La sombra de Abimael Guzm¨¢n secuestra el debate en Per¨²
La muerte del fundador de Sendero Luminoso no zanja la discusi¨®n entre izquierda y derecha por el terrorismo
El Museo de Arte de Lima repatri¨® 31 piezas de arte popular desde Estados Unidos. Era 2017. La polic¨ªa antiterrorista, al ver los cuadros, pidi¨® a la fiscal¨ªa una investigaci¨®n por apolog¨ªa al terrorismo. Las pinturas retrataban a desplazados por la violencia de las d¨¦cadas de los 80 y 90, y los ataques de Sendero Luminoso y de las fuerzas armadas a la comunidad campesina de Sarhua en Ayacucho, la regi¨®n donde empez¨® el levantamiento de Abimael Guzm¨¢n. Meses despu¨¦s, un diario titul¨® en primera plana: Frenan exposici¨®n art¨ªstica pro-senderista¡±. Tras un peritaje antropol¨®gico, el museo las retir¨® de la aduana. Poco despu¨¦s, el Ministerio de Cultura declar¨® patrimonio cultural este arte tradicional para resarcir a los afectados.
Es solo un ejemplo de la sombra perniciosa que ha ejercido Guzm¨¢n, fallecido el s¨¢bado pasado a los 86 a?os, sobre la vida p¨²blica peruana. Pol¨ªticos y militares en retiro alientan a menudo el miedo al terrorismo y a la extinta organizaci¨®n mao¨ªsta, pese a que fue descabezada en 1992 y su c¨²pula condenada a cadena perpetua en una prisi¨®n militar. La estrategia del miedo se usa porque funciona como un mecanismo de control pol¨ªtico¡±, comenta la historiadora Cecilia M¨¦ndez, profesora de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara. Hasta despu¨¦s de muerto sigue presente. Algunos lanzan la teor¨ªa de que el mayor terrorista de la historia de Per¨² sigue vivo y ha sido liberado por el Gobierno de Pedro Castillo.
Algunos remanentes de Sendero Luminoso continuaron activos, aunque en 1999 abandonaron el objetivo de Guzm¨¢n de ¡°derrocar al Estado¡±. Sus nuevos cabecillas optaron por dedicarse a la extorsi¨®n y el narco. ¡°Fue una secta terrorista basada en el culto a la personalidad de Guzm¨¢n y en una lectura dogm¨¢tica leninista y mao¨ªsta del poder pol¨ªtico. Desde hace m¨¢s de 20 a?os ning¨²n grupo armado reivindica a Guzm¨¢n ni ha cometido actos terroristas en su nombre. Pese a ello, se escucha a diario a pol¨ªticos, l¨ªderes de opini¨®n y una parte mayoritaria de la prensa hablar de los senderistas como si existieran columnas armadas atacando a diestra y siniestra¡±, refiere M¨¦ndez, autora del cap¨ªtulo Los caminos del terrorismo en Per¨², publicado recientemente en The Cambridge History of Terrorism.
La historiadora explica que en estas dos d¨¦cadas se busca acallar -estigmatizando como ¡®terroristas¡¯- a opositores pol¨ªticos, l¨ªderes sociales y a quienes cuestionen el statu quo, ¡°censur¨¢ndose hasta la producci¨®n art¨ªstica¡±, a?ade. Ese fue el caso de los cuadros retenidos en la aduana.
El historiador Jos¨¦ Ragas destaca que, como parte del fantasma del terrorismo, una estrategia (¡°burda, pero consistente¡±) ha sido difundir im¨¢genes adulteradas de personajes p¨²blicos o pol¨ªticos de izquierda para descalificarlos. Los presentan al lado de Guzm¨¢n o con la hoz y el martillo -el icono de Sendero Luminoso-. ¡°En enero de 2018, Natalia Majluf, entonces directora del Museo de Arte de Lima, fue injustamente acusada de apolog¨ªa al terrorismo, y circul¨® una imagen suya al lado de un retrato de Abimael Guzm¨¢n, cuando el cuadro de la foto original correspond¨ªa a Sim¨®n Bol¨ªvar¡±, recuerda el profesor de la Universidad Cat¨®lica de Chile.
Ragas apunta que lo mismo ocurre con pol¨ªticos de izquierda como la excandidata presidencial Ver¨®nika Mendoza, y recientemente con el primer ministro Guido Bellido: sus detractores difunden fotos trucadas en las que a?aden al cabecilla terrorista. M¨¦ndez advierte que el fantasma del terrorismo ha cobrado nueva intensidad al asumir el gobierno el presidente Castillo: ¡°Con el agravante de que a los conservadores se suman l¨ªderes de opini¨®n liberales y hasta progresistas¡±.
Para la profesora universitaria, el uso recurrente de la supuesta ¡°amenaza terrorista¡± ocurre porque no ha habido un proceso de reconciliaci¨®n en el pa¨ªs, pese a los esfuerzos de la Comisi¨®n de la Verdad, un ente que trat¨® de esclarecer los cr¨ªmenes y divulgar un relato com¨²n. ¡°Guzm¨¢n ha muerto sin pedir perd¨®n y Fujimori purga su condena sin mostrar arrepentimiento por sus cr¨ªmenes¡±, describe. ¡±Este largo periodo de violencia ha dejado traumas muy reales en las personas. En lugar de propiciar superarlos, se usa el trauma pol¨ªticamente, manipulando el miedo, gobierno tras gobierno¡±.
Militares en la vida pol¨ªtica
La Comisi¨®n de la Verdad report¨® que la violencia dej¨® como saldo m¨¢s de 69.000 muertos, y Sendero Luminoso fue el responsable de m¨¢s de la mitad de ellos. A su vez, las fuerzas del orden causaron miles de v¨ªctimas fatales y m¨¢s de 20.000 desaparecidos. Por otro lado, el r¨¦gimen de Fujimori us¨® como pretexto la lucha contra Sendero Luminoso para que un destacamento del Ej¨¦rcito asesinara a opositores, entre ellos l¨ªderes sindicales y universitarios. Decenas de militares han afrontado juicios por violaci¨®n de derechos humanos entre 1980 y 2000, y militares y polic¨ªas que combatieron el terrorismo han llegado al Parlamento en partidos de derecha y extrema derecha.
¡±La derecha ha propiciado un relato posconflicto que se enfoca en los atentados de Sendero Luminoso con ¨¦nfasis en c¨®mo se los venci¨®, y deja de lado elementos problem¨¢ticos como las masacres perpetradas por los militares: no rescata lecciones para el futuro¡±, plantea el antrop¨®logo Carlos Ernesto R¨¢ez. Seg¨²n el investigador, los grupos conservadores asocian de forma t¨¢cita el modelo econ¨®mico del libre mercado -impuesto luego del autogolpe de Fujimori en 1992- con la victoria sobre Sendero Luminoso. ¡°Por eso que todo aquel que cuestione el modelo econ¨®mico es calificado como pro-senderista o terrorista¡±, anota.
En este clima, un fiscal debe decidir qu¨¦ hacer con los restos de Guzm¨¢n. La oposici¨®n espera que sean cremados para evitar un eventual sitio de veneraci¨®n a la ideolog¨ªa sectaria y violenta que cre¨®. La viuda del terrorista ha reclamado su cad¨¢ver. Eso est¨¢ por decidir. Pase lo que pase, su sombra seguir¨¢ sobrevolando sobre la actualidad peruana.
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