Nowy Targ, donde el aire m¨¢s t¨®xico de Polonia lo producen sus vecinos
La ciudad busca reducir la poluci¨®n incentivando el cambio de calderas de carb¨®n
A los pies de los Tatras, las monta?as de paisaje alpino de los C¨¢rpatos que separan Polonia y Eslovaquia, se asienta Nowy Targ, en una depresi¨®n donde confluyen dos r¨ªos. A pocos kil¨®metros al noroeste, otros montes, los del Parque Nacional de Gorce, abrazan el municipio de 34.000 habitantes. Suena a aire limpio y naturaleza, a deportes de invierno y de monta?a. Si no fuera por el humo t¨®xico que sale de los hogares, el que produce el carb¨®n que los calienta en un invierno interminable, que asfixia a Nowy Targ y la convierte en la ciudad m¨¢s contaminada de Polonia.
En los d¨ªas malos la poluci¨®n es tan intensa que se ve, se huele y casi se puede tocar. Desde la colina donde se ubican el hospital y el cementerio municipal la ciudad parece devorada por una espesa nube con un tono ocre de smog ¡ªpor smoke (humo) y fog (niebla), en ingl¨¦s¡ª. Solo por detr¨¢s de Bulgaria, Polonia es el pa¨ªs m¨¢s contaminado de la Uni¨®n Europea, como recoge Eurostat. De las 50 ciudades europeas con peor calidad del aire, 36 son polacas, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Nowy Targ se ha convertido en la peor de entre las peores.
Seg¨²n el ranking anual del movimiento activista Polish Smog Alert publicado el 9 de diciembre, la ciudad lider¨® la clasificaci¨®n en las tres categor¨ªas que analizaron con datos de 2020. De entre los cientos de estaciones de medici¨®n polacas estudiadas, la suya registr¨® la mayor concentraci¨®n anual media de material particulado PM10 (42 mg/m?), el n¨²mero de d¨ªas con aire irrespirable m¨¢s elevado (90) y la concentraci¨®n anual del carcin¨®geno benzopireno m¨¢s alta (18 ng/m?, un 1.800% por encima del l¨ªmite permitido en Polonia).
Cuatro d¨ªas despu¨¦s de que el ranking se hiciese p¨²blico, el alcalde, Grzegorz Watycha, lo considera ¡°irritante¡± e injusto. Seg¨²n explica, est¨¢n en la lista porque el problema les preocupa y han colocado una estaci¨®n de medici¨®n de las que otros lugares carecen. ¡°Estamos un poco castigados porque queremos solucionar el problema y estamos concienciados¡±, insiste. Junto a la clasificaci¨®n, Smog Polish Alert denunci¨® que tres d¨ªas antes el Ayuntamiento hab¨ªa cambiado la ubicaci¨®n de la estaci¨®n a un sitio que, consideran, recoger¨¢ niveles de contaminaci¨®n menor y dificultar¨¢ evaluar la evoluci¨®n anual.
Watycha explica que el 60% de las emisiones contaminantes de la ciudad proviene de las calderas dom¨¦sticas obsoletas que todav¨ªa hoy se alimentan de carb¨®n [en Polonia suponen m¨¢s del 50% de la poluci¨®n], en muchas ocasiones de muy baja calidad, y hasta de basura. En una de las ciudades m¨¢s fr¨ªas de Polonia, el alcalde subraya que sus vecinos se gastan el doble que la media de los polacos en calefacci¨®n, que puede llegar a necesitarse ocho meses al a?o, lo que complica el cambio a otros combustibles que son m¨¢s caros, como el gas. El 40% restante del aire contaminado lo atribuye a los coches y a las localidades del alrededor, ¡°donde no se hace nada¡±. La orograf¨ªa del lugar, sumado a la inversi¨®n t¨¦rmica cuando hace m¨¢s fr¨ªo en el valle que en las monta?as, hace que la contaminaci¨®n se quede atrapada a ras del suelo.
Al alcalde le preocupa la imagen que la ciudad proyecta al exterior con este ranking que lleva a sentarse en su despacho a periodistas espa?olas, que han viajado hasta all¨ª como parte de la serie Europa Ciudadana financiada por el Parlamento Europeo. A la doctora Lidia Kolodziej, le angustia la salud de sus pacientes, ¡°sobre todo los ni?os, cuyo sistema respiratorio se desarrolla hasta los siete a?os¡±. No tiene datos locales, pero los de la regi¨®n de Malopolska, donde se encuentra Nowy Targ, y la regi¨®n minera de Silesia, tambi¨¦n muy contaminada, recogen cuatro veces m¨¢s casos de asma infantil temprano. ¡°Yo observo muy claramente que en los periodos de m¨¢s contaminaci¨®n estos ni?os tienen m¨¢s problemas respiratorios, bronquitis e infecciones¡±, explica. ¡°Mi drama es que en lugar de poder recetarles dieta sana y ejercicio al aire libre, tengo que pedirles que se queden en casa¡±, cuenta en el luminoso sal¨®n de la suya, donde tiene un purificador de aire.
En los adultos, prosigue, se observa mayor incidencia de enfermedades pulmonares, de circulaci¨®n y card¨ªacos. Tambi¨¦n hay m¨¢s prevalencia de c¨¢ncer de pulm¨®n entre no fumadores por el benzopireno que se respira en Nowy Targ, que es una sustancia que tambi¨¦n se encuentra en los cigarrillos, se?ala. Las personas mayores, que tienen tambi¨¦n riesgo de desarrollar demencia temprana, no le prestan mucha atenci¨®n. ¡°Dicen que es el olor del invierno y que siempre se ha hecho as¨ª (lo de quemar basura, incluyendo el pl¨¢stico)¡±.
En las calles de Nowy Targ se percibe negaci¨®n, indignaci¨®n y resignaci¨®n. Maria Sieka, de 73 a?os, que tiene un quiosco en la plaza principal donde vende souvenirs y prendas de bovino, no cree que la contaminaci¨®n venga de las calefacciones, sino de los coches, pero en realidad no le importa mucho: ¡°Tengo 73 a?os y no me preocupa; tengo asma y vivo muy bien¡±. A Julia Janczy, estudiante de 18, le parece ¡°horrible¡± la situaci¨®n de su ciudad: ¡°Estamos en la monta?a y en teor¨ªa deber¨ªamos tener aire puro¡±.
Marcin Kowalczyk, abogado de 41 a?os, es consciente de que vivir en Nowy Targ es ¡°como fumar un paquete de cigarrillos al d¨ªa¡±. ¡°Trato de no preocuparme, porque tengo que vivir aqu¨ª¡±. ¡°S¨ª se nota c¨®mo algunos d¨ªas te sientes peor, con menos energ¨ªa, con dolores de cabeza, y no quieres salir de casa¡±, cuenta Danuta Duda, de 27 a?os y gestora de alojamientos rurales. Sus hu¨¦spedes le preguntan ¡°a qu¨¦ huele, qu¨¦ est¨¢n quemando los vecinos¡±.
En Polonia se atribuye a la contaminaci¨®n unas 45.000 muertes prematuras al a?o. ¡°Es una pandemia a c¨¢mara lenta, tiene un impacto gigantesco en la salud¡±, se?ala Javi L¨®pez, eurodiputado socialista, que considera el caso polaco ¡°un esc¨¢ndalo¡±. Como miembro de la Comisi¨®n de Salud y Medio Ambiente del Parlamento Europeo, aboga por el endurecimiento de los l¨ªmites a la contaminaci¨®n de la UE en l¨ªnea con la OMS. Anna Zalewska, eurodiputada de Ley y Justicia (PiS), el partido ultraconservador que gobierna Polonia, advierte sin embargo de que ¡°cualquier cambio debe tener en cuenta las posibilidades socioecon¨®micas y el coste¡± para los Estados miembros.
Para el Gobierno polaco, asegura Zalewska, la contaminaci¨®n es un asunto prioritario. A trav¨¦s del programa nacional Aire Limpio, impulsa el cambio de m¨¢s de tres millones de calderas antiguas por otras m¨¢s eficientes con un presupuesto para 10 a?os de 103.000 millones de eslotis (unos 22.000 millones de euros) y la mejora del aislamiento en las viviendas. El programa recibe entre 4.500 y 5.000 peticiones a la semana y desde su puesta en marcha en 2019 hasta el 10 de diciembre, ha recogido 368.000 solicitudes, seg¨²n el Fondo Nacional para la Protecci¨®n del Medio Ambiente y la Gesti¨®n del Agua. Nowy Targ calcula que tienen que cambiar hasta 1.500 calderas y complementa las subvenciones nacionales con ayudas municipales de 5.000 eslotis. Hasta ahora han financiado unas 150 actuaciones.
Magdalena Cygan, activista de Smog Alert en Nowy Targ, que hasta la publicaci¨®n del ranking y la denuncia que ha molestado al Ayuntamiento colaboraba estrechamente con ¨¦l, cree que tanto los habitantes como las autoridades locales pueden y deben hacer m¨¢s. ¡°La gente prefiere comprarse un coche mejor, una televisi¨®n, que pensar que otra fuente de calor ser¨¢ m¨¢s beneficiosa¡±, se queja. Aunque ha escuchado a ciudadanos que se plantean mudarse, sus planes son seguir trabajando hasta conseguir eliminar la nube que atufa Nowy Targ. En el futuro, sabe que no inmediato, pero espera que no muy lejano, conf¨ªa en que los vecinos puedan respirar aire limpio y disfrutar realmente de la naturaleza.
El ejemplo de Cracovia
En 2012 nació Polish Smog Alert como un pequeño grupo de activistas que, preocupado por el aire que se respiraba en Cracovia, empezó a hacer ruido a través de redes sociales. Se les unieron científicos, médicos, activistas y empresas y sus acciones lograron presionar al Ayuntamiento, como cuenta su fundadora, Anna Dworakowska.
En 2019, la ciudad prohibió quemar carbón y madera en calderas o estufas (Nowy Targ, a 90 kilómetros, espera a la legislación regional, que fija la fecha en 2030). La prohibición se complementó con un programa que en los dos primeros años financiaba hasta el 100% de los costes de sustitución de calderas, y que para los vecinos más vulnerables cubre también el coste extra que supone el cambio de fuente de calefacción, normalmente el gas. "Durante tres o cuatro años, día tras día, edificio por edificio, funcionarios y trabajadores externos fueron informando a los habitantes de que tenían que cambiar las calderas y les ofrecieron soluciones”, explica el Plenipotenciario del alcalde de la ciudad de Cracovia para la calidad del aire. Han sustituido más de 20.000 y quedan unas 500.
Según Piotr Kleczkowski, profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología AGH, que ha analizado el resultado de la prohibición de quemar combustibles fósiles, la ciudad ha reducido entre el 43 y el 45% sus niveles de contaminación en todas las sustancias analizadas. “Ha sido un gran éxito y lo sería aún más si no fuese por el resto de municipios del área metropolitana”, apunta.
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