La dureza de la pandemia entorpece la formaci¨®n del Gobierno alem¨¢n
Scholz se enfrenta a una crisis nacional antes de ser elegido canciller el pr¨®ximo mes
El vertiginoso aumento de los contagios y la creciente sobrecarga de los hospitales son ahora la m¨¢xima prioridad en Alemania. Esta cuarta ola es la peor que ha vivido el pa¨ªs, con incidencias nunca vistas desde que empez¨® la pandemia y con graves problemas para atender a los cada vez m¨¢s numerosos pacientes que necesitan cuidados intensivos. La situaci¨®n es de ¡°emergencia nacional¡±, dijo ayer el ministro de Sanidad, Jens Spahn. Y coincide con otro momento tambi¨¦n muy delicado: la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. La crisis sanitaria est¨¢ sumando todav¨ªa m¨¢s presi¨®n a las complejas negociaciones para que un tripartito formado por socialdem¨®cratas, verdes y liberales tome el relevo en diciembre. Olaf Scholz, el previsible pr¨®ximo canciller, se enfrenta a una crisis nacional antes incluso de llegar al cargo.
Las negociaciones para acomodar los intereses y las ambiciones de los tres partidos contin¨²an, pero en un segundo plano. La pandemia ha obligado a los l¨ªderes de la coalici¨®n sem¨¢foro ¡ªas¨ª llamada por los colores con los que se identifican los partidos: rojo de los socialdem¨®cratas, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales¡ª a trabajar en dos frentes a la vez. De un lado, las reuniones para formar Gobierno; de otro, empezar a funcionar ya como un Ejecutivo virtual y proponer una nueva ley de infecciones para tratar de contener la escalada de contagios. Los tres partidos llevaron al Bundestag el jueves su propuesta para sustituir el actual marco legal, que expira el 25 de noviembre, por otro que obliga a los Estados federados a que las restricciones se aprueben antes en los parlamentos regionales.
¡°Ha habido un vac¨ªo de poder¡±, constata el polit¨®logo Wolfgang Merkel, profesor del Centro de Investigaci¨®n de Ciencias Sociales de Berl¨ªn (WZB). ¡°Fue m¨¢s acusado durante la campa?a electoral, en agosto y septiembre. Ning¨²n partido quiso exponerse porque les daba miedo perder apoyos. Un error enorme, porque los expertos ya pronosticaban el incremento de contagios en oto?o¡±, a?ade. En su opini¨®n, la culpa es tanto del Gobierno saliente como del entrante.
La presi¨®n a?adida a socialdem¨®cratas, verdes y liberales se nota desde hace semanas. Mientras los contagios crec¨ªan y los epidemi¨®logos alertaban de que la tasa de vacunaci¨®n era muy baja en Alemania (68% de la poblaci¨®n frente al 80% de Espa?a) y desembocar¨ªa en el colapso asistencial, se eternizaba ese vac¨ªo de poder a escala federal. El Gobierno de gran coalici¨®n de Angela Merkel no impulsaba nuevas medidas restrictivas ni convocaba a los l¨ªderes regionales para tomar decisiones. Fueron semanas de inacci¨®n.
La primera reuni¨®n no lleg¨® hasta este jueves, cuando varios Estados, alarmados por las cifras r¨¦cord de contagios, ya hab¨ªan impuesto sus propias restricciones. El Bundestag aprob¨® el mismo d¨ªa una nueva ley del futuro tripartito que lleva aparejadas unas medidas concretas y, en paralelo, la canciller y los l?nder acordaron a su vez otras medidas conjuntas. Un mensaje confuso para los ciudadanos, que vieron c¨®mo se les imponen distintas restricciones desde distintos ¨¢mbitos.
Lo que de momento no ha conseguido la emergencia sanitaria es a?adir nuevos motivos de controversia dentro del sem¨¢foro. Al menos p¨²blicamente. El l¨ªder de los liberales del FDP, Christian Lindner, ha cambiado de opini¨®n sobre la vacunaci¨®n obligatoria. De estar absolutamente en contra ha pasado a asegurar que hay que considerar que quienes trabajan con personas vulnerables (sanitarios, cuidadores en residencias) deban estar inmunizados. Esta fue de una de las medidas que acordaron el Gobierno y los l?nder el jueves, y que debe ser aprobada en el Bundestag.
Giro en los liberales
Pese a que Lindner hizo campa?a defendiendo que los no vacunados no pod¨ªan ser discriminados, ahora asegura que la situaci¨®n es distinta. ¡°Los no vacunados deben estar preparados para restricciones considerables en la vida social porque, por desgracia, la tasa de vacunaci¨®n no ha cumplido las expectativas¡±, dijo ayer al S¨¹ddeutsche Zeitung.
Las l¨ªneas rojas de los liberales son el cierre de la econom¨ªa y los colegios y las restricciones a la movilidad. Y, por ahora, el tripartito est¨¢ centrado en aumentar la tasa de vacunaci¨®n forzando a negacionistas y reticentes a inmunizarse por la v¨ªa de las prohibiciones a que participen en la vida social. Si socialdem¨®cratas y verdes plantean otras medidas, como el cierre de bares y locales nocturnos, s¨ª se encontrar¨ªan con la oposici¨®n del tercer socio de la futura coalici¨®n.
Los conservadores han aprovechado la crisis sanitaria para hacerle oposici¨®n a la todav¨ªa inexistente coalici¨®n sem¨¢foro. La CDU de Merkel ha defendido prorrogar la llamada ¡°situaci¨®n epid¨¦mica de alcance nacional¡±, aprobada al inicio de la crisis y que daba plenos poderes a las autoridades. La situaci¨®n de interinidad ha provocado situaciones peculiares, como el debate del jueves, donde era f¨¢cil confundir a Gobierno y oposici¨®n. Los diputados conservadores criticaron la norma del tripartito, entre otras cosas porque seg¨²n ellos dificulta reaccionar r¨¢pidamente ante la emergencia.
Representantes del sem¨¢foro les echaron en cara que estas semanas, ante el incremento sostenido de la incidencia, no aprobaron restricciones en los Estados federales donde gobiernan pese a poder hacerlo seg¨²n la todav¨ªa vigente ley de infecciones. En realidad, ambas normas son bastante similares y dan margen de actuaci¨®n a los Ejecutivos. Varios analistas coinciden en que la controversia se ha exagerado para empezar a marcar diferencias pol¨ªticas entre bloques, aunque tambi¨¦n Los Verdes han sufrido cr¨ªticas desde sus propias filas.
Para muchos expertos, las decisiones tomadas esta semana no son suficientes. ¡°Toda Alemania es un gran brote¡±, describi¨® gr¨¢ficamente la situaci¨®n Lothar Wieler, el presidente del Instituto Robert Koch (RKI) de enfermedades infecciosas. En su opini¨®n, dificultar la vida social a los no vacunados no atajar¨¢ la transmisi¨®n de la enfermedad. Habr¨ªa que cancelar eventos, cerrar locales nocturnos y bares mal ventilados y reducir los contactos privados. Las restricciones no solo se quedan cortas sino que llegan muy tarde, cuando los contagios est¨¢n descontrolados y la falta de personal en las UCI es sangrante.
Teletrabajo y controles en el transporte p¨²blico
La nueva ley de protección contra infecciones presentada por el futuro tripartito incluye la recomendación del teletrabajo siempre que sea posible y la aplicación de la llamada regla 3G en los centros de trabajo: antes de entrar, los empleados deberán demostrar que están vacunados, han pasado la enfermedad o que se han hecho un test con resultado negativo. El Ministerio de Trabajo anunció ayer que la obligación entra en vigor el 24 de noviembre. La Confederación Alemana de Sindicatos está de acuerdo con la medida. Ya hay empresas, como Siemens, que exigen a sus empleados pruebas de no estar infectados a la entrada de los centros de trabajo. Para viajar en transporte público también será necesario estar vacunado, recuperado o presentar una prueba de coronavirus negativa, según la nueva ley.
Los Estados federados con peores datos, como Baviera, están adoptando medidas más drásticas. Su presidente, Markus Söder, anunció ayer que cerrará toda la actividad pública no esencial en los distritos que superen la incidencia semanal de 1.000 casos por 100.000 habitantes, algo que ya sucede en ocho de ellos, los más próximos a Austria, en el sureste. Los hospitales bávaros están saturados. Uno tuvo que enviar dos enfermos al norte de Italia la semana pasada ante la imposibilidad de encontrar camas libres en las UCI de la región. Las autoridades de Baviera, donde la incidencia es de 627 frente a 341 de media nacional, cerrarán comercios no esenciales, restauración y toda la actividad cultural en los distritos más afectados, pero guarderías y colegios seguirán abiertos. También se suspenden los populares mercadillos navideños al aire libre.
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