La Corte IDH condena a Colombia por el secuestro y tortura de la periodista Jineth Bedoya
El m¨¢s alto tribunal americano de derechos humanos encontr¨® ¡°indicios graves, precisos y concordantes¡± de la participaci¨®n estatal en las agresiones contra la comunicadora en el a?o 2000
En su incansable lucha de m¨¢s de 20 a?os, Jineth Bedoya por fin ha encontrado justicia. En una sentencia largamente esperada, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ha condenado este lunes a Colombia en el caso de la periodista, secuestrada, torturada y violada por paramilitares en el a?o 2000 mientras realizaba una investigaci¨®n en la c¨¢rcel La Modelo de Bogot¨¢. El tribunal encontr¨® al Estado colombiano ¡°responsable internacionalmente por la violaci¨®n de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra, dignidad y libertad de expresi¨®n¡± de Bedoya, y advirti¨® sobre ¡°indicios graves, precisos y concordantes¡± de la participaci¨®n estatal en las terribles agresiones que sufri¨®.
La Corte IDH orden¨® diversas medidas de reparaci¨®n, que incluyen promover y continuar las investigaciones que sean necesarias para juzgar a los responsables de su secuestro y tortura, as¨ª como de las amenazas que ha sufrido. Tambi¨¦n difundir su campa?a No es hora de callar, que se debe transmitir por el sistema de medios p¨²blicos, o crear programas para proteger a las mujeres periodistas y un centro estatal de memoria y dignificaci¨®n de todas las mujeres v¨ªctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. Bedoya tambi¨¦n hab¨ªa solicitado como una medida de reparaci¨®n cerrar la c¨¢rcel La Modelo, por considerarla ¡°un s¨ªmbolo de impunidad¡± desde donde todav¨ªa se ordenan todo tipo de cr¨ªmenes, pero el tribunal no accedi¨® a esa petici¨®n.
Antes de ser secuestrada, Bedoya y su madre ¨CLuz Nelly Lima¨C sufrieron un atentado del que nunca se conocieron los autores, en un episodio que no fue suficiente para que el Estado le ofreciera protecci¨®n. Por lo tanto, la Corte IDH tambi¨¦n resolvi¨® declarar responsable al Estado por la violaci¨®n de los derechos a las garant¨ªas judiciales, protecci¨®n judicial e igualdad ante la ley por la ausencia o dilaci¨®n de las investigaciones sobre esas amenazas as¨ª como por las m¨²ltiples agresiones del 25 de mayo del a?o 2000.
¡°El 18 de octubre de 2021 pasa a la historia como el d¨ªa en que una lucha, que empez¨® por un crimen individual, llev¨® a la reivindicaci¨®n de derechos de miles de mujeres v¨ªctimas de violencia sexual y de mujeres periodistas que dejan parte de la vida en su oficio¡±, escribi¨® Bedoya en un mensaje de Twitter. La Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (Flip), que ha acompa?ado el caso, celebr¨® la decisi¨®n como ¡°una sentencia hist¨®rica¡± en un proceso emblem¨¢tico que sienta un precedente para el hemisferio. ¡°Es una hoja de ruta no solo para reparar a Jineth, sino tambi¨¦n para avanzar en la protecci¨®n de las mujeres periodistas y el acceso a la justicia para mujeres v¨ªctimas de violencia sexual¡±, se?al¨® la Flip.
¡°Colombia acata plenamente la sentencia¡±, anunci¨® el presidente Iv¨¢n Duque, con lo que el Gobierno se muestra dispuesto a zanjar las controversias que ha desatado en el proceso. ¡°El caso de Jineth Bedoya Lima no puede repetirse jam¨¢s. Esta sentencia debe servirnos de gu¨ªa en las acciones a implementar para evitar que algo similar vuelva a suceder¡±, apunt¨® el mandatario en una cadena de mensajes en sus redes sociales. ¡°La sentencia de la Corte IDH se cumplir¨¢ en su totalidad, como siempre Colombia lo ha hecho¡±, reiter¨®.
El 25 de mayo del a?o 2000, cuando Colombia estaba cercada por el fuego cruzado de narcotraficantes, guerrillas y grupos paramilitares, Bedoya, para entonces periodista de El Espectador, fue interceptada en la puerta de la c¨¢rcel mientras esperaba a que le autorizaran la entrada para una entrevista previamente acordada con un jefe paramilitar como parte de una investigaci¨®n sobre tr¨¢fico de armas, desapariciones y homicidios en las prisiones colombianas. La retuvieron 16 horas y luego la abandonaron en una carretera en las afueras de Bogot¨¢.
La periodista ha seguido recibiendo incesantes amenazas desde entonces, seg¨²n relat¨® en marzo, en el inicio de la audiencia p¨²blica virtual por su caso ante el m¨¢s alto tribunal americano de derechos humanos. Tambi¨¦n se?al¨® que agentes de la polic¨ªa fueron quienes le sugirieron entrevistarse en La Modelo con jefes paramilitares, la trampa que ocasion¨® su secuestro, y que la Fiscal¨ªa la revictimiz¨® al llamarla en 12 ocasiones a declarar sobre la agresi¨®n sexual. ¡°Mi vida se destruy¨®, a m¨ª me mataron la ma?ana del 25 de mayo¡±, dijo con la voz entrecortada al se?alar que solo el periodismo le ha permitido seguir adelante. ¡°He cre¨ªdo que la palabra es la mejor forma de transformar el dolor. Pero lamentablemente mi vida se acab¨® (¡) ?C¨®mo se puede recuperar algo que queda quebrado en mil pedazos? Porque eso es lo que hace la violencia sexual¡±, apunt¨® en uno de los momentos m¨¢s estremecedores.
En el camino, la hoy subeditora del peri¨®dico El Tiempo se ha convertido en una de las principales voces contra la violencia sexual en Am¨¦rica Latina tras una d¨¦cada al frente de la campa?a No es hora de callar, que busca que las v¨ªctimas alcen la voz y denuncien las agresiones. El a?o pasado fue reconocida con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de la Unesco.
La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) remiti¨® el caso de Bedoya a la Corte IDH en 2019 por considerar que el Estado colombiano no actu¨® para protegerla, e incumpli¨® las recomendaciones que le hab¨ªa hecho de investigar lo ocurrido y adoptar medidas de no repetici¨®n, protecci¨®n, prevenci¨®n y reparaci¨®n de los da?os. Hace dos a?os, dos paramilitares fueron condenados a 40 a?os de c¨¢rcel como autores materiales despu¨¦s de que la periodista se tuvo que convertir en investigadora de su propio crimen, pero ninguno de los autores intelectuales ha sido judicializado.
Su proceso no ha sido ajeno a la controversia, en medio de los ataques del Gobierno Duque al sistema interamericano. En una acci¨®n sin precedentes, el Estado colombiano opt¨® por retirarse de la audiencia de marzo e intent¨® recusar a los magistrados al se?alar que las preguntas indicaban prejuzgamiento, y tildar de sesgados a los jueces. La Corte IDH rechaz¨® esos alegatos, que provocaron una avalancha de cr¨ªticas desde distintos sectores. ¡°Yo llevo 25 a?os litigando ante la Corte IDH y esto es ins¨®lito, nos sorprende que el Estado de Colombia haga lo que no hicieron gobiernos realmente autoritarios como el Gobierno de Fujimori en Per¨², el de Ortega en Nicaragua, el de Maduro en Venezuela¡±, se?al¨® entonces Viviana Krsticevic, la abogada de Bedoya y directora Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
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