Ir¨¢n y EE UU reanudan en Viena las negociaciones para reactivar el acuerdo nuclear
El avance del programa iran¨ª pone de relieve que el abandono del pacto por Trump ha aumentado el riesgo de proliferaci¨®n y limita la eficacia de un futuro arreglo
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Ir¨¢n y Estados Unidos vuelven hoy a Viena, pero sus delegados no se sentar¨¢n en la misma mesa. El objetivo de esas conversaciones indirectas, con la mediaci¨®n de la UE, es restablecer el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 y que la Administraci¨®n de Trump abandon¨® de forma unilateral tres a?os despu¨¦s. Desde entonces, Teher¨¢n ha avanzado en su programa at¨®mico ignorando los l¨ªmites a los que se hab¨ªa comprometido. La brecha abierta es tal que se cuestiona no solo la posibilidad de ¨¦xito, sino incluso si el pacto sigue teniendo sentido.
El calculado goteo de violaciones al acuerdo con que Ir¨¢n ha respondido a las dur¨ªsimas sanciones estadounidenses ha ido vaciando de contenido el formalmente denominado Pacto Integral de Acci¨®n Conjunta (PIAC), que firm¨® con las grandes potencias (EE UU, China, Rusia, el Reino Unido y Francia, adem¨¢s de la UE). Seg¨²n los ¨²ltimos informes del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (encargado de supervisar el cumplimiento t¨¦cnico del acuerdo), Teher¨¢n regresa a la mesa de negociaciones con 11 veces m¨¢s de uranio enriquecido de lo permitido.
Adem¨¢s, buena parte de ese combustible alcanza hasta el 60% de pureza, un grado muy por encima del 3,67% que le autorizaba el PIAC y m¨¢s cerca del 90% que se requiere para un eventual uso militar. En definitiva, la decisi¨®n de Trump de descartar un acuerdo de no proliferaci¨®n nuclear exitoso, aunque imperfecto, ha aumentado el riesgo de proliferaci¨®n.
El analista pol¨ªtico Eldar Mamedov admite que ¡°los avances nucleares de Ir¨¢n podr¨ªan dejar obsoleto el PIAC¡±. No obstante, considera que ¡°no hay otro acuerdo posible¡±. ¡°Cualquier nuevo pacto tendr¨¢ que basarse esencialmente en las mismas premisas del PIAC: la reversi¨®n del programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones¡±, opina. Con la agravante de que, fruto de la retirada de Trump, ¡°ser¨¢ peor que aquel porque el programa iran¨ª estar¨¢ m¨¢s avanzado¡±.
Seg¨²n Mamedov, que asesora en pol¨ªtica exterior al grupo socialdem¨®crata en el Parlamento Europeo, pero que habl¨® con EL PA?S a t¨ªtulo privado, ¡°la alternativa es aumentar la presi¨®n m¨¢xima [SOBRE IR?N], es decir, m¨¢s aislamiento econ¨®mico y sabotaje y, finalmente, una acci¨®n militar que [el presidente de Estados Unidos] Biden claramente quiere evitar¡±. Pero se?ala que incluso eso podr¨ªa no lograr el objetivo: ¡°Ir¨¢n est¨¢ solo a una decisi¨®n pol¨ªtica de construir la bomba; tiene suficiente conocimiento para hacerlo¡±.
En un reciente art¨ªculo en el diario emirat¨ª The National, James Zogby, presidente del Arab American Institute, minimizaba el peligro que eso representa frente al ¡°verdadero problema de la intromisi¨®n de Ir¨¢n en la regi¨®n¡±. El comentarista cuestionaba el esfuerzo pol¨ªtico y diplom¨¢tico que se est¨¢ invirtiendo en el asunto nuclear cuando Teher¨¢n ¡°no tiene la bomba e incluso si la tuviera, ser¨ªa improbable que la usara¡±, tanto por la doctrina de la destrucci¨®n mutua asegurada como por los da?os a sus aliados regionales.
En opini¨®n de Zogby, que no respondi¨® a una solicitud de entrevista de este peri¨®dico, la ¡°obsesiva preocupaci¨®n con el programa de Ir¨¢n le est¨¢ dando m¨¢s atenci¨®n y oportunidad de fanfarronear de lo que obtendr¨ªa de tener una bomba que no podr¨ªa utilizar¡±. La Rep¨²blica Isl¨¢mica apoya a grupos armados desde L¨ªbano a Yemen, pasando por Siria e Irak, cuyas actividades el analista considera m¨¢s da?inas para la regi¨®n y m¨¢s urgentes de abordar.
Mamedov cuestiona que sea una alternativa. ¡°Para Teher¨¢n, los aliados regionales como Hezbollah no son negociables; los ve como una disuasi¨®n contra un posible ataque militar de Israel a su programa nuclear¡±, dice.
La esperanza de Biden
La llegada de Biden a la Casa Blanca en enero suscit¨® esperanzas de recuperar el PIAC. Pero tras seis rondas de reuniones, las conversaciones se suspendieron en junio, cuando Ir¨¢n eligi¨® al ultraconservador Ebrahim Raisi como presidente. El nuevo equipo negociador iran¨ª solo puede mostrarse m¨¢s firme (intransigente, seg¨²n la perspectiva occidental) que el anterior.
Las exigencias no parecen haber cambiado mucho: levantamiento sin condiciones de todas las sanciones reimpuestas por Trump. ?nicamente entonces Teher¨¢n acceder¨¢ a que los representantes de Washington vuelvan a la mesa de negociaci¨®n con el resto de los firmantes. Adem¨¢s, los iran¨ªes reclaman garant¨ªas de que un futuro presidente norteamericano no volver¨¢ a renegar del pacto.
EE UU est¨¢ trabajando con los europeos entre bambalinas para ofrecer a Ir¨¢n beneficios econ¨®micos, pero no est¨¢ claro qu¨¦ margen tiene Biden con las limitaciones que le marca la pol¨ªtica interna. ¡°Teher¨¢n necesita alg¨²n tipo de seguridad a largo plazo de que las empresas extranjeras podr¨¢n hacer negocios sin ser atacadas por el Tesoro de EE UU, algo que Biden dif¨ªcilmente puede comprometer¡±, apunta Mamedov.
Filtraciones a la prensa estadounidense sugieren que la Casa Blanca contempla un acuerdo provisional para frenar el enriquecimiento de uranio a cambio de levantar algunas sanciones. Eso queda muy lejos del m¨ªnimo que los iran¨ªes dicen estar dispuestos a aceptar. No obstante, Ir¨¢n tampoco quiere aparecer como la causa de una ruptura, por lo que tal vez acepten estudiar las propuestas para mantener el proceso en marcha. Seguir hablando es mejor que no hacerlo, pero por s¨ª solo no garantiza resultados.
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