Brasil coloca c¨¢maras a sus agentes de polic¨ªa para combatir el gatillo f¨¢cil
Una incursi¨®n dej¨® esta semana nueve muertos en un pantano cerca de R¨ªo. M¨¢s de 6.400 brasile?os fallecieron en 2020 por tiros de las fuerzas de seguridad, el triple que en 2013
Una operaci¨®n policial en una favela de la zona metropolitana de R¨ªo de Janeiro el fin de semana pasado caus¨® conmoci¨®n porque, tras un tiroteo con traficantes de drogas, los cad¨¢veres de nueve personas fueron localizados en una zona pantanosa. Se considera una venganza por la muerte de un uniformado aquel viernes. Por si quedaran dudas sobre el desprecio por la vida de los sospechosos, los polic¨ªas celebraron una fiesta en un local cercano antes y despu¨¦s de la matanza de S?o Gon?alo.
Pero el goteo de muertes por disparos de agentes, de servicio o de libranza, es tan cotidiano en Brasil que suele pasar desapercibido. Al calor del discurso de mano dura, las cifras de v¨ªctimas han aumentado hasta el actual r¨¦cord (6.400 muertos en 2020, son 17 diarios, la mayor¨ªa negros). Siguiendo la estela de Estados Unidos y otros pa¨ªses, varios cuerpos est¨¢n implantando c¨¢maras en los uniformes de sus agentes en un intento de reducir la letalidad.
Los primeros resultados en la Polic¨ªa Militar del Estado de S?o Paulo indican una significativa reducci¨®n de v¨ªctimas. ¡°Hay mucho espacio para que podamos avanzar, pero nuestra reducci¨®n del uso de la fuerza es acentuad¨ªsima¡±, dice en su despacho el coronel Robson Cabanas, que gestiona el programa de las c¨¢maras de la Polic¨ªa Militar de S?o Paulo, que se empez¨® a implantar hace 17 meses. Las c¨¢maras corporales son la parte m¨¢s visible de cambios m¨¢s profundos.
Brasil est¨¢ entre los pa¨ªses m¨¢s violentos de Am¨¦rica Latina y los miembros de sus fuerzas de seguridad, entre los que m¨¢s matan (y m¨¢s mueren) en el mundo. Tambi¨¦n aqu¨ª hubo protestas tras la brutal agresi¨®n a George Floyd, asfixiado por un agente blanco en EE UU, y se reclamaron cambios. El Gobierno de R¨ªo de Janeiro, el Estado con la polic¨ªa m¨¢s violenta en este pa¨ªs de grandes diferencias regionales, acaba de anunciar la compra de 20.000 c¨¢maras, una antigua iniciativa resucitada justo despu¨¦s de la incursi¨®n policial que en mayo dej¨® 28 muertos en la favela carioca de Jacarezinho. Las c¨¢maras no solo llegan tarde para contribuir a determinar qu¨¦ ocurri¨® all¨ª, sino que la polic¨ªa ha decretado cinco a?os de secreto.
La ONU ha criticado la violencia policial en Brasil, que nunca desde que se contabiliza dej¨® tantas v¨ªctimas. Los 6.400 fallecidos son el triple de los registrados solo ocho a?os antes, seg¨²n el ¨²ltimo anuario de la ONG Foro Brasile?o de Seguridad P¨²blica, que elabora una radiograf¨ªa nacional de la violencia a partir de datos oficiales. Ese aumento obedece en parte a una mejora de la estad¨ªstica. El lema ¡°bandido bom ¨¦ bandido morto¡± siempre tuvo adeptos, pero la llegada del militar retirado Jair Bolsonaro al poder ha amplificado el eco y disparado la compra de armas. El anterior gobernador de R¨ªo lleg¨® a defender que ante un criminal armado los agentes deb¨ªan ¡°apuntar a la cabecita¡ y ?fuego!¡±.
La Polic¨ªa Militar De S?o Paulo ha introducido m¨¢s de 3.000 para agentes de varios batallones, incluidos los m¨¢s problem¨¢ticos. El plan es tener 10.000 dispositivos en la calle para junio pr¨®ximo. Son la parte m¨¢s visible de una reforma m¨¢s amplia, dice. Los primeros resultados son positivos. Desde junio de 2020, el cuerpo ha causado todos los meses menos muertes que el mismo mes del a?o anterior. Por ejemplo, octubre. Pasaron de 71 fallecidos (en 2019) a 34 (2020) y a 32 este a?o.
Melina Risso, experta en seguridad p¨²blica del Instituto Igarap¨¦, considera muy positiva la expansi¨®n de las c¨¢maras. Afirma que ¡°a¨²n es pronto para hacer an¨¢lisis concluyentes, pero los primeros resultados son muy prometedores¡±. Y destaca que est¨¢n en consonancia con el an¨¢lisis que este think tank hizo de una experiencia similar, en un estado m¨¢s peque?o, Santa Catarina. ¡°All¨ª, nuestros resultados mostraron que las c¨¢maras redujeron el uso de la fuerza por parte de la polic¨ªa hasta en un 60%¡±.
No obstante, incluso con la reducci¨®n, las cifras est¨¢n a a?os luz de la regi¨®n modelo en este cap¨ªtulo, Europa occidental. Basta comparar el Estado de S?o Paulo con Espa?a, ambas con una poblaci¨®n similar. Incluso con c¨¢maras, en el Estado m¨¢s rico de Brasil y donde la tasa de homicidios ha ca¨ªdo en los ¨²ltimos 20 a?os, mueren en un mes el doble de ciudadanos por tiros de la polic¨ªa que los registrados en Espa?a durante cinco a?os. No obstante, dos hombres han sido abatidos este mes en Madrid por uniformados.
El coronel Cabanas destaca una innovaci¨®n desarrollada con las c¨¢maras de S?o Paulo que, seg¨²n afirma, viene a resolver uno de los problemas m¨¢s frecuentes aqu¨ª y en el extranjero: el agente que voluntariamente o por despiste no activa la c¨¢mara pese a estar obligado. Los dispositivos paulistas realizan dos grabaciones, una de menor calidad y sin sonido durante las 12 horas del turno; y otra con m¨¢s resoluci¨®n y sonido que pueden activar el propio uniformado, uno de sus jefes desde la distancia o que comienza a grabar autom¨¢ticamente si el polic¨ªa dispara un tiro. El dispositivo tambi¨¦n permite recuperar los momentos previos de un instante cr¨ªtico, explica.
¡°La gente cree, de entrada, que las c¨¢maras van a cohibir al polic¨ªa de cometer abusos, pero el cambio es mucho m¨¢s profundo¡±, dice. Detalla otros cambios introducidos como el refuerzo del entrenamiento, de las inspecciones, de las investigaciones internas y la compra de nuevas herramientas que permiten graduar el uso de la fuerza. Entre los agentes de S?o Paulo se han distribuido miles de sprays de gas pimienta y m¨¢s de 3.700 tasers, armas de incapacitaci¨®n neuromuscular, para reducir a los sospechosos sin recurrir al arma de fuego. Cada uso del taser ¡°son muertes que no ocurrieron¡±, recalca Cabanas, que destaca que antes de implantar las c¨¢maras viajaron a Estados Unidos, Alemania o Londres para conocer de primera mano sus experiencias.
La especialista Risso sostiene que las c¨¢maras por s¨ª solas tendr¨¢n un impacto muy limitado: ¡°Reducir la letalidad cr¨®nica de las fuerzas policiales brasile?as depende de una decisi¨®n pol¨ªtica de cambiar la planificaci¨®n de las operaciones y acciones de los polic¨ªas con inversi¨®n en capacitaci¨®n, supervisi¨®n y, sobre todo, tolerancia cero a los excesos¡±. En lo que va de a?o, la Polic¨ªa Militar de Sao Paulo ha abierto m¨¢s de 1.400 investigaciones internas, 190 agentes han sido detenidos y 47, expulsados del cuerpo, seg¨²n datos oficiales.
No es frecuente que se sienten en el banquillo y menos que entren en prisi¨®n. Cuatro agentes fueron condenados la semana pasada por un asesinato, pero en agosto otros cinco fueron absueltos por un jurado popular de participar hace tres d¨¦cadas en una matanza en una favela.
La tropa recibi¨® los dispositivos con desconfianza, tem¨ªan que fuera utilizados para cuestiones disciplinarias (como el uso de WhatsApp), cuenta Cabanas, pero insiste en que las grabaciones tambi¨¦n los protegen a ellos. Entre otras razones, porque sirven de prueba ante un tribunal y porque cuando el ciudadano que interact¨²a con el agente ve el parpadeo de una lucecita roja en la c¨¢mara de la pechera sabe que le est¨¢n grabando y ¨¦l tambi¨¦n se contiene.
Simult¨¢neamente, asoma un nuevo peligro para los agentes, el incremento de ciudadanos armados. Las reformas legales impulsadas por el ultraderechista Bolsonaro han contribuido a un fen¨®meno que empez¨® antes de su victoria. Las armas de fuego en manos de civiles se han duplicado en solo tres a?os. Suman 1,2 millones, seg¨²n el citado anuario brasile?o. Aumentan, por tanto, las probabilidades de que los patrulleros, adem¨¢s de toparse con criminales que responden a tiros, se encuentren con m¨¢s ciudadanos que ante el m¨¢s m¨ªnimo roce desenfunden un arma.
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