Las claves del nuevo escenario en Venezuela: EE UU se acerca a Europa pero mantiene la espada en alto
Josep Borrell alinea a Washington en torno a una estrategia gradual, en la que se le ofrezca al r¨¦gimen chavista la derogaci¨®n de sanciones a cambio de unas elecciones transparentes. EE UU recogi¨® el guante, aunque mantiene grandes diferencias con Europa
El tablero venezolano se ha movido. El giro de Estados Unidos y su disposici¨®n a rebajar sanciones a cambio de una elecciones transparentes ha sido fundamental. Este cambio se fragu¨® a partir del primer encuentro en Bruselas entre Josep Borrell, alto representante de Pol¨ªtica Exterior de la Uni¨®n Europea, y Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense. En esa cita, seg¨²n fuentes europeas, Borrell ya traslad¨® a Blinken su propuesta de cooperaci¨®n para buscar una salida a la larga crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y humanitaria en el pa¨ªs caribe?o. Y ante la premura de tiempo de una reuni¨®n en la que era necesario abordar toda la agenda internacional con la nueva administraci¨®n estadounidense, el espa?ol entreg¨® al jefe de la diplomacia estadounidense un primer texto que desencaden¨® la iniciativa conjunta. En este papel de trabajo, el servicio europeo exterior radiografiaba la situaci¨®n venezolana, el perfil de los principales protagonistas del r¨¦gimen de Maduro y de la oposici¨®n y los errores que, a juicio de Bruselas, hab¨ªa cometido Estados Unidos.
Blinken recogi¨® el guante lanzado por Borrell. Y desde ese momento, los t¨¦cnicos de ambos lados del Atl¨¢ntico comenzaron a elaborar la propuesta pol¨ªtica que se plasm¨® en un comunicado conjunto, firmado junto a Canad¨¢, el pasado viernes. En ¨¦l, los representantes de la diplomacia europea y norteamericana piden a Caracas un plan de reformas en la cual Maduro se comprometa a celebrar elecciones democr¨¢ticas, y ofrecen a cambio un levantamiento progresivo de sanciones, una oferta que se ha convertido en la zona medular de la nueva estrategia sobre Venezuela.
Las gestiones para el inicio de las jornadas de negociaci¨®n entre el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro y Juan Guaid¨®, en representaci¨®n de los partidos de la oposici¨®n, con la intermediaci¨®n de Noruega, comienzan a tomar velocidad. Una delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea visitar¨¢ Caracas para evaluar si es factible que una misi¨®n internacional vaya a Venezuela en los pr¨®ximos comicios regionales de noviembre.
Mientras, el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, interesado en salir de la zona de asedio en la escena internacional, ofrece nuevas concesiones, procurando estimular la participaci¨®n electoral de sus enemigos: recientemente ha oficializado el fin de la vigencia de los ¡°protectores¡± ¡ªfigura nombrada en el Poder Ejecutivo para tutelar la gesti¨®n de los gobernadores electos de la oposici¨®n¡ª; y ha anunciado el regreso de una de las tarjetas electorales de partidos opositores confiscadas por el Poder Electoral en los a?os recientes. Al mismo tiempo, el nuevo parlamento, controlado por el oficialismo, dise?a una nueva Ley de Ciudades Comunales que acrecentar¨ªan su control sobre los Estados del pa¨ªs en detrimento de los gobernadores.
Una comisi¨®n de dirigentes opositores, encabezada por Gerardo Blyde, Leopoldo L¨®pez y Julio Borges, visit¨® recientemente Washington y Bruselas con el objeto de fortalecer las coincidencias actuales y alinear puntos de vista para presentar en la mesa de negociaciones. La oposici¨®n propondr¨¢ un cronograma de elecciones generales como punto de partida para relegitimar los poderes p¨²blicos, desconocidos por buena parte dle mundo occidental desde 2018, bajo la convicci¨®n de que una consulta popular honesta ser¨¢ el ¨²nico par¨¢metro posible para reconstruir el pa¨ªs. Maduro pide que cualquier acuerdo con la oposici¨®n comience por reconocer a las autoridades constituidas en su r¨¦gimen. Es muy probable que Maduro procure orientar cualquier acuerdo en torno a la celebraci¨®n de unas elecciones presidenciales previstas para 2023.
Coincidencias sin consenso
La nueva zona de coincidencias de Bruselas y Washington respecto a la crisis venezolana presenta importantes matices. La divisi¨®n dentro de la Administraci¨®n de Joe Biden respecto a Venezuela, en particular, y Am¨¦rica Latina, en general, es cada d¨ªa m¨¢s obvia. Menos de cuatro meses despu¨¦s de llegar al poder, la Casa Blanca manifest¨® en t¨¦rminos contundentes, a trav¨¦s de Juan Sebasti¨¢n Gonz¨¢lez, asesor para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, y el hombre que susurra al o¨ªdo del presidente en asuntos latinoamericanos, que un cambio de pol¨ªtica respecto a Venezuela (y Cuba) no era ¡°prioritario¡± en la agenda internacional del mandatario dem¨®crata. Con una guerra comercial abierta con China y dando los primeros pasos para intentar salvar el acuerdo nuclear con Ir¨¢n, Washington quiere apostar sobre seguro y no abrir ning¨²n otro frente, por lo que sigue manteniendo el unilateralismo y las sanciones de la era Trump.
En la Casa Blanca parece existir la determinaci¨®n de no levantar sanci¨®n alguna a Maduro si no hay un genuino compromiso democr¨¢tico de su parte. Al mismo tiempo, el Departamento de Estado juega el papel que le corresponde, el de la diplomacia, y opta por el consenso y la negociaci¨®n, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas europeas en Washington, aunque ese concierto debe de ir siempre canalizado a trav¨¦s de la Uni¨®n Europea. Sin embargo, la disposici¨®n diplom¨¢tica de apoyo no impide que Blinken califique a Nicol¨¢s Maduro como ¡°un dictador brutal¡± y asegure que EE UU seguir¨¢ reconociendo al l¨ªder opositor Juan Guaid¨® como el presidente de Venezuela.
James Story, embajador estadounidense en Venezuela destacado en Bogot¨¢, considera que ¡°las sanciones s¨®lo son un instrumento para forzar la transici¨®n a la democracia¡±. ¡°Yo pienso que el acuerdo es factible. La pol¨ªtica no es est¨¢tica, siempre estamos revisando las t¨¢cticas. Mantenemos la presi¨®n de las sanciones, y sobre todo los mismos objetivos¡±, le dice a EL PA?S.
En un sector del equipo negociador de la oposici¨®n venezolana existe prevenci¨®n ante el enfoque y los estilos de Josep Borrell, un pol¨ªtico al que consideran en general poco comprometido con un genuino restablecimiento de la democracia en el pa¨ªs y m¨¢s interesado en sacarse de encima un problema de una enorme complejidad y en forjar un consenso parcial en torno a unas elecciones regionales. Temen que s¨®lo consiga comprometer vagamente a Maduro a organizar unas elecciones que igual tendr¨¢n lugar en 2023.
Siendo Espa?a, por razones hist¨®ricas y culturales, el interlocutor natural de Europa ante Am¨¦rica Latina, los pol¨ªticos venezolanos creen contar con la comprensi¨®n de casi todas las naciones del viejo continente, en particular las de Europa oriental, pero algunos estiman que estas impresiones pasan por el filtro de Borrell, cuya interpretaci¨®n matiza el juicio de los excesos cometidos por Maduro en estos a?os en funci¨®n de una estrategia que necesariamente tiene que ser gradualista y pr¨¢ctica. Esta ser¨ªa la causa de que los comunicados del Parlamento Europeo sobre el caso Venezuela suelen ser mucho m¨¢s en¨¦rgicos que las declaraciones del propio Borrell.
¡°En Europa no hay una idea muy fundamentada de las implicaciones y gravedad de la dictadura de Maduro, y si lo saben, no les importa tanto¡±, comenta un alto funcionario venezolano muy cercano al proceso de negociaci¨®n que ha preferido el anonimato. ¡°Los Estados Unidos s¨ª lo saben y s¨ª les importa. Esa es la diferencia¡±.
El tic electoral de la oposici¨®n
El enfoque gradualista que lidera Borrell s¨ª encuentra coincidencias con Henrique Capriles Radonski, un l¨ªder fundamental de la oposici¨®n venezolana que ha cuestionado a Juan Guaid¨® y su estrategia en los tiempos de Donald Trump, y que encabeza una facci¨®n emergente de activistas independientes decididos a explorar caminos distintos, en particular, a los de Leopoldo L¨®pez. Capriles fue part¨ªcipe del acuerdo que ha hecho posible el nombramiento de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, gestionado por Maduro. Por voluntad propia, sin embargo, el l¨ªder opositor est¨¢ al margen del equipo negociador opositor actual con con el chavismo.
Las ofertas hechas por Maduro para mejorar el cuestionado marco electoral venezolano de estos a?os est¨¢n animando a las bases militantes de los partidos que sostienen al propio Guaid¨®. En los ¨²ltimos tiempos ha aumentado el n¨²mero de dirigentes que insisten en participar en los comicios regionales de noviembre. Este ¨¢nimo revisionista incluye a Voluntad Popular, ¡ªpartido fundado por Leopoldo L¨®pez, al cual pertenece Guaid¨®¡ª, el que ha evidenciado hasta el momento la actitud m¨¢s combativa contra la hegemon¨ªa chavista.
¡°El gran temor nuestro es que esa misi¨®n de la Uni¨®n Europea venga a decir lo que Maduro quiere que se diga¡±, afirma otro dirigente opositor cercano al equipo de Guaid¨®. ¡°Sospecho que para ellos es suficiente con unas elecciones regionales medianamente transparentes y dejar ese problema en manos de Maduro otra vez. Sac¨¢rselo de encima¡±.
Movimientos en Washington y Bruselas
La semana pasada se reunieron en el edificio que tradicionalmente ha funcionado como residencia del embajador de Venezuela en Washington la subsecretar¨ªa del Departamento de Estado, Wendy Sherman, y Julio Borges, estrecho colaborador de Guaid¨® y su hombre para los asuntos de Venezuela relacionados con las Relaciones Exteriores. En un comunicado posterior al encuentro, la diplomacia norteamericana informaba sobre esa reuni¨®n y reafirmaba que continuar¨ªa coordinando ¡°con sus socios internacionales y venezolanos los esfuerzos para atender las necesidades humanitarias del pueblo venezolano¡±.
Borges agradeci¨® esa p¨¢lida ayuda y ¡°la ratificaci¨®n de su apoyo a la democracia en Venezuela¡±. En ese mismo sentido se expresaba Julie Chung, con cargo interino dentro de la agencia dedicada al Hemisferio Occidental, quien declaraba que Estados Unidos se enorgullec¨ªa ¡°de asociarse con el pueblo venezolano y con el Gobierno liderado por Guaid¨® para apoyar el retorno a la democracia en Venezuela¡±. ¡°Continuaremos trabajando juntos hacia una soluci¨®n negociada que conduzca a elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas¡±, concluy¨® Chung. Pero m¨¢s all¨¢ de prometer una mayor colaboraci¨®n con los aliados de EE UU y de apoyar la entrega de m¨¢s ayuda humanitaria a Venezuela, el Gobierno de Biden ha hecho poco para relajar la campa?a de ¡°presi¨®n m¨¢xima¡± de Trump para derrocar a Maduro.
Sin duda, el comunicado tras la reuni¨®n de Sherman y Borges tend¨ªa puentes y era un gesto por parte de la diplomacia norteamericana, que suced¨ªa mientras varios l¨ªderes opositores visitaban la capital de EE UU, entre los que se encontraban Leopoldo L¨®pez, Carlos Vecchio, representante diplom¨¢tico de Guaid¨® en EE UU, y un enviado de Henrique Capriles. Biden es consciente de que si abandona la mano dura contra el r¨¦gimen bolivariano se arriesga a una sublevaci¨®n en Florida, cuna del exilio venezolano.
En el lado europeo, Borrell ya ha dado pasos hacia adelante y, a pesar de las reticencias de una parte de Bruselas, ha decidido enviar a Venezuela la pr¨®xima semana una ¡°misi¨®n exploratoria¡± que analizar¨¢ la situaci¨®n sobre el terreno y evaluar¨¢ las posibilidades de enviar una misi¨®n de observaci¨®n electoral a los comicios del pr¨®ximo oto?o. De entrada, el env¨ªo de la primera misi¨®n no ha provocado el rechazo frontal del Parlamento Europeo, donde el Partido Popular europeo (conservadores) ha sido el ¨²nico de los grandes grupos que se ha opuesto. En cambio, los liberales de Renew, donde militan los eurodiputados espa?oles de Ciudadanos, no se han opuesto, una posici¨®n que fuentes diplom¨¢ticas consideran muy significativa.
Por otra parte, en la Comisi¨®n Europea consideran que la administraci¨®n Biden no se involucrar¨¢ en profundidad en la resoluci¨®n de la crisis venezolana hasta que no se cierren las negociaciones con Ir¨¢n para recuperar el pacto de desnuclearizaci¨®n. Un pacto donde la comunidad internacional sigue, por cierto, el mismo patr¨®n que en la nueva pol¨ªtica hacia Venezuela: una petici¨®n de ciertas medidas a cambio de retirada de sanciones.
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