Janet Yellen reitera el peligro de que el Tesoro de Estados Unidos se quede sin fondos

Como sucedi¨® en 2011 y 2013 -durante la Administraci¨®n del dem¨®crata Barack Obama-, se espera que llegados al l¨ªmite del precipicio, cuando el pa¨ªs se asome al abismo econ¨®mico, se produzca un movimiento de ¨²ltima hora que evite el impago de la deuda de Estados Unidos. En tres semanas, el 18 de octubre, si ambas c¨¢maras del Congreso no llegan a un acuerdo, la naci¨®n dejar¨ªa de pagar sus deudas por primera vez en la historia. Mientras, el tiempo corre y el Congreso juega con fuego al acercarse peligrosamente al impago.

Ante semejante escenario, la secretaria del Tesoro norteamericana, Janet Yellen, ha advertido este martes que es ¡°probable que el Tesoro agote sus medidas extraordinarias¡± si el Capitolio no act¨²a para aumentar o suspender el l¨ªmite de la deuda antes del 18 de octubre. Aumentar o suspender el l¨ªmite de la deuda, algo que solo puede autorizar el Congreso, no da luz verde a nuevos gastos federales, sino que permite al Tesoro zanjar las deudas ya contra¨ªdas, entre ellas, por ejemplo, las heredadas de la Administraci¨®n Trump, como el segundo plan de rescate pand¨¦mico.

Los republicanos aprobaron tres de esos aumentos o suspensiones del techo del endeudamiento durante el Gobierno de Donald Trump, bajo el cual la deuda nacional aument¨® en aproximadamente 8 billones de d¨®lares. El techo de la deuda es la cantidad de d¨¦ficit a partir de la cual el pa¨ªs ya no puede emitir nuevos pr¨¦stamos para financiarse, lo que le impide satisfacer sus pagos.

Entonces, la potencia que domina la econom¨ªa mundial enfrentar¨ªa ¡°probablemente una crisis financiera y una recesi¨®n econ¨®mica¡±, seg¨²n una carta que Yellen ha remitido a la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi. Que EE UU se quede sin fondos no solo tendr¨¢ consecuencias muy graves para su econom¨ªa sino tambi¨¦n para la mundial. ¡°Es imperativo que el Congreso aborde r¨¢pidamente el l¨ªmite de la deuda¡±, asegura la secretaria del Tesoro en su misiva. Era la propia Pelosi quien avisaba el pasado domingo de que la semana que estaba por comenzar ser¨ªa ¡°infernal¡±.

Infernal porque mientras se negocia ampliar el techo de la deuda, a la vez se debate el presupuesto que mantiene financiado al Gobierno federal, partida sobre la que dem¨®cratas y republicanos (aunque tampoco dem¨®cratas moderados y dem¨®cratas izquierdistas) no logran ponerse de acuerdo. As¨ª que el reloj corre y se teme al famoso shutdown, el cierre de la Administraci¨®n, en definitiva, la suspensi¨®n de servicios federales. La fecha l¨ªmite para alcanzar un acuerdo presupuestario es el pr¨®ximo 30 de septiembre, este jueves, ¨²ltimo d¨ªa del ejercicio fiscal.

Lo que ocurra esta semana puede f¨¢cilmente definir la presidencia de Joe Biden. En juego est¨¢ el paquete de inversi¨®n en infraestructuras de un bill¨®n de d¨®lares, que apoyan los republicanos, y otro de gasto social much¨ªsimo m¨¢s ambicioso, de 3,5 billones, que defienden en solitario los dem¨®cratas, o algunos dem¨®cratas, ya que tiene la fatal derivada de ser objeto de fricci¨®n dentro de esas filas, donde el ala izquierdista condiciona su apoyo a que salga adelante entero el paquete de gasto social de 3,5 billones. El sue?o de reformas de Biden supondr¨ªa la mayor ampliaci¨®n de la cobertura social en EE UU desde el programa de la Gran Sociedad de Lyndon B. Johnson en los a?os sesenta del siglo pasado.

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