Ir¨¢n impone otro a?o de c¨¢rcel a Nazanin Zaghari-Ratcliffe, la iranobrit¨¢nica que liber¨® el pasado marzo
La trabajadora humanitaria ha sido condenada por propaganda contra el r¨¦gimen, un cargo que su marido ve como ¡°una t¨¢ctica negociadora¡± por parte de Teher¨¢n
Ir¨¢n ha a?adido este lunes una condena de un a?o de c¨¢rcel a Nazanin Zaghari-Ratcliffe, de 42 a?os, por ¡°actividades de propaganda contra la Rep¨²blica Isl¨¢mica¡±. La trabajadora humanitaria iranobrit¨¢nica cumpli¨® una pena de cinco a?os de prisi¨®n a primeros de marzo. Entonces le fue retirado el grillete electr¨®nico con el que las autoridades penitenciarias vigilaban su detenci¨®n domiciliaria a causa de la covid, pero al mismo tiempo volvi¨® a ser convocada ante el juez frustrando sus expectativas de volver al Reino Unido, donde viven su marido y su hija.
La nueva sentencia incluye tambi¨¦n la prohibici¨®n de salir de Ir¨¢n durante un a?o, seg¨²n ha informado su abogado, Hojjat Kermani, citado por los medios locales. Su marido, Richard Ratcliffe, ha declarado a la BBC que la decisi¨®n del tribunal era un mal signo. ¡°Se trata claramente de una t¨¢ctica negociadora de las autoridades iran¨ªes¡±, ha asegurado en referencia al contencioso por una deuda de 400 millones de libras (unos 460 millones de euros) que el Reino Unido mantiene con Ir¨¢n por una compra militar no entregada a ra¨ªz de la revoluci¨®n de 1979. Ambos Gobiernos lo niegan.
No obstante, numerosos observadores se muestran convencidos de que la Rep¨²blica Isl¨¢mica utiliza la detenci¨®n de ciudadanos extranjeros o con doble nacionalidad como moneda de cambio en sus negociaciones con Occidente. El Centro para los Derechos Humanos en Ir¨¢n (CHRI, en sus siglas inglesas) ha denunciado que, en contra de lo esperado, la situaci¨®n de algunos de esos detenidos ha empeorado a pesar del cambio de Administraci¨®n en EE UU y su apuesta por reactivar el acuerdo nuclear abandonado durante el mandato de Donald Trump. Adem¨¢s de Zaghari-Ratcliffe, al menos otros 14 binacionales y un extranjero est¨¢n actualmente privados de libertad en Ir¨¢n, seg¨²n el CHRI.
Zaghari-Ratcliffe, que trabajaba como gerente de proyectos en la Fundaci¨®n Thomson Reuters, fue detenida en abril de 2016 en el aeropuerto de Teher¨¢n, a donde hab¨ªa viajado con su hija de pocos meses con el fin de que la conocieran sus padres. Fue condenada en un juicio secreto por una controvertida acusaci¨®n de ¡°atentar contra la seguridad nacional¡±, algo que ella y su familia siempre han negado. La peque?a qued¨® al cuidado de su abuela hasta 2019, cuando regres¨® al Reino Unido con su padre para empezar el colegio.
Debido a la covid, la iranobrit¨¢nica estuvo entre los cerca de 100.000 presos que el a?o pasado se beneficiaron de un permiso especial para proseguir las penas en detenci¨®n domiciliaria y se traslad¨® a casa de sus padres controlada por un grillete electr¨®nico. A principios del pasado marzo, al cumplir la sentencia, le fue retirado al mismo tiempo que recib¨ªa una citaci¨®n judicial para hacer frente a una nueva acusaci¨®n por propaganda por la que ahora ha sido condenada otra vez. Seg¨²n su marido, a¨²n no ha entrado en la c¨¢rcel y va a apelar.
A pesar de las im¨¢genes en las que se la vio sonriente en casa de sus padres, los cinco a?os de privaci¨®n de libertad, y en especial los cuatro que pas¨® en prisi¨®n, le han pasado factura. Un examen m¨¦dico que le realiz¨® la ONG Redress concluy¨® que Zaghari-Ratcliffe sufre estr¨¦s postraum¨¢tico, depresi¨®n y estr¨¦s obsesivo debido a ¡°las traum¨¢ticas experiencias que ha vivido en las c¨¢rceles iran¨ªes¡± y la incertidumbre sobre su destino. Cont¨® a los m¨¦dicos que mientras la tuvieron en una celda de aislamiento al principio de su detenci¨®n, era interrogada entre ocho y nueve horas diarias, a menudo con los ojos vendados.
El primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, ha declarado que el Reino Unido va a redoblar los esfuerzos para liberarla y que estaba trabajando con EE UU con ese objetivo. ¡°Creo que es err¨®neo que est¨¦ all¨ª de entrada, y vamos a trabajar para asegurar su liberaci¨®n y su regreso con los suyos, como hacemos con todos los casos con doble nacionalidad¡±, ha asegurado. Johnson cometi¨® un grave error cuando en 2017 tras criticar el sistema judicial iran¨ª dijo que Zaghari-Ratcliffe estaba en Teher¨¢n ¡°ense?ando periodismo¡±, extremo que fue desmentido tanto por la fundaci¨®n en la que trabajaba como por su familia.
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