Jineth Bedoya: ¡°El Estado colombiano asumi¨® una actitud que me dej¨® completamente vac¨ªa¡±
La periodista, s¨ªmbolo de la lucha contra la violencia sexual, repasa la sentencia del m¨¢s alto tribunal americano de derechos humanos que condena al Estado colombiano por su secuestro y tortura
Jineth Bedoya (Bogot¨¢, 47 a?os) ha encontrado la justicia que tanto busc¨®. La periodista, un s¨ªmbolo de la lucha contra la violencia sexual en Am¨¦rica Latina, fue raptada por paramilitares el 25 de mayo del a?o 2000 a la entrada de la c¨¢rcel La Modelo de Bogot¨¢, mientras esperaba ingresar para una entrevista previamente acordada como parte de una investigaci¨®n sobre tr¨¢fico de armas, desapariciones y homicidios en las prisiones colombianas. La retuvieron 16 horas y luego la abandonaron en una carretera. Despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ...
Jineth Bedoya (Bogot¨¢, 47 a?os) ha encontrado la justicia que tanto busc¨®. La periodista, un s¨ªmbolo de la lucha contra la violencia sexual en Am¨¦rica Latina, fue raptada por paramilitares el 25 de mayo del a?o 2000 a la entrada de la c¨¢rcel La Modelo de Bogot¨¢, mientras esperaba ingresar para una entrevista previamente acordada como parte de una investigaci¨®n sobre tr¨¢fico de armas, desapariciones y homicidios en las prisiones colombianas. La retuvieron 16 horas y luego la abandonaron en una carretera. Despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os, la Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® este lunes al Estado colombiano por el secuestro y tortura de Bedoya, una trampa tendida con la participaci¨®n de agentes estatales.
El padecimiento de Bedoya a lo largo de estos a?os se vio agravado por las 12 ocasiones en que la Fiscal¨ªa la hizo declarar sobre su violaci¨®n, as¨ª como la decisi¨®n sin precedentes del Estado colombiano de retirarse de la audiencia p¨²blica virtual del pasado 15 de marzo, cuando intent¨® recusar a los magistrados en un alegato rechazado por el m¨¢s alto tribunal americano de derechos humanos.
¡°Tal vez yo nunca pueda ver tras las rejas al general de la polic¨ªa que orden¨® mi secuestro, ni a los hombres que lo secundaron. Eso quedar¨¢ en la consciencia del Estado, y en la inoperancia de la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n que contribuy¨® a esta impunidad, pero mi resarcimiento est¨¢ sellado. La Corte Interamericana se ha pronunciado, y la reivindicaci¨®n que tanto busqu¨¦ hoy est¨¢ aqu¨ª¡±, dijo Bedoya este martes en su primera comparecencia ante sus colegas, por momentos con l¨¢grimas en los ojos, en la sede de la Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (Flip), que ha acompa?ado su caso. ¡°Lo que me alivia el alma y compensa en algo tanto dolor, todo lo que he tenido que padecer, es que no lo logr¨¦ solo para m¨ª. Miles de mujeres v¨ªctimas sobrevivientes de violencia sexual, y mujeres periodistas violentadas, perseguidas y estigmatizadas por hacer su trabajo, por fin son reconocidas y escuchadas. Eso es justicia¡±.
Bedoya, editora del peri¨®dico El Tiempo, se ha convertido en una reconocida activista contra la violencia sexual. Desde que decidi¨® hablar sobre su violaci¨®n, hace m¨¢s de una d¨¦cada, ha encabezado la campa?a No es hora de callar, que busca que las v¨ªctimas alcen la voz y denuncien las agresiones. ¡°Una campa?a que hoy, por orden de la Corte, se convierte en un centro de memoria para este pa¨ªs¡±, el ¨²nico en el mundo dedicado a la violencia sexual, destaca al d¨ªa siguiente de la sentencia durante una entrevista en la sede de la Flip, una antigua casona de ladrillo en Bogot¨¢.
Menuda, viste un abrigo verde y una pa?oleta morada, la combinaci¨®n de los colores de las luchas feministas. La pa?oleta est¨¢ estampada con mariposas violetas, ¡°que en la cultura oriental significan dignidad, que es mi s¨ªmbolo y el de No es hora de callar¡±, apunta. La entrada est¨¢ custodiada por el esquema de seguridad con el que ha tenido que aprender a convivir, un recordatorio de que ha sido blanco de incesantes amenazas desde antes incluso de su secuestro.
Pregunta. ?La sentencia le ha ayudado a sanar?
Respuesta. Despu¨¦s de la audiencia del 15 de marzo entr¨¦ en un momento muy dif¨ªcil, el m¨¢s dif¨ªcil de mi vida. El Estado asumi¨® una actitud que me dej¨® completamente vac¨ªa. Entr¨¦ en una crisis de salud muy grave, y de depresi¨®n severa. Dur¨¦ cinco meses sin ir al peri¨®dico, con todo el respaldo, afortunadamente, pero no me pude reconectar con el periodismo. Y en todo ese tiempo pens¨¦, primero, si iba a alcanzar a llegar a hoy. Si mi voluntad y mi cuerpo me iban a permitir conocer la sentencia. Y, segundo, c¨®mo me iba a sentir con la sentencia. Puedo decir que hay cosas que son irreparables, y que no voy a poder recuperar nunca, pero s¨ª tengo paz adentro. Hoy veo las cosas diferentes. Creo que nada me va a poder volver a ese estado de sentir rabia, o de entrar en esas crisis de tratar de conseguir justicia, pero patinando sobre el dolor. Hoy siento que me descargu¨¦.
P. El presidente Iv¨¢n Duque dijo que Colombia acatar¨¢ el fallo en su totalidad, y usted que la Corte les ha dado una oportunidad para hacer historia. ?Qu¨¦ espera ahora del Estado colombiano?
R. Ver el mensaje del presidente fue alentador despu¨¦s de todo lo que ha ocurrido. No ten¨ªa muy claro c¨®mo iban a reaccionar, pero esa posici¨®n del representante del Estado en este momento da la posibilidad de que podamos avanzar. Y lo que espero es eso. Que nos podamos sentar muy pronto, construir conjuntamente y que, como dice la sentencia, me abran un camino donde no tengamos que volver a discutir, a pelear, a presionar, sino que ellos entiendan la grandeza del momento. Y que podamos hacer algo conjuntamente.
P. ?Alg¨²n representante del Estado la ha contactado con respecto a la sentencia?
R. Nadie me ha buscado todav¨ªa. Espero que est¨¦n en el an¨¢lisis de la sentencia, pero que lo hagan pronto. Esta es una oportunidad para intentar enderezar ese camino que qued¨® tan minado el 15 de marzo.
P. Hasta ahora no ha sido un proceso reparador, al punto que ha equiparado la humillaci¨®n del Estado con la violencia sexual que sufri¨®. ?Qu¨¦ sinti¨® en marzo cuando el Estado colombiano se retir¨® de la audiencia?
R. Se me volvi¨® a acabar la vida. Fue la sensaci¨®n de humillaci¨®n total, y de abandono por parte de un Estado con el que, en ¨²ltimas, yo hab¨ªa estado colaborando en los ¨²ltimos a?os. La misi¨®n de No es hora de callar, de llegar a tantas regiones y ayudar a tantas mujeres, siempre se cruz¨® con alguna parte del Estado. En algunos casos hicimos alianzas con la misma Presidencia para visibilizar el feminicidio o la violencia sexual. Entonces, es sentir que de un momento a otro te dan la espalda, te ignoran. Sent¨ª que qued¨¦ vac¨ªa, pero lo m¨¢s grave es que esa situaci¨®n me llev¨® a una crisis emocional que desencaden¨® un problema en la columna. Fue un momento de crisis. Baj¨¦ a lo m¨¢s profundo del hueco y toqu¨¦ fondo.
P. En la audiencia dijo que si algo la mantuvo en pie fue el periodismo
R. No concibo mi vida sin hacer periodismo. En los momentos m¨¢s dif¨ªciles, es lo que me ha salvado, lo que me ha dado la esperanza de que tener una voz fuerte es la posibilidad de hacer cosas que transformen. Si miro hacia atr¨¢s, he hecho muchas cosas que han transformado vidas, y eso es lo que me quiero llevar de todo este proceso tan doloroso.
P. Tambi¨¦n ha recalcado el tema de la salud mental, de la tristeza y la depresi¨®n. ?Esa ha sido una batalla m¨¢s dura que la judicial?
R. S¨ª, y lo digo con conocimiento de causa de lo que acabo de atravesar. La depresi¨®n en la que ca¨ª despu¨¦s del 15 de marzo ha sido el episodio m¨¢s duro en estos 21 a?os. La tristeza es algo contra lo que a veces no puedes pelear. Lo m¨¢s dif¨ªcil es cuando no encuentras motivos para seguir.
P. ?De d¨®nde ha logrado sacar el valor y la fuerza?
R. Cuando sent¨ª que ya no pod¨ªa caer m¨¢s, que ya me hab¨ªa estrellado contra el piso, yo misma me cuestion¨¦: ?Despu¨¦s de tanto, es justo conmigo haber dado esta pelea y terminar as¨ª? Creo que eso fue lo que me llen¨® de fuerza. Y repito nuevamente, el periodismo.
P. Ustedes ped¨ªan el cierre de la c¨¢rcel La Modelo. M¨¢s de 20 a?os despu¨¦s, ?sigue siendo un s¨ªmbolo de impunidad?
R. La Modelo sigue siendo uno de los peores centros de reclusi¨®n de Am¨¦rica Latina y del mundo. Hasta el ¨²ltimo d¨ªa que est¨¦ en ese lugar va a ser el mayor s¨ªmbolo de impunidad de este pa¨ªs. Sobre esas estructuras donde est¨¢n privados de la libertad miles de hombres, est¨¢n los cad¨¢veres de personas que fueron descuartizadas y desaparecidas, botadas por la ca?er¨ªa. Personas que tienen familias y tienen dolientes. No se dio la medida de reparaci¨®n por la que yo apost¨¦, pero logr¨¦ que se vuelva a hablar de La Modelo. Y en eso seguir¨¦ trabajando desde el periodismo.
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