La sombra de corruptelas desgasta a Boris Johnson
La estimaci¨®n de voto favorable al Partido Conservador brit¨¢nico se reduce m¨¢s de tres puntos en apenas una semana
El pasado martes, Boris Johnson se subi¨® a bordo de un avi¨®n de reacci¨®n privado para abandonar la cumbre del cambio clim¨¢tico de Glasgow y volar a Londres. Ten¨ªa prisa por llegar al Garrick Club, un local de caballeros ¨DGentlemen Only¨D, donde hab¨ªa quedado a cenar con sus antiguos compa?eros del Daily Telegraph, el brazo medi¨¢tico del Partido Conservador. Entre ellos, Charles Moore, el antiguo director del diario. Entre los cuadros de una pinacoteca espectacular y las maderas nobles del comedor, Moore y el resto de euroesc¨¦pticos patanegra del grupo calentaron la cabeza al primer ministro para que apoyara su confabulaci¨®n. Lograron que diera luz verde a la enmienda parlamentaria que, al d¨ªa siguiente, pretend¨ªa salvar el cuello del diputado Owen Paterson. El Comit¨¦ de Est¨¢ndares ?ticos de la C¨¢mara de los Comunes le hab¨ªa condenado a un mes de suspensi¨®n de empleo y sueldo por un comportamiento ¡°indignante¡± que hab¨ªa ¡°deshonrado a la instituci¨®n¡±. Paterson gan¨® m¨¢s de medio mill¨®n de euros con la promoci¨®n, en el Parlamento, de los intereses de dos empresas, los laboratorios Randox y la alimentaria Lynn, a las que prestaba asesoramiento remunerado. La mujer de Paterson, Rose, se suicid¨® el pasado junio a los 63 a?os. Su esposo culp¨® p¨²blicamente de la muerte a la prolongada investigaci¨®n ¨Ddos a?os¨D y hasta el ¨²ltimo minuto se neg¨® a reconocer cualquier culpa.
El Gobierno de Johnson forz¨® a sus diputados conservadores a respaldar una enmienda que, con el pretexto de revisar el sistema de control ¨¦tico de los parlamentarios, dejaba en suspenso la condena de Paterson. El texto sali¨® adelante, pero con una exigua mayor¨ªa de 18 votos (los conservadores tienen 80 esca?os m¨¢s que la oposici¨®n). M¨¢s de medio centenar de tories decidieron abstenerse u oponerse a una decisi¨®n que, b¨¢sicamente, cambiaba sobre la marcha las reglas del juego para proteger a uno de los suyos. El boicoteo de la oposici¨®n en bloque a la maniobra puso contra las cuerdas a Downing Street. Horas despu¨¦s, se desvinculaba la propuesta de reforma del caso concreto de Paterson. Se abandonaba a su suerte al diputado, que presentaba su dimisi¨®n para escapar del ¡°cruel mundo de la pol¨ªtica¡±.
¡°El modo en el que han manejado todo este asunto ha sido vergonzoso e incorrecto, indigno de cualquier Gobierno¡±, acusaba este s¨¢bado quien fuera primer ministro conservador John Major, en la BBC. ¡°Y ha tenido, adem¨¢s, el a?adido de arrojar basura a la reputaci¨®n del Parlamento¡±, abundaba. ¡°Han procurado sortear en varias ocasiones el control parlamentario, y el speaker [presidente de la C¨¢mara de los Comunes] ya ha expresado su frustraci¨®n en muchas ocasiones, y con raz¨®n. Pero se han comportado tambi¨¦n mal en otras ocasiones que quiz¨¢ sirvan para afirmar que este Gobierno es pol¨ªticamente corrupto¡±, cargaba.
No esconde el veterano pol¨ªtico su animadversi¨®n y desprecio hacia Johnson, pero su autoridad moral y su propia historia pol¨ªtica dan una relevancia excepcional a sus cr¨ªticas. Fue Major quien impuls¨®, en la d¨¦cada de los noventa, el sistema independiente de control ¨¦tico de los parlamentarios, despu¨¦s del famoso esc¨¢ndalo cash for questions (dinero a cambio de preguntas), cuando se revel¨® que los diputados conservadores hab¨ªan cobrado hasta 2.000 libras esterlinas (unos 2.335 euros) por cada pregunta, en defensa de intereses privados, que introduc¨ªan en la sesi¨®n de control. Varias de esas preguntas se formularon en nombre del empresario egipcio Mohamed Al-Fayed, due?o de los grandes almacenes Harrods.
Johnson ha terminado una semana que comenz¨® con la promesa de salvar al planeta ¨Den la inauguraci¨®n de la COP26, en Glasgow¨D, desesperado por salvar la reputaci¨®n de su propio Gobierno. La prensa, amiga y enemiga, ha inundado sus portadas con la expresi¨®n ¨Drescatada de tiempos pasados¨D tory sleaze. Algo as¨ª como corrupci¨®n, sordidez o sinvergonzoner¨ªa conservadora. ¡°Cuando veo la reputaci¨®n de nuestra democracia y de nuestro Gobierno arrojada a la basura, por supuesto que me irrito enormemente¡±, ha dicho este domingo a la BBC Keir Starmer, el l¨ªder de la oposici¨®n laborista. ¡°Johnson est¨¢ obligando a sus tropas a marchar a lo largo de todas las cloacas¡±, ha agregado.
La oposici¨®n ha forzado para este lunes un debate de emergencia sobre el caso Paterson. Es un mecanismo parlamentario para abordar en la C¨¢mara asuntos urgentes, y su celebraci¨®n, que debe solicitar un diputado, depende de la discrecionalidad del speaker. Tres horas de discusi¨®n en Westminster, que servir¨¢n no solo para mantener viva la indignaci¨®n p¨²blica por este ¨²ltimo esc¨¢ndalo; tambi¨¦n saldr¨¢n a la palestra la negativa de Downing Street a declarar en el registro de intereses parlamentarios la semana de vacaciones del primer ministro en la lujosa villa marbell¨ª de su amigo Zac Goldsmith; la investigaci¨®n pendiente de las elevadas cantidades gastadas por el matrimonio Johnson en la redecoraci¨®n de su apartamento privado en Downing Street; o la ¨²ltima exclusiva publicada este domingo por el Sunday Times: la concesi¨®n del t¨ªtulo de caballero (sir) y de un esca?o en la C¨¢mara de los Lores a todos los millonarios dispuestos a donar poco m¨¢s de tres millones y medio de euros al Partido Conservador.
La ¨²ltima encuesta publicada por el instituto The Opinium Research para el diario The Observer, justo despu¨¦s del esc¨¢ndalo Paterson, se?ala que el Partido Conservador ha perdido hasta tres puntos porcentuales de apoyo, mientras que los laboristas han recuperado uno. La competici¨®n entre ambos registrar¨ªa ahora un empate t¨¦cnico (37% frente a 36%), despu¨¦s de varios meses de una ventaja conservadora c¨®moda y una oposici¨®n d¨¦bil.
Todav¨ªa es pronto para decir si lo ocurrido esta semana ser¨¢ ¡°otra tormenta de Westminster en un vaso de agua¡±, como lo ha definido el ministro brit¨¢nico de Medio Ambiente, George Eustice, o el momento en el que Johnson comenz¨® a perder la popularidad entre los suyos, y en la que los diputados conservadores comenzaron a descubrir que el emperador est¨¢ desnudo. La gesti¨®n del caso Paterson, tanto en el Gobierno como en la direcci¨®n del grupo conservador en el Parlamento, ha demostrado una falta de conexi¨®n con el sentimiento de la calle, como han podido comprobar muchos parlamentarios en las cartas de protesta que han recibido de los votantes de sus respectivas circunscripciones.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.