Verdes y liberales tendr¨¢n la llave para formar el pr¨®ximo Gobierno en Alemania
Los dos partidos deber¨¢n limar sus muchas diferencias en pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal para estar en la coalici¨®n que lideren Scholz o Laschet
Alemania se enfrenta a un nuevo panorama electoral. Se acab¨® la era de los partidos que consegu¨ªan el 30% o 35% de los votos y pod¨ªan permitirse gobernar con un ¨²nico socio. La fragmentaci¨®n del voto en estas elecciones ha dejado un mapa desacostumbrado, el de dos formaciones que rondan el 25% y otras tres que se mueven entre el 10% y el 15%. Sacando de la ecuaci¨®n a la formaci¨®n ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), objeto de un cord¨®n sanitario que nadie se plantea romper, el papel de dos partidos ya no tan minoritarios va a ser decisivo en la formaci¨®n del pr¨®ximo Gobierno. Los Verdes y los liberales del FDP tienen la llave para decidir si el pr¨®ximo canciller se llamar¨¢ Olaf Scholz o Armin Laschet.
Los Verdes se han colocado como el tercer partido m¨¢s votado, con cerca del 15%, seg¨²n los resultados provisionales. Es el mejor resultado de su historia y supone una subida de alrededor de cinco puntos respecto a las elecciones de 2017. Su candidata, Annalena Baerbock, cree que los votantes han dado un mandato claro a los partidos para afrontar con mayor decisi¨®n la crisis clim¨¢tica, pero tras conocerse los primeros pron¨®sticos reconoci¨® la derrota. ¡°Quer¨ªamos m¨¢s. No lo hemos conseguido debido a nuestros propios errores¡±, dijo. Baerbock y el copresidente del partido, Robert Habeck, prefieren formar una coalici¨®n liderada por el SPD, pero no se cierran a otras alternativas. Su tripartito preferido ser¨ªa el conocido como sem¨¢foro, por los colores que identifican a las formaciones: rojo del SPD, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales.
El FDP apuesta en cambio por la bautizada como coalici¨®n Jamaica, llamada as¨ª por los colores de la bandera del pa¨ªs caribe?o: negro, que representa a los democristianos de la CDU/CSU, verde y amarillo. Es decir, en principio el l¨ªder de los liberales, Christian Lindner, querr¨ªa intentar hacer canciller a Laschet a pesar de su segunda posici¨®n tras los socialdem¨®cratas. El ganador de las elecciones puede tener mayor legitimidad para tratar de formar Gobierno, pero en ¨²ltima instancia vencer¨¢ quien sea m¨¢s h¨¢bil negociando. La canciller¨ªa se la llevar¨¢ quien consiga ganarse a los dos partidos minoritarios.
Las elecciones m¨¢s ajustadas que ha vivido nunca Alemania abren ahora un horizonte de acuerdos y cesiones que no es ajeno a la cultura pol¨ªtica del pa¨ªs, acostumbrado a las coaliciones. La diferencia es que ahora los antiguos bloques (conservadores con liberales; socialdem¨®cratas con verdes) ya no funcionan. Un tripartito exigir¨¢ un esfuerzo mucho mayor para conjugar los intereses de formaciones muy distintas.
El choque entre verdes y liberales es evidente al leer sus programas. Los ecologistas han hecho campa?a con la promesa de destinar 15.000 millones de euros en inversiones clim¨¢ticas. Lindner, en cambio, tiene aversi¨®n al endeudamiento. El l¨ªder del FDP, que aspira a ser ministro de Finanzas, no aceptar¨¢ tocar el freno de deuda ¡ªuna herramienta recogida en la Ley Fundamental alemana que limita el endeudamiento¡ª ni las subidas de impuestos. Su pol¨ªtica fiscal y econ¨®mica se parece mucho m¨¢s a la de la CDU que a la de los socialdem¨®cratas.
Los resultados dejan fuera de las posibles coaliciones la rojo-rojo-verde, como se conoce el tripartito de izquierdas liderado por el SPD y con Los Verdes y Die Linke (La Izquierda). El partido poscomunista contra el que los conservadores han centrado su campa?a ha obtenido un mal resultado, seg¨²n apuntan los resultados provisionales, con solo el 5% de los votos, al borde de caer por debajo de la frontera necesaria para entrar en el Bundestag.
Los democristianos han pedido el voto para ¡°evitar un tripartito de izquierdas¡± con presencia de una formaci¨®n que quiere salir de la OTAN y est¨¢ en contra de las misiones en el exterior del Bundeswehr, el ej¨¦rcito alem¨¢n. Scholz se ha negado repetidamente a excluir esa posibilidad, para tener as¨ª mayor margen de negociaci¨®n con los liberales. Ahora que ya no es matem¨¢ticamente posible, Scholz pierde esa ventaja. Los n¨²meros tambi¨¦n dan para una gran coalici¨®n entre CDU y SPD, pero al menos por ahora nadie se la plantea.
AfD, primera formaci¨®n ultra reelegida en el Bundestag
La noche del domingo ha sido agridulce para el partido ultraderechista de Alternativa para Alemania (AfD). El partido cae de la tercera posici¨®n ¡ªy de liderar la oposici¨®n, ya que los dos partidos principales, CDU y SPD, formaban parte de la gran coalici¨®n en la ¨²ltima legislatura¡ª hasta la quinta, seg¨²n los resultados provisionales, por detr¨¢s de Los Verdes y los liberales. Pero al mismo tiempo se convierten en la primera fuerza ultraconservadora en la historia de la Rep¨²blica Federal que logra salir reelegida en el Bundestag. AfD consigue ser ya un partido establecido, con acceso a cargos institucionales.
Es cierto que el cord¨®n sanitario del resto de partidos contin¨²a vigente, pero la presencia de los ultras en las instituciones y en los debates televisivos va poco a poco normaliz¨¢ndose. ¡°Merece la pena reconocer que pese al peor resultado hist¨®rico de los conservadores, la extrema derecha no ha crecido, sino que ha perdido apoyo. Esto supone una buena noticia para Alemania¡±, asegura Arne Jungjohann, polit¨®logo y miembro de la Fundaci¨®n Heinrich B?ll, cercana a Los Verdes.
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