2015 de una carrera de solo cinco a?os.
El episodio de Carolina del Sur es una l¨²gubre anotaci¨®n m¨¢s en una larga lista de tiroteos cotidianos en Estados Unidos. Desde ese entonces y hasta este viernes se hab¨ªan registrado 14 sucesos similares con 15 v¨ªctimas mortales de acuerdo al conteo que lleva Gun Violence Archive, una base de datos que monitorea hechos de violencia con armas. El m¨¢s reciente hab¨ªa sido en Indiana, donde un exempleado de FedEx mat¨® a ocho antiguos compa?eros de trabajo en un almac¨¦n de Indian¨¢polis.
La epidemia de la violencia armada en Estados Unidos no desapareci¨® durante la pandemia. Solo pas¨® a un plano imperceptible. En 2020, 19.380 personas fueron v¨ªctimas mortales en un pa¨ªs que tiene m¨¢s armas que habitantes, 393 millones para 328 millones. Solo en enero de 2021 se compraron 4.1 millones de pistolas, el mayor n¨²mero para un mes desde 1998, a?o en que se inici¨® el registro. Hay 10 millones de rifles de asalto en manos privadas desde que se permiti¨® su comercializaci¨®n en 2004.
Otras 24.000 vidas se perdieron tambi¨¦n por suicidio. A pesar de tener el 4% de la poblaci¨®n global, la naci¨®n registra el 35% de los suicidios con armas en todo el mundo. M¨¢s estadounidenses fallecen por balas que en accidentes de coches.
El presidente Joe Biden se ha decidido a enfrentar el problema. Su Gobierno ha anunciado seis acciones ejecutivas que pretenden atender un problema de salud p¨²blica resaltado por tiroteos como los de Boulder (Colorado), con 10 v¨ªctimas en un supermercado, y el Atlanta (Georgia) donde seis mujeres de origen asi¨¢tico fueron asesinadas en un spa.
El Departamento de Justicia evitar¨¢ la proliferaci¨®n de las ¡°armas fantasmas¡±, unos kits que contienen piezas separadas que permiten ensamblarlas en menos de 30 minutos y que son dif¨ªciles de rastrear. Tambi¨¦n regular¨¢ los adaptadores que dan m¨¢s estabilidad a las armas cortas, como el que us¨® el asesino de Boulder. El Gobierno publicar¨¢ en los pr¨®ximos 60 d¨ªas la legislaci¨®n de ¡°alerta roja¡±, que permite a las autoridades impedir temporalmente el acceso a armas a personas inestables mentalmente que fueron denunciadas por familiares o polic¨ªas. Una norma nacional de este tipo habr¨ªa hecho m¨¢s dif¨ªcil conseguir pistolas al atleta Adams y al asesino de FedEx, pues sus familias mostraron preocupaci¨®n por sus conductas recientes.
La determinaci¨®n de Washington ha sido reconocida por el movimiento que exige una regulaci¨®n menos laxa. ¡°Las acciones anunciadas reflejan el compromiso para reducir la violencia inclusive si el Congreso no act¨²a¡±, considera Josh Sugarman, director del Violence Policy Center, una organizaci¨®n de Washington. El especialista considera que en los pr¨®ximos a?os se ver¨¢n m¨¢s esfuerzos de la Administraci¨®n federal y de los Estados en favor de mayores controles. El 57% de los estadounidenses cree que las leyes de ventas de armas deben ser m¨¢s estrictas, seg¨²n una encuesta reciente de Gallup. La cifra ha ca¨ªdo un 7% entre 2019 y 2020, un a?o que registr¨® un aumento de 40% en la venta de armas, rozando los 40 millones.

La acci¨®n de Washington tambi¨¦n desencaden¨® una reacci¨®n de los sectores conservadores. El gobernador de Texas, Gregg Abbott, comunic¨® horas despu¨¦s del anuncio de Biden que su estado aprobar¨ªa leyes que protegieran los derechos de la segunda enmienda constitucional. El Senado estatal votar¨¢ una ley que pretende eliminar la necesidad de tener un permiso para portar armas en lugares p¨²blicos. Normas similares aguardan su aprobaci¨®n en bastiones republicanos como Tennessee y Carolina del Sur, donde la moci¨®n fue avalada por la c¨¢mara baja el mismo d¨ªa en que Phillip Adams mat¨® a seis personas. En este estado cada 10 horas muere alguien por un tiro.
Los senadores republicanos ser¨¢n claves para dar a Biden una cabeza que dirija la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF por sus siglas en ingl¨¦s), otra herramienta necesaria en la lucha por reducir la violencia. ¡°Es el organismo encargado de vigilar el movimiento il¨ªcito de armas y las armer¨ªas. Lleva m¨¢s de cinco a?os sin un director permanente. Es un punto muy interesante. Armar a la agencia para hacer que funcione¡±, considera Eugenio Weigend, director del ¨¢rea de prevenci¨®n de la violencia con armas del organismo independiente Center for American Progress.
La apuesta de Biden para la ATF es David Chipman, un asesor de Giffords, un centro de pol¨ªticas p¨²blicas enfocado a la regulaci¨®n que toma el nombre de la congresista de Arizona que sobrevivi¨® a un atentado en 2011. Antes de ser un activista, Chipman fue un funcionario en el escuadr¨®n de ¨¦lite de la agencia, donde segu¨ªa la pista a casos de tr¨¢fico de alto perfil. El Gobierno dem¨®crata necesita 51 votos en la c¨¢mara alta para lograr el nombramiento.
Weigend destaca que el mandatario haya solicitado al Departamento de Justicia un reporte sobre el trasiego de armas interestatal. La ¨²ltima edici¨®n de un informe de este tipo se hizo hace 21 a?os. ¡°Estamos hablando de que entre 2010 y 2019 m¨¢s de 500.000 armas fueron traficadas de un estado a otros y no conocemos mucho al respecto¡±, afirma citando datos no oficiales.
Las polic¨ªas son otro ingrediente del peligroso c¨®ctel de la cultura de armas. Esta semana una agente blanca de la polic¨ªa de Brooklyn Center (Minneapolis) confundi¨® su arma de fuego con una pistola paralizante, matando durante un arresto a Daunte Wright, un joven afroamericano de 20 a?os que estaba desarmado. La indignaci¨®n por la brutalidad policial tambi¨¦n aument¨® despu¨¦s de que fueran publicadas las im¨¢genes de una persecuci¨®n en Chicago (Illinois), donde un uniformado, tambi¨¦n blanco, dispar¨® contra Adam Toledo, un latino de 13 a?os.
La muerte de polic¨ªas sigue siendo baja para un pa¨ªs fuertemente armado y donde los ciudadanos tienen 25 veces m¨¢s posibilidades de ser heridos de bala que otros pa¨ªses desarrollados. En 2020, 48 polic¨ªas fallecieron por disparos, un 6% menos que los 51 muertos en 2019, de acuerdo al Fondo Nacional de oficiales de la ley. La covid-19 fue la principal causa de muertes para los polic¨ªas el a?o pasado. ¡°Ser polic¨ªa no es una ocupaci¨®n especialmente peligrosa, pero su papel es parte de una amplia discusi¨®n nacional sobre el racismo institucional¡±, explica el activista anti armas John Lindsay-Poland. Hasta 2019, sin embargo, las armas eran la principal causa de muerte para los ni?os y adolescentes afroamericanos.
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