El Congreso de Estados Unidos evita ¡®in extremis¡¯ el cierre de la Administraci¨®n
El presidente, Joe Biden, afronta un bloqueo legislativo para sacar adelante un plan de infraestructuras de 1,2 billones de d¨®lares
El presidente de EE UU, Joe Biden, afronta estos d¨ªas un momento de la verdad a cuyo lado la ca¨®tica retirada de Afganist¨¢n podr¨ªa parecer poco m¨¢s que una an¨¦cdota. Con el enemigo en casa -la divisi¨®n en su partido entre moderados y progresistas-, el mandatario ha debido suspender un viaje previsto a Chicago para fajarse con sus congresistas m¨¢s rebeldes e intentar, contrarreloj, la cuadratura del c¨ªrculo. A medianoche expiraba el plazo para prorrogar el presupuesto del Gobierno federal y evitar as¨ª ...
El presidente de EE UU, Joe Biden, afronta estos d¨ªas un momento de la verdad a cuyo lado la ca¨®tica retirada de Afganist¨¢n podr¨ªa parecer poco m¨¢s que una an¨¦cdota. Con el enemigo en casa -la divisi¨®n en su partido entre moderados y progresistas-, el mandatario ha debido suspender un viaje previsto a Chicago para fajarse con sus congresistas m¨¢s rebeldes e intentar, contrarreloj, la cuadratura del c¨ªrculo. A medianoche expiraba el plazo para prorrogar el presupuesto del Gobierno federal y evitar as¨ª un cierre de la Administraci¨®n, una amenaza solventada con una votaci¨®n in extremis en el Senado, mientras la sombra de una moratoria se cierne sobre el pa¨ªs. A la vez, la tramitaci¨®n de los dos grandes planes de infraestructuras, el ADN de su mandato, se estanca en el Congreso por el mismo motivo: la diferencia irreconciliable entre las distintas sensibilidades del partido. Factores que debilitan a Biden, ahora y de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022, una cita cada vez m¨¢s palpable para republicanos y dem¨®cratas.
A los reveses experimentados por Biden en las ¨²ltimas semanas -el fiasco de Afganist¨¢n, el rechazo republicano a algunos de sus candidatos para dirigir agencias federales; votaciones contrarias en el Congreso, como la que fren¨® la reforma policial-, esta semana se suma una tormenta perfecta: la conjunci¨®n de apremiantes obligaciones financieras y el bloqueo legislativo. Los dem¨®cratas han maniobrado a destajo para impedir el cierre del Gobierno federal, que supondr¨ªa la pr¨¢ctica paralizaci¨®n de la Administraci¨®n, desvinculando ese intento de las medidas para elevar el techo de la deuda, la otra obligaci¨®n perentoria del Tesoro estadounidense. La maniobra dem¨®crata tuvo ¨¦xito a punto de apurarse el plazo.
La suerte del plan de infraestructuras f¨ªsicas, que prev¨¦ una inversi¨®n de 1,2 billones de d¨®lares y fue validado con respaldo bipartidista por el Senado, tambi¨¦n pende de un hilo; hoy est¨¢ prevista su votaci¨®n en la C¨¢mara de Representantes. La cada vez m¨¢s enconada pelea entre progresistas y moderados dem¨®cratas ha enmara?ado su tramitaci¨®n parlamentaria, pues los primeros quieren avanzar a la vez el citado plan y otro social y ambiental por valor de 3,5 billones de d¨®lares; los moderados se niegan y rechazan la subida fiscal a las rentas m¨¢s altas para financiar el segundo. A d¨ªa de hoy no parece haber punto de encuentro entre ambas posturas, lo que ha obligado a Biden a bregar con los cr¨ªticos. Con rebeldes como el senador Joe Manchin, un aut¨¦ntico dolor de cabeza para la Casa Blanca detr¨¢s de cuyo rechazo a la ambiciosa pol¨ªtica contra el cambio clim¨¢tico del presidente, incluida en el segundo plan, estar¨ªan sus buenas relaciones con la industria petrolera. El protagonismo entre bambalinas de los poderosos lobbies explica muchas demoras y la mayor¨ªa de obst¨¢culos en la agenda legislativa, como por ejemplo la presi¨®n de la poderosa industria farmac¨¦utica sobre algunos congresistas dem¨®cratas contrarios a la rebaja del precio de los medicamentos que propone Biden en su programa social y que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n apoya.
Respecto de la pr¨®rroga del presupuesto, el l¨ªder dem¨®crata del Senado, Chuck Schumer, ha logrado sacar adelante este jueves con apoyo de 15 senadores republicanos un proyecto de ley, posteriormente aprobado por la C¨¢mara de Representantes, para extender el presupuesto actual hasta el pr¨®ximo 3 de diciembre. Un parche, pero tambi¨¦n un alivio para la Casa Blanca, m¨¢xime cuando sobre el pa¨ªs se cierne tambi¨¦n la amenaza de un default si el Congreso no aumenta o al menos suspende el techo de la deuda antes del pr¨®ximo 18 de octubre. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ya lo avis¨® esta semana: EE UU podr¨ªa afrontar ¡°una crisis financiera y una recesi¨®n econ¨®mica¡± si el Tesoro se queda sin fondos y por tanto no puede pagar sus deudas.
La amenaza de cierre de la Administraci¨®n no era nada nuevo, pero el posible default del Tesoro har¨ªa historia. ¡°El tiempo es limitado, el peligro es real¡±, ha subrayado esta semana Schumer. De nuevo, como en un bucle interminable, la pelota pasa de un alero a otro. Los republicanos rechazan suspender el l¨ªmite de emisi¨®n de deuda, al considerar que supondr¨ªa un cheque en blanco para el Gobierno de Biden (no lo es te¨®ricamente, ya que la financiaci¨®n s¨®lo alcanzar¨ªa a las deudas contra¨ªdas). Por eso han trasladado a los dem¨®cratas la decisi¨®n final, lo que multiplica los inconvenientes: en un Senado con empate a 50 esca?os, los dem¨®cratas no s¨®lo deben superar su divisi¨®n, tambi¨¦n recurrir a un complejo mecanismo, denominado de ¡°reconciliaci¨®n presupuestaria¡± (mayor¨ªa simple en vez de la habitual mayor¨ªa de dos tercios) para aprobarlo. Esta herramienta implica no desperdiciar ni uno solo de los 50 votos dem¨®cratas en la C¨¢mara alta, cosa harto dif¨ªcil cuando, por ejemplo, ante la votaci¨®n del programa social y clim¨¢tico de Biden el senador Manchin ha reiterado hoy que su l¨ªmite de gasto para validarlo es de 1,5 billones de d¨®lares, muy por debajo de los 3,5 billones inicialmente previstos.
De nuevo, como en un c¨ªrculo infernal, la divisi¨®n entre dem¨®cratas centristas y progresistas constituye el obst¨¢culo, por encima incluso de la oposici¨®n republicana. La C¨¢mara de Representantes aprob¨® el mi¨¦rcoles un proyecto de ley para suspender el techo de la deuda hasta diciembre de 2022, pero sin apoyo republicano en el Senado, la iniciativa naci¨® muerta. Si no fragua el citado procedimiento de reconciliaci¨®n, los votos de la oposici¨®n en el Senado son imperativos para alcanzar los dos tercios. ¡°El hecho de que los republicanos sean tan irresponsables no es una sorpresa¡±, declar¨® la presidenta de la C¨¢mara baja, Nancy Pelosi. Pelosi, Schumer y el propio Biden han multiplicado sus contactos en las ¨²ltimas horas, para tratar de salvar los muebles de la Administraci¨®n dem¨®crata, financiera y pol¨ªticamente hablando. Es decir, para salvar tambi¨¦n los muebles de la presidencia de Joe Biden.
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