El fantasma de Vietnam alimenta el debate en EE UU sobre la retirada de Afganist¨¢n
El l¨ªder republicano en el Senado critica la insistencia de Biden en no dar marcha atr¨¢s en la salida y le pide m¨¢s apoyo para las fuerzas afganas ante el avance de los talibanes
El r¨¢pido avance talib¨¢n est¨¢ acelerando los planes de evacuaci¨®n de militares y civiles estadounidenses de Afganist¨¢n, mientras pone de relieve el coste humano y el riesgo pol¨ªtico de mantener contra viento y marea la decisi¨®n de salir del pa¨ªs centroasi¨¢tico mediante un desenganche abrupto, como el de Vietnam, tras una guerra imposible de ganar. La inminencia de una probable ca¨ªda de Kabul recuerda demasiado a la precipitada huida tras la de Saig¨®n, y ...
El r¨¢pido avance talib¨¢n est¨¢ acelerando los planes de evacuaci¨®n de militares y civiles estadounidenses de Afganist¨¢n, mientras pone de relieve el coste humano y el riesgo pol¨ªtico de mantener contra viento y marea la decisi¨®n de salir del pa¨ªs centroasi¨¢tico mediante un desenganche abrupto, como el de Vietnam, tras una guerra imposible de ganar. La inminencia de una probable ca¨ªda de Kabul recuerda demasiado a la precipitada huida tras la de Saig¨®n, y la huella indeleble de aquel conflicto alimenta el debate en EE UU. En palabras del l¨ªder republicano en el Senado, Mitch McConnell, ¡°la estrategia de salida est¨¢ empujando a EEUU a toda velocidad hacia una secuela a¨²n peor que la humillante ca¨ªda de Saig¨®n en 1975¡± tras la victoria del Norte en la guerra. McConnell inst¨® al presidente Joe Biden a proporcionar m¨¢s ayuda a las fuerzas afganas, que ya han perdido una quincena de capitales provinciales ante la ofensiva talib¨¢n, as¨ª como a bombardeos para frenar su avance.
Pese al t¨¢cito consenso bipartidista en torno a la conveniencia de abandonar el avispero afgano, la aparente imperturbabilidad de la Casa Blanca ante el previsible colapso del Gobierno de Kabul est¨¢ cosechando aceradas cr¨ªticas, como la del expresidente Donald Trump. ¡°Conmigo la situaci¨®n en Afganist¨¢n ser¨ªa m¨¢s exitosa¡±, dijo el republicano el jueves mediante un comunicado. De su acuerdo con los talibanes en febrero de 2020, en las postrimer¨ªas de su mandato -y que para muchos envalenton¨® a los radicales tras a?os de derrotas-, se deriva la retirada total de las tropas de EEUU el 31 de agosto anunciada en julio por Biden. Trump aprovech¨® el drama afgano para reavivar sus reivindicaciones de fraude electoral: ¡°Si las elecciones presidenciales de 2020 no hubieran sido manipuladas y ahora fuera presidente, el mundo ver¨ªa que nuestra retirada de Afganist¨¢n se habr¨ªa hecho con condiciones¡±.
Biden, mientras tanto, emite continuas se?ales de que no piensa rectificar. ¡°No lamento mi decisi¨®n. Hemos perdido miles de tropas, miles de estadounidenses muertos o heridos [en la guerra]. Los l¨ªderes afganos deben unirse, deben luchar ellos mismos por su naci¨®n¡±, dijo el martes. Su insistencia en dejar Afganist¨¢n en manos de los afganos le ha valido cr¨ªticas incluso al otro lado del Atl¨¢ntico. Alertando de un posible resurgimiento de Al Qaeda, el grupo responsable de los atentados del 11-S, el ministro de Defensa brit¨¢nico, Ben Wallace, manifest¨® la preocupaci¨®n de su Gobierno. ¡°El acuerdo [de Trump con los talibanes] est¨¢ podrido, fue un error. Probablemente Al Qaeda resurgir¨¢ y por supuesto estoy preocupado, no creo que este sea el momento o la decisi¨®n adecuada¡± para retirarse, declar¨® Wallace este viernes, citado por la agencia Reuters.
El propio Biden ha reiterado que frente a Afganist¨¢n su Administraci¨®n ten¨ªa las manos atadas por culpa del acuerdo suscrito por la precedente con los talibanes. Pero aun con un ajustado margen de maniobra, subraya el analista Frederick Kagan en una tribuna publicada este jueves en el diario The New York Times, las cosas se podr¨ªan haber hecho si no mejor, s¨ª de otra manera. ¡°Biden decidi¨® no hacerlo. El modo en que anunci¨® la reducci¨®n y la salida de las tropas estadounidenses -con un calendario acuciante y sin la adecuada coordinaci¨®n con el Gobierno afgano- nos ha llevado a la presente situaci¨®n¡±. A ello se a?ade la coincidencia de la retirada con el momento ¨¢lgido de los combates: seg¨²n los estrategas estadounidenses, la guerra afgana sigue un patr¨®n temporal bien definido, con repliegue talib¨¢n en Pakist¨¢n durante el invierno y una ofensiva generalizada desde la primavera al verano, hasta la recogida de la cosecha de la amapola, cuyo derivado, el opio, constituye el gran sost¨¦n econ¨®mico de los fundamentalistas. Que la desconexi¨®n se produzca el pr¨®ximo 31 de agosto abunda en la inoportunidad, seg¨²n el analista.
De nada parecen haber servido las irrisorias advertencias de EEUU, la UE o, este viernes, la OTAN, de que no reconocer¨¢n un Gobierno talib¨¢n. Tras veinte a?os de guerra y m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares de inversi¨®n -a fondo perdido- en el pa¨ªs, por no mencionar los casi 2.400 militares muertos y los m¨¢s de 20.000 heridos, Biden sigue enrocado en levar anclas mientras el escenario de una posible entrada triunfal de los talibanes en Kabul coincidiendo con el vig¨¦simo aniversario del 11-S -el desencadenante de este segundo Vietnam- estremece cada vez m¨¢s al mundo.
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