Aung San Suu Kyi y el Ej¨¦rcito: la imposible relaci¨®n que aleja del poder a la Nobel
La conocida como ¡®la dama¡¯, que estuvo bajo arresto domiciliario durante 15 a?os, vuelve a ser retenida por los militares tras un nuevo golpe de Estado en Myanmar
La ambici¨®n de Aung San Suu Kyi de ver Myanmar convertido en un pa¨ªs democr¨¢tico queda lejos de momento. La tensa relaci¨®n entre la Nobel de la Paz, conocida como La Dama, y las Fuerzas Armadas ha estallado tras una temporada en punto muerto al ser detenida por el Ej¨¦rcito, que este lunes declar¨® el estado de emergencia durante un a?o y desmantel¨® el Gobierno civil. La toma de control de los militares demuestra el poder detentado a¨²n por el cuerpo castrense, pese a una d¨¦cada de transici¨®n democr¨¢tica, si bien se prev¨¦ que no sea suficiente para erosionar el apoyo civil logrado por Suu Kyi durante este tiempo.
Se anticipaba que la relaci¨®n entre ambas partes ser¨ªa uno de los puntos calientes de la nueva legislatura, pero no ha habido ocasi¨®n para ello. Las relaciones entre el Gobierno civil, liderado en la pr¨¢ctica por Suu Kyi, y el Ej¨¦rcito ¨Cconocido como el Tatmadaw- era uno de los retos del nuevo Parlamento, que tomaba posesi¨®n este lunes tras los comicios del pasado noviembre, en los que la Liga Nacional por la Democracia (NLD, por sus siglas en ingl¨¦s) de la Nobel obtuvo una aplastante mayor¨ªa.
Una victoria no reconocida por los militares, que se han escudado en acusaciones de un fraude electoral no documentado o probado para dar el golpe de Estado y detener a Suu Kyi, de 75 a?os, al presidente, Win Myint, y a otros l¨ªderes del Gobierno civil. As¨ª, la sesi¨®n parlamentaria en la que hoy se esperaba la designaci¨®n del nuevo presidente y los vicepresidentes del pa¨ªs durante los pr¨®ximos cinco a?os, as¨ª como la aprobaci¨®n de los nombramientos de ministros, no ha llegado a celebrarse.
¡°La declaraci¨®n del estado de emergencia y la detenci¨®n de la consejera de Estado Aung San Suu Kyi y otros l¨ªderes y activistas pro democracia demuestra el poder que el Ej¨¦rcito tiene en Myanmar¡±, enfatiza Alistair Cook, experto en el sureste asi¨¢tico del programa de relaciones internacionales del Instituto Rajaratnam de Singapur.
El balance de poder entre Suu Kyi y los militares ha sido objeto de quebraderos de cabeza desde que la NLD gan¨® en 2015 los primeros comicios libres de Myanmar (antigua Birmania), que hab¨ªa iniciado una transici¨®n democr¨¢tica tras medio siglo de Junta Militar (1962-2011). Seg¨²n la Constituci¨®n de 2008, redactada por los uniformados, el Ej¨¦rcito a¨²n controla las carteras ministeriales de Interior, Defensa y Fronteras, as¨ª como el 25% de los esca?os parlamentarios. Tambi¨¦n, seg¨²n una cl¨¢usula impuesta ad hoc para alejar a Suu Kyi del poder oficialmente, el cargo de presidente no puede ser ocupado por alguien con familia extranjera, como es el caso de la Nobel, con dos hijos del acad¨¦mico brit¨¢nico Michael Aris.
La misi¨®n de Suu Kyi, que pas¨® 15 a?os bajo arresto domiciliario por su lucha a favor de la democracia hasta ser liberada en 2010, era muy complicada. Por un lado, ten¨ªa que buscar puntos de entendimiento con las Fuerzas Armadas si quer¨ªa permanecer en el poder tras ser nombrada consejera de Estado en 2015 ¨Cla l¨ªder de facto del pa¨ªs¨C, y por otro deb¨ªa intentar ganar terreno al Tatmadaw para poder consolidar las reformas democr¨¢ticas.
En este juego de malabares ha habido un punto especialmente delicado, sobre todo fuera de Myanmar: la persecuci¨®n y expulsi¨®n de la minor¨ªa musulmana rohiny¨¢. Miles huyeron al vecino Banglad¨¦s en masa en agosto de 2017 en lo que la ONU investiga como un posible genocidio por parte del Ej¨¦rcito. Suu Kyi lleg¨® a defender a las Fuerzas Armadas birmanas en La Haya en diciembre de 2019, generando un torrente de cr¨ªticas por parte de la comunidad internacional, si bien la causa rohiny¨¢ no cuenta apenas con popularidad en Myanmar, de mayor¨ªa budista. Por ello o por convicci¨®n, la pol¨ªtica birmana, en su d¨ªa vista como defensora de los derechos de las minor¨ªas ¨Cfue galardonada con el Nobel de la Paz en 1991 por ser ¡°un ejemplo extraordinario del poder de los que no lo tienen¡±¨C, nunca se ha enfrentado p¨²blicamente al Ej¨¦rcito por la situaci¨®n de los rohiny¨¢.
Pero la defensa de Suu Kyi de los militares en La Haya no le ha servido de mucho. Su relaci¨®n ha sido tensa desde que fue nombrada consejera de Estado, y los conflictos fueron a peor tras los intentos de La Dama de modificar la Constituci¨®n para limitar la influencia del cuerpo castrense en el Gobierno, algo que se esperaba continuara haciendo durante esta legislatura. ¡°Ahora mismo no hab¨ªa casi comunicaci¨®n directa entre Suu Kyi y Min Aung Hlaing [comandante en jefe de las Fuerzas Armadas]. Los dos se reun¨ªan en privado hasta 2018, pero desde entonces el di¨¢logo par¨®¡±, apunta la publicaci¨®n nipona Nikkei, citando una fuente cercana al Gobierno.
Las elecciones de noviembre han sido cruciales. Sin apoyos a sus denuncias de fraude, representantes del Ej¨¦rcito se reunieron con enviados del Gobierno en Naypidaw el pasado 28 de enero para intentar sin ¨¦xito llegar a un acuerdo. Los militares ped¨ªan un nuevo recuento de los votos y el aplazamiento de la inauguraci¨®n del Parlamento, a lo que el Gobierno de Suu Kyi se neg¨®.
Mientras el Ej¨¦rcito anuncia ahora la celebraci¨®n de unas elecciones ¡°libres y justas¡± sin fecha determinada, la NLD de Suu Kyi supuestamente ha urgido a la poblaci¨®n a no aceptar el golpe y a iniciar protestas en un comunicado cuya autor¨ªa no ha podido ser corroborada. ¡°Llamo a la gente a no aceptarlo, a responder y protestar con firmeza contra el golpe militar¡±, reza el texto, firmado en principio por Suu Kyi.
Aunque criticada los ¨²ltimos a?os por su inacci¨®n frente a las atrocidades cometidas contra los rohiny¨¢s, no han faltado las voces pidiendo su liberaci¨®n, entre ellas Estados Unidos o el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres. Suu Kyi, hija del h¨¦roe de la independencia del pa¨ªs, el general Aung San, sigue siendo percibida como la ¨²nica con capacidad de consolidar la democratizaci¨®n de Myanmar. Un proyecto ahora abortado, pero que no todos pierden la esperanza de recuperar. ¡°Las elecciones de noviembre de 2020 mostraron el gran apoyo popular con el que cuenta Aung San Suu Kyi, y una intervenci¨®n militar no lo va a hacer desaparecer¡±, advierte Cook.
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