Lukashenko endurece la represi¨®n y asesta otro golpe a la libertad de prensa de Bielorrusia
Protasevich aparece en un v¨ªdeo en el que asegura que est¨¢ bien de salud, que se encuentra en el centro de detenci¨®n n¨²mero 1 de Minsk y que es tratado por la polic¨ªa ¡°con la m¨¢xima correcci¨®n¡±
Golpe a golpe, Aleksandr Lukashenko est¨¢ minando la ya da?ada libertad de prensa de Bielorrusia. Y la mano del l¨ªder autoritario, que lleva casi 27 a?os en el poder, ha demostrado ser muy larga. Con la inaudita maniobra para detener al periodista y activista Roman Protasevich, el mandatario ha dado un paso extremo y env¨ªa el mensaje aterrador a los partidarios de la oposici¨®n y a los medios independientes de que en ning¨²n sitio se est¨¢ a salvo. Ni siquiera en el exilio, donde Protasevich, perseguido por el r¨¦gimen, viv¨ªa desde 2019.
El ¨²ltimo cap¨ªtulo de la represi¨®n se ha vivido en Telegram, donde un canal bielorruso pr¨®ximo al Gobierno difundi¨® el lunes por la noche un v¨ªdeo de Protasevich; un clip al estilo de las confesiones forzadas realizadas en el caluroso verano de las protestas por disidentes detenidos e incluso por la l¨ªder opositora Svetlana Tijan¨®vskaya durante su arresto en agosto, en el ¨²ltimo embate de Lukashenko que la llev¨® al exilio. En la grabaci¨®n, las primeras im¨¢genes de Protasevich tras su arresto, el activista, que aparece sentado frente a una mesa en la que se ve un paquete de tabaco y un mechero, asegura que est¨¢ bien de salud, que se encuentra en el centro de detenci¨®n n¨²mero 1 de Minsk y que le tratan ¡°con la m¨¢xima correcci¨®n¡±. Con gesto nervioso y enunciando un discurso a c¨¢mara que se percibe preparado, el joven expone que est¨¢ ¡°cooperando con la investigaci¨®n¡±. ¡°Estoy dando testimonio confesional sobre los cargos de organizar disturbios masivos en la ciudad de Minsk¡±.
En medio de una marea de duras cr¨ªticas internacionales despu¨¦s de que las autoridades bielorrusas forzaran el domingo ¡ªalegando una amenaza de bomba¡ª el aterrizaje de un avi¨®n civil que sobrevolaba sus cielos para arrestar despu¨¦s al periodista disidente, que iba a bordo, Lukashenko no solo no ha bajado el tono, sino que ha aprobado un nuevo paquete de leyes que restringen a¨²n m¨¢s el derecho a la informaci¨®n en Bielorrusia y reprimen la disidencia.
Las nuevas medidas consagran la prohibici¨®n no solo de participar en las manifestaciones no autorizadas, sino tambi¨¦n de cubrirlas; lo que impedir¨ªa por completo el trabajo de los informadores en un pa¨ªs que no autoriza las protestas. Al veto de publicar sondeos electorales, el nuevo paquete legal a?ade tambi¨¦n el de publicar encuestas de opini¨®n relacionadas con la situaci¨®n pol¨ªtica si no tienen la autorizaci¨®n previa de la Administraci¨®n. Se proh¨ªbe incluso la publicaci¨®n de enlaces a informaci¨®n que se etiqueta de ¡°prohibida¡±.
Silenciar la informaci¨®n se ha convertido en objetivo primordial para el r¨¦gimen bielorruso. Por eso es tan simb¨®lica la detenci¨®n de Protasevich, opina la bielorrusa Maryia Rohava, investigadora de estudios de Europa del Este en la Universidad de Oslo. ¡°Este arresto sin precedentes es un paso m¨¢s de las pol¨ªticas represivas del r¨¦gimen contra los medios de comunicaci¨®n independientes, que se est¨¢n endureciendo desde hace semanas aprovechando el silencio y la inacci¨®n de la comunidad internacional¡±, dice Rohava. En las ¨²ltimas semanas, las autoridades bielorrusas, adem¨¢s, han estrechado el cerco contra otros medios, como Tut.by, un popular diario digital independiente ya acostumbrado a la persecuci¨®n por parte de las autoridades, pero que esta vez ha sido bloqueado y se enfrenta a graves acusaciones de fraude.
La investigadora Rohava cree que con la detenci¨®n de pel¨ªcula de Protasevich, Lukashenko muestra tambi¨¦n que, como han dicho ya las fuerzas de seguridad bielorrusas, puede alcanzar a casi cualquier disidente en Europa.
Roman Protasevich, cuyo in¨¦dito arresto ha puesto en jaque a la industria de aviaci¨®n civil y a la comunidad internacional, es uno de los fundadores de los canales de Telegram Nexta y Nexta Live, que retransmitieron e informaron sobre las protestas del verano pasado contra el fraude electoral y por la democracia, despu¨¦s de que Lukashenko se atribuyera la victoria en las presidenciales con el 80% de los votos.
Protasevich, de 26 a?os, y su colega Stsiapan Putsila, un bloguero de 22 a?os, utilizaron la tecnolog¨ªa de Telegram, una red social fundada por el ruso Pavel Durov y muy extendida en Rusia y Bielorrusia, para sortear la censura y la represi¨®n de las autoridades bielorrusas. Desde su peque?a oficina de Varsovia, los j¨®venes recibieron y filtraron decenas de miles de mensajes, v¨ªdeos y fotograf¨ªas sobre las manifestaciones contra Lukashenko, reportes sobre la brutalidad policial contra los detenidos y an¨¢lisis de las huelgas laborales y los difundieron en Nexta, canal que Pustila hab¨ªa creado en 2015 como medio musical, pero que se recondujo para dedicarse a temas pol¨ªticos.
Cuando los medios estatales pasaban de puntillas u ocultaban las protestas y la violencia de las fuerzas de seguridad, la informaci¨®n bull¨ªa en Telegram, donde los medios independientes han encontrado su nicho, ya que suele sortear los apagones tecnol¨®gicos que las autoridades bielorrusas pusieron en marcha peri¨®dicamente.
Nexta (se pronuncia ¡°nejta¡±, que significa ¡°alguien¡± en bielorruso), que ha llegado a tener casi tres millones de suscriptores en sus dos canales, en un pa¨ªs de nueve millones de habitantes, cruz¨® la l¨ªnea entre el periodismo y el activismo y colabor¨® en la organizaci¨®n de las protestas. Y la informaci¨®n espole¨® todav¨ªa m¨¢s el descontento de la ciudadan¨ªa bielorrusa. En noviembre, las autoridades bielorrusas prohibieron los canales Nexta y los declararon ¡°organizaci¨®n extremista¡±; tambi¨¦n acusaron a sus periodistas de incitar al desorden p¨²blico y al odio social. Los servicios secretos bielorrusos (el KGB) incluyeron a Protasevich en la lista de personas buscadas.
Prisi¨®n
El periodista y activista Protasevich puede enfrentarse a hasta 15 a?os de prisi¨®n. El joven, que se exili¨® en 2019 ¨Dprimero a Polonia y recientemente en Lituania¡ª, huy¨® de Bielorrusia despu¨¦s de varios arrestos. Cuenta con un largo historial de activismo, desde que empez¨® a interesarse por la pol¨ªtica a los 16 a?os y fue expulsado de la universidad en Bielorrusia por participar en protestas no autorizadas. En su perfil de Twitter se describe burlonamente como ¡°el primer periodista terrorista de la historia¡±. Ahora trabaja en otro canal de Telegram, Belamova, que pas¨® a gestionar hace unos meses. Su director, el bloguero Igor Losik, fue arrestado por las autoridades bielorrusas en junio de 2020 y Protasevich declar¨® que quer¨ªa que el proyecto sobreviviera.
El activista supo, nada m¨¢s aterrizar de emergencia en Minsk, que el desv¨ªo forzoso ten¨ªa como objetivo su arresto. ¡°Comenz¨® a agarrarse la cabeza como si algo malo fuera a pasar. Perec¨ªa muy asustado y triste¡±, ha contado Nikos Petalis, un pasajero griego, a Mega TV. Otros viajeros que estaban sentados cerca han relatado que el joven habl¨® con una asistente de vuelo y le recalc¨® que si aterrizaban en Bielorrusia su vida corr¨ªa peligro.
El periodista hab¨ªa comentado a un amigo el domingo por la ma?ana desde el aeropuerto de Atenas, donde embarcaba de vuelta a Vilna, que un hombre que hablaba ruso le estaba siguiendo y hab¨ªa tratado de fotografiar incluso su pasaporte de manera subrepticia. Protasevich hab¨ªa estado en Grecia en una conferencia econ¨®mica con la l¨ªder de la oposici¨®n bielorrusa, Svetlana Tikhanovskaya, y se hab¨ªa quedado unos d¨ªas m¨¢s all¨ª de vacaciones con su novia, Sofia Sapega, tambi¨¦n detenida. Solo unos pocos amigos sab¨ªan que estaba fuera y cu¨¢les eran sus planes, ha contado su padre, Dmitri Protasevich.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.