Un pie y una mano por robar un m¨®vil y 80 euros en Sud¨¢n
La sentencia de amputaci¨®n contra un joven reaviva las demandas para abolir las leyes isl¨¢micas en ese pa¨ªs
El 18 de mayo del 2020, alrededor de las 10 y media de la ma?ana, el sudan¨¦s Ahmed Tabaqi, un representante de ventas de una empresa de refrescos de cola, se detuvo con el coche de su compa?¨ªa frente a una tienda de comestibles en el mercado central de Jartum para entregar un pedido. Enseguida se le acerc¨® un grupo de j¨®venes que dijeron querer echarle una mano, una ayuda que ¨¦l declin¨®. Pasado un rato, uno de aquellos individuos cogi¨® de todos modos uno de los paquetes que Tabaqi estaba transportando, y cuando este se encar¨®, otro le arrebat¨® una bolsa en la que llevaba 41.700 libras sudanesa...
El 18 de mayo del 2020, alrededor de las 10 y media de la ma?ana, el sudan¨¦s Ahmed Tabaqi, un representante de ventas de una empresa de refrescos de cola, se detuvo con el coche de su compa?¨ªa frente a una tienda de comestibles en el mercado central de Jartum para entregar un pedido. Enseguida se le acerc¨® un grupo de j¨®venes que dijeron querer echarle una mano, una ayuda que ¨¦l declin¨®. Pasado un rato, uno de aquellos individuos cogi¨® de todos modos uno de los paquetes que Tabaqi estaba transportando, y cuando este se encar¨®, otro le arrebat¨® una bolsa en la que llevaba 41.700 libras sudanesas, unos 80 euros, y un m¨®vil. Tabaqi no reaccion¨® porque en el grupo llevaban cuchillos y machetes.
A ra¨ªz de aquel incidente, el pasado 3 de junio un tribunal penal de Jartum, la capital sudanesa, conden¨® a Moaz Ismail, de 21 a?os, a la amputaci¨®n de su mano derecha y su pie izquierdo, un castigo derivado de la ley isl¨¢mica y recogido en el riguroso c¨®digo penal sudan¨¦s, adem¨¢s de a una compensaci¨®n econ¨®mica. M¨¢s all¨¢ de la brutal condena, que de consumarse constituir¨ªa tortura, el fallo del tribunal reconoce que ¡°no se ha probado¡± el hecho de que Ismail fuera armado con un cuchillo ni tampoco que se llevara el bot¨ªn del robo, seg¨²n la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.
Lo ¨²nico probado, seg¨²n el juez, es que el joven se encontraba con el grupo involucrado en el robo, y que se hall¨® en su poder parte del dinero robado, dos elementos que considera suficientes para condenarlo. Samir Makin, miembro del equipo de asistencia jur¨ªdica del joven, defiende la inocencia de su representado y subraya el tiempo exiguo en el que se ha dictado la sentencia. El caso est¨¢ ahora en manos del Tribunal Supremo, que deber¨¢ examinar el veredicto, se?ala Mohamed Ezzat, otro miembro del equipo de asistencia jur¨ªdica.
La condena contra Ismail ha sido criticada por 25 grupos de la sociedad civil sudanesa, que consideran que remite el pa¨ªs a los momentos m¨¢s oscuros de su historia. En un comunicado conjunto, acusan al Ejecutivo de transici¨®n de estar sometido a sentencias fundamentalistas, mantener leyes intimidatorias e inhumanas, y descuidar una reforma de la jurisprudencia religiosa para armonizar creencias isl¨¢micas y derechos humanos.
¡°[La condena] es totalmente esperable porque el Gobierno de transici¨®n no ha hecho ning¨²n cambio significativo en el acto criminal y el marco legal que ha heredado de los tiempos del [dictador Omar Al Bashir, depuesto en 2019]¡±, se?ala Hala Al Karib, directora de la Iniciativa Estrat¨¦gica para Mujeres en el Cuerno de ?frica (SIHA), una de las organizaciones que se ha sumado a la campa?a. ¡°Los castigos corporales, amputaci¨®n, crucifixi¨®n, flagelaci¨®n, todos estos castigos crueles, inhumanos y degradantes siguen existiendo¡±, agrega, ¡°as¨ª que era de esperar que un juez los utilizara, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor¨ªa de jueces siguen afiliados a la ideolog¨ªa del antiguo r¨¦gimen¡±.
La pol¨¦mica en torno a la sentencia de amputaci¨®n contra Ismail se enmarca en el tenso proceso que atraviesa Sud¨¢n a medida que se enfrenta a y revisa la herencia legal del r¨¦gimen islamista de Al Bashir y su predecesor, Gaafar al-Nimeiry, quien gobern¨® entre el 1969 y el 1985. En julio del 2020, el Gobierno de transici¨®n aprob¨® una bater¨ªa de enmiendas legales que erosionaron este legado y expandieron t¨ªmidamente las libertades personales en el pa¨ªs, pero entre ellas no figur¨® la eliminaci¨®n de castigos f¨ªsicos, que se cimentaron. La revisi¨®n de este legado genera tensi¨®n entre una parte de su sociedad, que considera que las reformas no avanzan suficientemente r¨¢pido, y los nost¨¢lgicos del viejo r¨¦gimen.
La activista Al Karib considera que la reticencia del Gobierno de transici¨®n puede deberse a que no quieren asumir la responsabilidad de realizar un cambio fundamental, o incluso a que un sector del Ejecutivo pueda identificarse con partes de la ideolog¨ªa islamista del r¨¦gimen de Al Bashir. ¡°Siguen hablando de que van a ratificar la Convenci¨®n contra la Tortura [de Naciones Unidas], que requerir¨ªa cambios en el marco legal, pero no dan ning¨²n paso. Han estado hablando de ratificar la Convenci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de Todas las Formas de Discriminaci¨®n contra la Mujer, aunque con reservas muy serias, pero ni siquiera eso ha ocurrido¡±, observa. ¡°Esas leyes existen¡±, sentencia, ¡°y pueden utilizarse en cualquier momento¡±.