Draghi afronta por primera vez el malestar de la calle a cuenta del certificado de vacunaci¨®n
Italia estrena con protestas y movilizaciones la imposici¨®n del salvoconducto que permite trabajar solo tras recibir, al menos, una dosis de la vacuna
Italia estrena este viernes la medida m¨¢s pol¨¦mica del mandato del primer ministro, Mario Draghi. Tambi¨¦n la primera que puede causarle un desgaste real en la calle. Cualquier trabajador italiano necesitar¨¢, desde este viernes y hasta nuevo aviso, el certificado de vacunaci¨®n ¡ªconocido como Green Pass en Italia¡ª para poder desempe?ar su empleo: desde los aut¨®nomos a empleados de multinacionales, de peque?as empresas o emple...
Italia estrena este viernes la medida m¨¢s pol¨¦mica del mandato del primer ministro, Mario Draghi. Tambi¨¦n la primera que puede causarle un desgaste real en la calle. Cualquier trabajador italiano necesitar¨¢, desde este viernes y hasta nuevo aviso, el certificado de vacunaci¨®n ¡ªconocido como Green Pass en Italia¡ª para poder desempe?ar su empleo: desde los aut¨®nomos a empleados de multinacionales, de peque?as empresas o empleadas del hogar. El decreto aprobado por el Gobierno prev¨¦ que quien no lo tenga pueda mostrar una prueba negativa de covid-19. Pero m¨¢s all¨¢ del impacto econ¨®mico que tendr¨ªa, nadie podr¨¢ hacerlo de forma regular. Despu¨¦s de hacerlo obligatorio para entrar en cines, museos, gimnasios y restaurantes, Italia estrecha todav¨ªa m¨¢s el cerco contra los antivacunas.
La medida, pionera en el mundo occidental, constituye de hecho la imposici¨®n de la vacunaci¨®n obligatoria para seguir con la vida normal. Una parte minoritaria del pa¨ªs, sin embargo, no est¨¢ de acuerdo y ha anunciado para hoy manifestaciones y paros en los transportes que podr¨ªan bloquear el pa¨ªs. El Ejecutivo, pese a las amenazas y el riesgo de colapso, no tiene ninguna intenci¨®n de dar marcha atr¨¢s.
La oposici¨®n pol¨ªtica al certificado de vacunaci¨®n obligatorio para trabajar ha estado liderada en las ¨²ltimas semanas por una parte amplia de la derecha, principalmente por la Liga y Hermanos de Italia. El malestar, sin embargo, cristaliz¨® el s¨¢bado pasado en la calle con toda su virulencia cuando grupos antivacunas y militantes de ultraderecha asaltaron la sede de CGIL, el principal sindicato de Italia. Los manifestantes les acusaban de renunciar a la defensa de los derechos de los trabajadores aceptando una medida que juzgan anticonstitucional. Las protestas terminaron con una guerrilla urbana, un intento de asalto a la sede del Gobierno y 13 arrestados, la mayor¨ªa pertenecientes a partidos fascistas.
El problema, m¨¢s all¨¢ de estos grupos radicales y residuales, es que actualmente hay unos tres millones de trabajadores que no se han vacunado por distintos motivos. Algunos no lo consideran necesario por el trabajo que desempe?an, otros son militantes del movimiento antivacunas y muchos lo enfocan como una cuesti¨®n pol¨ªtica. Varias asociaciones de transportistas terrestres y trabajadores del puerto, de hecho, han anunciado que protestar¨¢n este mismo viernes con una huelga. Estos ¨²ltimos, especialmente los del puerto de Trieste, son los que m¨¢s preocupan al Ejecutivo, pues podr¨ªan llegar a bloquear el tr¨¢fico naval del pa¨ªs. Estas asociaciones han pedido sin ¨¦xito retrasar hasta el pr¨®ximo d¨ªa 30 la entrada en vigor de la norma.
La realidad es que la medida no tiene parang¨®n en el resto de Europa por su alto nivel de restricci¨®n. La oposici¨®n en la calle se suma a la que el Ejecutivo ha encontrado en el seno del Consejo de Ministros (los representantes de la Liga dudaron hasta el ¨²ltimo minuto sobre si deb¨ªan dar su apoyo a la decisi¨®n) y en el Parlamento. Es la primera vez que Draghi puede tener dificultades para llevar adelante una decisi¨®n pol¨ªtica por sus consecuencias en la calle. Las primeras muestras se han visto tambi¨¦n en algunas manifestaciones, donde se quemaron fotograf¨ªas con su rostro. Un acto de vandalismo de una parte muy residual del pa¨ªs, pero que abre una grieta peligrosa por la que puede colarse una oposici¨®n al Ejecutivo al alza. Especialmente si partidos como Hermanos de Italia (el ¨²nico fuera del Ejecutivo) aprovechan el incendio electoralmente.
El pulso no conviene. Y algunas se?ales hablan ya de peque?os cambios que podr¨ªan introducirse en el decreto aprobado para tratar de ¡°pacificar la calle¡±, como pidi¨® el l¨ªder de la Liga, Matteo Salvini. Los sindicatos, por ejemplo, han solicitado que el Gobierno rebaje el precio de las pruebas y que las empresas lo realicen gratuitamente a sus trabajadores. Salvini apoya la medida, pero Carlo Bonomi, el presidente de Confindustria (la patronal italiana), descart¨® inmediatamente tambi¨¦n ese extremo.
Los datos de la pandemia en Italia son buenos. El ¨ªndice de contagios es del 0,8% y los casos registrados ayer fueron 2.668. El n¨²mero de vacunados con, al menos, una dosis es del 77%, un dato que permite al Ejecutivo pensar en un aligeramiento de las medidas cuando la cifra del 90% est¨¦ cerca.
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