La junta militar birmana condena a Aung San Suu Kyi a otros cuatro a?os de prisi¨®n
La l¨ªder del Gobierno depuesto por los militares y premio Nobel de la Paz cumple ya una pena de dos a?os de c¨¢rcel
Un tribunal militar de Naipyid¨®, la capital birmana, ha condenado este lunes a Aung San Suu Kyi a cuatro a?os de prisi¨®n por posesi¨®n ilegal de varios dispositivos de telecomunicaciones y por vulnerar las medidas contra la pandemia.
La l¨ªder de facto del Gobierno que depusieron los militares en febrero de 2021 y premio Nobel de la Paz, que ya cumple desde principios de diciembre una sentencia de dos a?os por incitaci¨®n a la violencia y quebrantamiento de las leyes anticovid, ha sido hallada culpable de violar la Ley de Exportaci¨®n e Importaci¨®n y la ley de telecomunicaciones por tener sin licencia varios walkie-talkies y un inhibidor de se?ales.
La Polic¨ªa encontr¨® dichos dispositivos port¨¢tiles en el registro de su domicilio, cuando la detuvo tras el golpe de Estado perpetrado por el Tatmadaw, el Ej¨¦rcito birmano. Sus abogados han argumentado que los equipos no forman parte de sus pertenencias personales y que se utilizaban de manera leg¨ªtima para garantizar su seguridad. Seg¨²n fuentes cercanas al caso, las dos penas se cumplir¨¢n de manera simult¨¢nea, por lo que terminar¨ªan reducidas a dos a?os.
En otro juicio, tambi¨¦n celebrado este lunes, La Dama ¨Dcomo tambi¨¦n se la conoce¨D ha sido sentenciada a otros dos a?os en prisi¨®n por saltarse las medidas contra la pandemia durante la campa?a electoral.
Varias asociaciones de derechos humanos consideran que los veredictos contra Suu Kyi ¨Dacusada en total de once delitos que le podr¨ªan suponer m¨¢s de un siglo entre rejas¨D no son m¨¢s que un intento de apartarla de la pol¨ªtica.
Las dos penas se suman a las condenas del pasado 6 de diciembre por incitaci¨®n a las protestas y por infringir los protocolos para frenar la expansi¨®n de la covid-19. En un primer momento, el juez dictamin¨® que deber¨ªa cumplir cuatro a?os de c¨¢rcel, pero horas m¨¢s tarde la televisi¨®n estatal anunci¨® que se reduc¨ªan a dos por un indulto parcial concedido por el jefe de la junta militar golpista, Min Aung Hlaing.
Suu Kyi, de 76 a?os, hab¨ªa permanecido en arresto domiciliario desde la asonada. Sin embargo, a las ¨²ltimas audiencias judiciales ha asistido vestida con una camiseta blanca y una falda marr¨®n, el uniforme de las presas del pa¨ªs. Se desconoce d¨®nde cumple condena desde diciembre. En los 11 meses que han transcurrido desde su detenci¨®n, el n¨²mero de delitos de los que se le acusa no ha hecho m¨¢s que aumentar, hasta alcanzar los 11. Entre ellos est¨¢ el de corrupci¨®n ¨Cque conlleva una pena m¨¢xima de 15 a?os¨C y el de incumplir la ley de secretos oficiales de la era colonial, penado con hasta 14 a?os de prisi¨®n. De ser declarada culpable de todos, podr¨ªa ser condenada a hasta 104 a?os de prisi¨®n.
A puerta cerrada
Todos los juicios se est¨¢n celebrando a puerta cerrada y sin testigos. Las autoridades birmanas decretaron en octubre el secreto de sumario, por lo que sus abogados tienen prohibido conceder entrevistas. A pesar de la presi¨®n internacional, la junta militar no ha permitido que nadie se re¨²na con ella en todo este tiempo.
Varias organizaciones defensoras de derechos humanos han criticado los fallos de este lunes. Amnist¨ªa Internacional ha expresado en su cuenta de Twitter que las nuevas condenas son ¡°la ¨²ltima actuaci¨®n de un juicio que resulta una completa farsa¡±, mientras que Phil Robertson, vicedirector para Asia de Human Rights Watch, ha emitido un comunicado en el que sostiene que ¡°el circo de la junta de Myanmar, en el que los procesos judiciales de los cargos inventados se tramitan en secreto, tiene como objetivo acumular m¨¢s condenas contra Aung San Suu Kyi para que permanezca en prisi¨®n de manera indefinida. Es evidente que el general Min Aung Hlaing y los otros l¨ªderes militares contin¨²an vi¨¦ndola como una amenaza pol¨ªtica que debe ser neutralizada¡±.
¡°Una vez m¨¢s, Aung San Suu Kyi se ha convertido en un s¨ªmbolo de lo que le est¨¢ pasado a su pa¨ªs y vuelve a desempe?ar el papel de reh¨¦n pol¨ªtico de los militares, determinados a mantenerse en el poder mediante la intimidaci¨®n y la violencia¡±, agrega Robertson. La Nobel de la Paz de 1991 ya pas¨® casi 15 a?os en prisi¨®n entre 1989 y 2010, por liderar el movimiento contra la dictadura militar que gobern¨® la antigua Birmania durante medio siglo (1962-2011).
Today's sentencing of Aung San Suu Kyi on multiple charges represents the latest act in the farcical trial against the civilian leader. She must be released immediately along with thousands in #Myanmar unjustly detained for peacefully exercising their rights since the Feb 1 coup.
— Amnesty International (@amnesty) January 10, 2022
El Tatmadaw justifica el golpe de Estado del pasado febrero por el presunto fraude electoral durante los comicios de noviembre de 2020, en los que arras¨® la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi, tal y como hab¨ªa hecho en las elecciones generales de 2015. Despu¨¦s de que los militares tomaran el poder, miles de personas salieron a las calles del pa¨ªs a modo de protesta. A pesar de que las manifestaciones pac¨ªficas han continuado, en medio de la dura represi¨®n ejercida por las fuerzas de seguridad, tambi¨¦n ha aumentado la resistencia armada, hasta el punto de que analistas internacionales advierten de que podr¨ªa estallar una guerra civil. Seg¨²n los datos compilados por la Asociaci¨®n de Asistencia a Presos Pol¨ªticos, m¨¢s de 1.400 personas han perdido la vida a manos del Ej¨¦rcito.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.