Ocho a?os y 12 kilos: una ni?a es s¨ªmbolo del abandono de los yanomami en Brasil

Una hamaca oscura envuelve el peque?o cuerpo de una ni?a yanomami (etnia ind¨ªgena de la Amazonia) tan delgada que su piel se amolda a sus costillas. La fotograf¨ªa de esta menor de ocho a?os que solo pesa 12,5 kilos (el peso m¨ªnimo normal para su edad es de 20 kilos), tomada en la aldea de Maimasi, en el Estado de Roraima, en la regi¨®n norte de Brasil, pone al descubierto un problema cr¨®nico de mala atenci¨®n sanitaria al que se enfrentan los ind¨ªgenas en el coraz¨®n de la Amazonia.

La ni?a padec¨ªa malaria, neumon¨ªa, lombrices y desnutrici¨®n en una regi¨®n donde no hay visitas regulares de los equipos sanitarios y que est¨¢ a 11 horas a pie del centro de salud m¨¢s cercano. Su imagen fue captada el 23 de abril, d¨ªas antes de ser trasladada por avi¨®n a un hospital de la capital, Boa Vista, donde se ha recuperado de la malaria, pero sigue siendo tratada de otras enfermedades. Su imagen se ha convertido en un s¨ªmbolo del abandono hist¨®rico de Brasil hacia el pueblo yanomami, que lucha por sobrevivir en medio de varias crisis: la escalada de violencia de los mineros ilegales, los impactos ambientales que llevan el hambre a algunas regiones y la fragilidad en el acceso a la atenci¨®n sanitaria.

El l¨ªder ind¨ªgena Dar¨ªo Kopenawa, quien autoriz¨® la publicaci¨®n de la fotograf¨ªa en este reportajey, explic¨® que ¡°en la cultura yanomami no podemos mostrar la imagen de un ni?o, fr¨¢gil, enfermo. Pero es muy importante [hacerlo] por la crisis que estamos atravesando¡±. Para esta etnia, la imagen de la persona es una parte importante de su vida y difundirla en una situaci¨®n de enfermedad puede debilitarla a¨²n m¨¢s. Incluso cuando mueres, debes quemar todos los recuerdos de los difuntos para preservar su esp¨ªritu en el mundo de los muertos, pero la comunidad decidi¨® publicar la fotograf¨ªa mientras la ni?a intenta recuperarse para denunciar ante los nap?p? ¨Dcomo llaman a los no ind¨ªgenas ¨D su sufrimiento ante la grave crisis sanitaria que les amenaza.

¡°Esta foto es una respuesta a la violaci¨®n de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas¡±, resume Kopenawa. A medida que la malaria y la covid-19 avanzan en las aldeas, los dirigentes informan de que los equipos sanitarios se han reducido con profesionales de baja por la pandemia y otras enfermedades. Adem¨¢s, los centros de salud se han cerrado temporalmente y faltan helic¨®pteros para transportar a los pacientes en las zonas de dif¨ªcil acceso. ¡°Llevamos mucho tiempo sufriendo, sin una buena estructura, sin todos los profesionales completos que nos den asistencia. Con la pandemia, la situaci¨®n empeor¨®¡±, afirma Konepawa.

El problema afecta especialmente a las comunidades m¨¢s aisladas, que dependen de las visitas espor¨¢dicas de los equipos. J¨²nior Yanomami, miembro del Consejo Distrital de Salud Ind¨ªgena (Condisi), ¨®rgano responsable del control social de las acciones del Gobierno, a?ade: ¡°Hay lugares que siguen sin recibir la vacuna contra la covid-19 porque no tienen profesionales. Son comunidades que est¨¢n lejos de los centros, no hay forma de llegar a ellas¡±. En Brasil, los grupos ind¨ªgenas se encuentran en la cola de vacunaci¨®n.

Malaria y desnutrici¨®n

¡°La salud de los yanomami est¨¢ abandonada. Falta de todo¡±, contin¨²a explicando el l¨ªder ind¨ªgena. Seg¨²n ¨¦l, la aldea de Maimasi, que vive un brote de malaria y donde varios ni?os sufren desnutrici¨®n y verminosis, no hab¨ªa recibido la visita de los equipos sanitarios desde hac¨ªa seis meses, cuando los profesionales atendieron a la ni?a de la fotograf¨ªa (difundida por un misionero cat¨®lico y publicada por la Folha de S?o Paulo), a finales de abril. El equipo no ten¨ªa suficientes medicamentos para todos los que los necesitaban, cuenta el ind¨ªgena.

La Secretar¨ªa de Salud Ind¨ªgena (Sesai), responsable de la atenci¨®n a los pueblos originarios, da una versi¨®n diferente: dice que la atenci¨®n se produjo el 19 de marzo, ¡°pero la familia no autoriz¨® el traslado a un centro sanitario¡±. Tambi¨¦n garantiza disponer de reservas suficientes de medicamentos y de profesionales sanitarios contratados, pero no aclara la frecuencia de las visitas a la aldea. La Sesai tampoco inform¨® a EL PA?S de la incidencia de la malaria, la desnutrici¨®n y la mortalidad infantil para dar la dimensi¨®n del crecimiento de las enfermedades en la regi¨®n.

Estos problemas de salud no est¨¢n extendidos por todo el territorio yanomami ¨Dtan grande como la superficie de un pa¨ªs como Portugal¨D, pero est¨¢n presentes en varias comunidades. Un estudio realizado por investigadores de Fiocruz en dos zonas del territorio, Auaris y Maturak¨¢, y divulgado el a?o pasado da pistas sobre la magnitud del problema: el 80% de los ni?os de hasta cinco a?os sufr¨ªa desnutrici¨®n cr¨®nica y el 50%, desnutrici¨®n aguda en estas localidades.

La situaci¨®n est¨¢ relacionada con la escasez de agua potable y la falta de control nutricional y de atenci¨®n prenatal durante el embarazo. Tambi¨¦n se debe a los frecuentes casos de verminosis, malaria y diarrea en las comunidades. ¡°Desde 2019 informo de las necesidades y pedimos ayuda al Gobierno¡±, explica J¨²nior Yanomami. ¡°Ahora est¨¢ peor. La desnutrici¨®n ha aumentado mucho. Donde hay miner¨ªa ilegal, existe el problema del hambre. Y en la pandemia las invasiones aumentaron. ?C¨®mo explicar el hambre de los yanomami? Ellos [los mineros] ensucian los r¨ªos, destruyen el bosque, acaban con los animales para caza. Nos alimentamos de la naturaleza¡±, explica el ind¨ªgena.

Los habitantes de Maimasi son descendientes de uno de los grupos m¨¢s afectados por la apertura de la carretera Perimetral Norte (BR-210) en los a?os setenta, durante la dictadura militar. En esa ¨¦poca, una parte importante del grupo muri¨® ante los brotes de sarampi¨®n y otras enfermedades transmitidas por los trabajadores de la construcci¨®n. Llevan a?os reclamando un centro de salud, pero por ahora siguen dependiendo de las visitas espor¨¢dicas del equipo sanitario a la comunidad.

La amenaza de la miner¨ªa ilegal

La situaci¨®n, que ya era dif¨ªcil, empeor¨® especialmente desde el a?o pasado. Las visitas han disminuido mientras que las actividades de los mineros ilegales han aumentado, incrementando la posibilidad de enfermedades contagiosas y la violencia. Y los casos de malaria, a los que se enfrentan los ind¨ªgenas desde hace d¨¦cadas y que la Sesai considera ¡°end¨¦micos¡±, siguen aumentando. Seg¨²n J¨²nior Yanomami, solo este a?o se han identificado unos 10.000 casos, lo que corresponde a algo m¨¢s de un tercio de toda la poblaci¨®n yanomami, que es de unas 29.000 personas. ¡°La ni?a de la foto expresa probablemente esta suma de tragedias¡±, afirma la Red Pro-Yanomami y Ye¡¯kwana en un comunicado.

Los diversos problemas sanitarios, medioambientales y sociales a los que se enfrentan las comunidades no est¨¢n disociados. La deforestaci¨®n en la Amazonia en abril pasado fue la m¨¢s alta de los ¨²ltimos seis a?os, seg¨²n el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. La deforestaci¨®n ha crecido a?o tras a?o, y el desequilibrio medioambiental interfiere en la dieta de los pueblos del bosque, que se alimentan de lo que cosechan, pescan y cazan.

En varias zonas, la presencia de mineros y madereros ilegales tambi¨¦n provoca la contaminaci¨®n de los r¨ªos con mercurio, lo que contribuye a la desnutrici¨®n, la deshidrataci¨®n y la diarrea. Ante la disminuci¨®n de los recursos en la selva y el hambre que se avecina, algunos ind¨ªgenas acaban trabajando con los no ind¨ªgenas y adhiri¨¦ndose a una dieta industrializada y menos nutritiva. ¡°No se puede generalizar que los ni?os mueran de desnutrici¨®n, de hambre¡±, dice Kopenawa. ¡°Existe este problema cuando hay presencia de mineros ilegales. Donde no los hay, los ni?os est¨¢n sanos, comen bien y se ocupan de sus actividades. Lo que falta es la atenci¨®n sanitaria¡±, argumenta. ¡°La vida del pueblo yanomami est¨¢ en peligro. Nuestro territorio es vulnerable con tantos problemas al mismo tiempo¡±.

A la crisis sanitaria y medioambiental se suma la escalada de violencia en algunas regiones. Es el caso de la comunidad ind¨ªgena Palimiu, en Roraima. Desde hace una semana, el pueblo se enfrenta a los ataques de los mineros ilegales, con disparos, bombas y gases lacrim¨®genos contra los ind¨ªgenas. El martes pasado, los mineros ilegales intercambiaron disparos con la Polic¨ªa Federal durante una visita para investigar las denuncias de ataques al pueblo. J¨²nior Yanomami, que estaba en la comunidad en ese momento, asegur¨® que el hecho fue ins¨®lito. ¡°Nunca hab¨ªa visto tantos disparos. Solo en las pel¨ªculas. Eran muchos [los mineros ilegales] y ten¨ªan armas pesadas¡±, dijo.

El a?o pasado, los ind¨ªgenas crearon una barrera sanitaria para impedir el paso de los mineros ilegales e intentar frenar la propagaci¨®n del coronavirus. Pero el r¨ªo Uraricoera, donde se encuentra la barrera, es una de las principales v¨ªas de la actividad. El 24 de abril, los yanomami impidieron el paso a un grupo. Intentaron negociar para que no volvieran. La respuesta, seg¨²n J¨²nior Yanomami, lleg¨® media hora despu¨¦s, con disparos en direcci¨®n a la comunidad. Los ind¨ªgenas se defendieron con flechas y disparos de fusil.

Los diversos conflictos de la ¨²ltima semana, seg¨²n los ind¨ªgenas, han dejado tres mineros y un yanomami heridos. Dos ni?os se ahogaron al huir de los disparos, seg¨²n los dirigentes. El ¨²ltimo ataque que reportan fue el domingo. ¡°Es algo muy serio. Todo el mundo all¨ª tiene mucho miedo. Yo tambi¨¦n me qued¨¦¡±, explica J¨²nior Yanomami. ¡°Hay yanomamis en peligro. Me temo que va a haber una masacre en cualquier momento. El Gobierno Federal tiene que moverse¡±, clama.

Las entidades ind¨ªgenas ven la posici¨®n del presidente Jair Bolsonaro, que ya ha hecho declaraciones contra la demarcaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas yanomami y suele defender la regularizaci¨®n de la miner¨ªa en los territorios, como un est¨ªmulo a los conflictos. El mi¨¦rcoles pasado, el ej¨¦rcito lleg¨® a desplegar soldados en la comunidad, pero los retir¨® horas despu¨¦s. La 1? Brigada de Boa Vista no respondi¨® al reportaje si volver¨¢ a enviar a los soldados y qu¨¦ motiv¨® su retirada.

Mientras tanto, los ind¨ªgenas siguen en estado de alerta y miedo, dicen los dirigentes. Hasta que la situaci¨®n cambie, tambi¨¦n estar¨¢n sin los servicios sanitarios, ya que la Sesai retir¨® a los profesionales debido a la gravedad de la situaci¨®n. ¡°La unidad de servicio ser¨¢ reabierta tan pronto como sea posible operar con seguridad¡±, dijo la secretar¨ªa, agregando que la atenci¨®n de emergencia se realizar¨¢ puntualmente en el distrito de salud ind¨ªgena que est¨¢ fuera del territorio. Por su parte, la Fundaci¨®n Nacional del Indio no respondi¨® a este diario. ¡°El ambiente es de miedo. Mucho miedo¡±, asevera J¨²nior Yanomami. ¡°Ahora solo est¨¢n ellos. Sin Polic¨ªa Federal, sin Ej¨¦rcito, sin Sanidad. Est¨¢n solos para defender su comunidad¡±, concluy¨®.

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