Ahmed Mestiri, un pol¨ªtico tunecino contra el partido ¨²nico
Miembro de la generaci¨®n que construy¨® el T¨²nez independiente, se distanci¨® de Burguiba y fund¨® en los a?os setenta el primer partido de oposici¨®n
Con la muerte de Ahmed Mestiri el d¨ªa 23 a los 95 a?os, desaparece tal vez el ¨²ltimo de los representantes de la generaci¨®n de j¨®venes pol¨ªticos que colaboraron con Habib Burguiba en la construcci¨®n del T¨²nez independiente. Distanciado del partido ¨²nico, fue el primero en fundar un partido de oposici¨®n bajo el burguibismo a mediados de los a?os setenta.
Nacido en La Marsa en 1925, iniciar¨¢ su militancia en el partido Neo Destur en los a?os de la Segunda Guerra Mundial. Tras sus estudios en T¨²nez, Argel y Par¨ªs, se enrolar¨¢ en la funci¨®n p¨²blica tunecina, conociendo desde dentro la Administraci¨®n colonial y adquiriendo una experiencia que alternar¨ªa con la abogac¨ªa y el sindicalismo.
Particip¨® activamente entre 1952 y 1954 en la clandestinidad en una fase decisiva de la lucha de liberaci¨®n nacional, que forzar¨ªa a Pierre Mend¨¨s-France a conceder a T¨²nez la autonom¨ªa interna. Mestiri, como jefe de Gabinete del ministro desturiano Mongi Slim, ser¨¢ testigo de las negociaciones con el Gobierno franc¨¦s para la independencia. Tras esta, ocupar¨¢ la cartera de Justicia, procediendo a la tunificaci¨®n de la justicia: uniformizaci¨®n del aparato judicial, supresi¨®n de tribunales religiosos y promulgaci¨®n del C¨®digo del Estatuto Personal, con el objetivo de ¡°responder mejor a las exigencias de la modernidad, sin infringir expresamente el texto cor¨¢nico¡±.
Mestiri no oculta en sus memorias, Temoignage pour l¡¯Histoire, publicadas en 2011, la ¡°cierta reticencia¡± con que las masas populares acogieron las innovaciones en los derechos de la mujer del Estatuto Personal, por ¡°fidelidad a las tradiciones legadas por los ancestros y por el efecto de la campa?a hostil desencadenada por opositores pol¨ªticos y algunas autoridades religiosas¡±. Eran los a?os de la resaca del cisma yusefista, que casi sumerge al pa¨ªs en una guerra civil.
Gracias a la capacidad persuasiva de Burguiba y al despliegue explicativo del Gobierno, las reformas fueron interioriz¨¢ndose en la mentalidad tunecina, hasta llegar a convertirse, seg¨²n cuenta, en ¡°algo adquirido que hay que preservar como propio¡±. Hoy, m¨¢s de 60 a?os despu¨¦s, sigue siendo una de las se?as de identidad tunecina.
Entre 1958 y 1960, como ministro de Finanzas y Comercio, sent¨® las bases de la nueva econom¨ªa nacional junto con otros ministerios, creando empresas p¨²blicas de car¨¢cter comercial, industrial o financiero, en un plan de desarrollo a largo t¨¦rmino.
Entre 1960 y 1966, fue embajador en Mosc¨², El Cairo y Argel, justo en los a?os del cambio de r¨¦gimen de Ahmed Ben Bella a Huari Bumedian.
Vuelto a la pol¨ªtica activa, ocup¨® el Ministerio de Defensa en junio de 1966. Su logro, a su juicio, fue ¡°integrarlo lo m¨¢s posible en la comunidad nacional, en simbiosis con las otras instituciones del Estado y sectores de la sociedad¡±, manteni¨¦ndolo fuera del campo pol¨ªtico.
El pa¨ªs viv¨ªa por entonces la experiencia cooperativista de Ben Salah que Mestiri critic¨® por sus excesos, enfrent¨¢ndose a Burguiba, dimitiendo de la direcci¨®n del partido y del ministerio. Tras la ca¨ªda de Ben Salah, defendi¨® un cambio de orientaci¨®n econ¨®mica y una reforma del sistema, que todav¨ªa cre¨ªa posible desde dentro del propio sistema. Lleg¨® a aceptar en junio de 1970 la cartera de Interior.
Pero, en 1971, lleg¨® a la conclusi¨®n de que ¡°era imposible aplicar la democracia en la l¨®gica del partido ¨²nico¡±. En ruptura con el Partido Socialista Desturiano, permaneci¨® integrado entre 1973 y 1978 en el grupo de ¡°disidentes o rebeldes¡± que hab¨ªan tomado sus distancias con el partido y decidido entrar en la ¡°v¨ªa de la oposici¨®n¡±.
En junio de 1978, tras el Jueves Negro, cre¨® el Movimiento de los Dem¨®cratas Socialistas, primer partido de oposici¨®n en T¨²nez, que participar¨ªa en la farsa de las primeras elecciones plurales de la historia tunecina, en noviembre de 1981, que mostraron los l¨ªmites del sistema burguibista.
La ca¨ªda de Burguiba en 1987 fue, para Mestiri, ¡°necesaria, saludable y conforme a la Constituci¨®n¡±. Pero con la llegada de Zine el Abidine Ben Al¨ª se ir¨¢ produciendo su progresiva retirada de la vida pol¨ªtica.
Desde su retiro, percibir¨¢ la llegada de la revoluci¨®n de 2011 como ¡°un milagro¡± por haber provocado la sorpresa de todo el mundo. Milagro, dir¨¢, pero no ¡°el sue?o esperado¡±.
El pa¨ªs conquist¨® la democracia, en la que emergi¨® una importante corriente islamista, siempre latente en la vida tunecina. Mestiri, opuesto a ese ideario, pensaba que la sabidur¨ªa pol¨ªtica obligaba a mantener con la corriente islamista canales de di¨¢logo que evitasen que se hundiera en un gueto que le condujera al extremismo. Para ¨¦l, la pol¨ªtica represiva de Ben Ali hacia los islamistas no solo no hab¨ªa reportado ventajas, sino que hab¨ªa obstaculizado la marcha hacia el Estado de derecho.
Bernab¨¦ L¨®pez Garc¨ªa es profesor honorario de Historia del Mundo ?rabe Contempor¨¢neo en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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