La ultraderecha y los antivacunas toman el centro de Roma y asaltan la sede de un sindicato
La manifestaci¨®n de protesta contra el certificado de vacunaci¨®n obligatorio termina con violentos altercados y la condena del primer ministro, Mario Draghi
El movimiento antivacunas, con la cobertura social e ideol¨®gica de los partidos de ultraderecha en Italia, volvi¨® a tomar este s¨¢bado el centro de Roma para protestar contra la obligaci¨®n de disponer de un certificado de vacunaci¨®n para pr¨¢cticamente todas las actividades p¨²blicas, incluido el trabajo. Esta vez, sin embargo, aproximadamente la mitad de los 10.000 participantes de la manifestaci¨®n se separaron de la marcha y se acercaron hasta el palacio Chigi, sede del Gobierno de Italia, en actitud intimidatoria. Una amenaza ins¨®lita en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Italia que despert¨® la condena de todas las altas instituciones del pa¨ªs. Hubo agresiones a la polic¨ªa, gases lacrim¨®genos, cargas de la polic¨ªa y el asalto de la sede de CGIL, el principal sindicato del pa¨ªs.
Hac¨ªa semanas que la ultraderecha, especialmente los grup¨²sculos m¨¢s violentos como Forza Nuova, se organizaba para protestar contra el decreto del Ejecutivo de Mario Draghi en el que se impone la obligatoriedad a partir del 15 de octubre de poseer el certificado de vacunaci¨®n para trabajar. Nadie imaginaba, sin embargo, que el nivel de violencia y ¡°escuadrismo¡±, como lo defini¨® la mayor¨ªa de partidos, llegar¨ªa hasta el nivel de tensi¨®n alcanzado. El secretario general del sindicato atacado, Maurizio Landini, evoc¨® los tiempos del fascismo para explicar lo sucedido. ¡°Es un ataque a la democracia y a todo el mundo del trabajo que rechazamos. Que nadie piense que nuestro pa¨ªs volver¨¢ a los a?os de fascismo¡±.
El asalto a la CGIL, a quien los manifestantes acusaban de haber vendido los derechos de los trabajadores protegidos en la Constituci¨®n ante la medida que proh¨ªbe trabajar sin estar vacunado, despert¨® las cr¨ªticas y la solidaridad de las m¨¢s altas instancias del pa¨ªs, incluido el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella. El primer ministro, Mario Drahi, tambi¨¦n conden¨® duramente lo sucedido. ¡°Los sindicatos italianos son fundamentales y es inaceptable cualquier agresi¨®n o intimidaci¨®n contra ellos. Ser¨¢n defendidos¡±.
La derecha radical del pa¨ªs, liderada por la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, conden¨® en primera instancia la violencia vivida. La situaci¨®n deja a ambos partidos, acusados siempre de tener un sustrato de su militancia vinculado a estos movimientos, en una situaci¨®n algo embarazosa. Pero las declaraciones llegaron con matices y buscaron atacar tambi¨¦n a la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, por las cargas de la polic¨ªa. Ambos partidos han mantenido una l¨ªnea de oposici¨®n al certificado de vacunaci¨®n obligatorio en una mezcla ideol¨®gica, en el caso de Meloni, y de c¨¢lculo electoral en el de Salvini. La l¨ªder de Hermanos de Italia expres¨® su solidaridad con el secretario general de la CGIL, pero asegur¨® que la protesta hab¨ªa sido justa: ¡°Solidaridad tambi¨¦n a los miles de manifestantes que han salido a la calle para protestar leg¨ªtimamente contra los decretos del Gobierno de quien ahora nadie hablar¨¢ por culpa de los delincuentes que usan cualquier pretexto parta actos de violencia inaceptables¡±.
Salvini, que encabez¨® la campa?a interna en el Gobierno en las ¨²ltimas semanas contra el certificado de vacunaci¨®n obligatorio, se expres¨® en la misma l¨ªnea. ¡°La violencia nunca est¨¢ justificada y no es la soluci¨®n. Pero no confundamos la violencia de unos pocos con las peticiones razonables a quien quiere tutelar la salud, los derechos, la libertad y el trabajo¡±. Una idea que su partido sigue explotando en los ¨²ltimos tiempos para remontar la p¨¦rdida de apoyos en el espectro ideol¨®gico de la ultraderecha.
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