Los rehenes retenidos en una sinagoga en Texas escaparon despu¨¦s de que el rabino tirara una silla al atacante
El secuestrador muri¨® durante el operativo policial, tras encerrar a cuatro personas durante casi 11 horas
Lo que comenz¨® como una ma?ana cualquiera de un s¨¢bado cualquiera para los miembros de la congregaci¨®n Beth Israel en la sinagoga de Colleyville, en la periferia del ¨¢rea metropolitana de Dallas-Fort Worth (Texas), se transform¨® en una pesadilla en la que participaron decenas de miembros de las fuerzas del orden y un equipo especial del FBI llegado desde Quantico (Virginia), para rescatar a los cuatro rehenes que Malik Faisal Akram, de 44 a?os, tuvo retenidos durante casi 11 horas.
Akram, ciudadano brit¨¢nico, hab¨ªa sido investigado por el servicio nacional de inteligencia del Reino Unido MI5 en 2020, seg¨²n ha informado este martes la BBC. Natural de Blackburn, al norte de la ciudad de Manchester, el nombre de Akram se relacion¨® con ciertas pesquisas relativas a actividades terroristas. Sin embargo, cuando este hombre se desplaz¨® a Estados Unidos no salt¨® ninguna alarma porque el espionaje brit¨¢nico no consideraba que representara una amenaza a la seguridad. Akram estuvo en prisi¨®n en cuatro ocasiones, entre 1996 y 2012, por delitos que inclu¨ªan desorden con violencia, acoso o robo, seg¨²n la cadena brit¨¢nica Sky News.
Uno de los rehenes de Akram fue el rabino de la sinagoga, Charlie Cytron-Walker, quien durante este lunes ha relatado a distintos medios estadounidenses c¨®mo, a pesar de estar ¡°aterrorizado¡±, considera que apresur¨® el desenlace al arrojar una silla al secuestrador, haciendo as¨ª posible que escaparan los rehenes que todav¨ªa estaban en poder del atacante.
En opini¨®n del rabino, seg¨²n pasaban las horas, cada vez se ve¨ªa m¨¢s alterado al secuestrador y se notaba su frustraci¨®n por no lograr su objetivo: la liberaci¨®n de una prisionera en una c¨¢rcel de Texas con lazos con Al Qaeda. Su violencia parec¨ªa incrementarse y su volatilidad tambi¨¦n. ¡°Pod¨ªa volverse violento¡± en cualquier momento, explic¨® el rabino, ante lo que decidi¨® pasar a la acci¨®n. ¡°Est¨¢bamos aterrorizados¡±, confes¨®.
¡°Cuando vi una oportunidad, en un momento en que ¨¦l parec¨ªa no estar muy atento, me asegur¨¦ de que los dos hombres que a¨²n estaban conmigo se preparan para partir. La salida no estaba muy lejos. Les dije que se fueran¡±, relat¨® Cytron-Walker, con la voz marcada por la emoci¨®n. Fue entonces cuando el rabino tom¨® la decisi¨®n de lanzar la silla. ¡°Los tres nos dirigimos a continuaci¨®n a la puerta y pudimos salir sin que se disparara un solo tiro¡±, afirm¨® el rabino.
Antes del desenlace final, el secuestrador hab¨ªa permitido la liberaci¨®n de uno de los rehenes tras varias horas de negociaciones. Siguen sin conocerse los detalles concretos de la operaci¨®n policial, en la que hubo una explosi¨®n y diversas r¨¢fagas de fuego. El secuestrador muri¨® durante la misma en circunstancias que no han sido aclaradas.
Seg¨²n el diario The Guardian, Akram ¡ªque vol¨® desde el Reino Unido a EE UU (a¨²n se desconoce cu¨¢ndo y con qu¨¦ tipo de visado) ¡ª ten¨ªa antecedentes penales y un extenso historial de problemas de salud mental. A pesar de esto ¨²ltimo, el brit¨¢nico no tuvo ning¨²n problema para adquirir el arma con la que asalt¨® la sinagoga en pleno Shabbat, el d¨ªa dedicado al culto y al descanso para los jud¨ªos.
Una informaci¨®n CNN explica c¨®mo el rabino fue quien franque¨® la entrada al secuestrador y le ofreci¨® una taza de t¨¦ caliente para aliviarse de la fr¨ªa ma?ana que se viv¨ªa en el exterior. El servicio religioso se estaba ofreciendo a trav¨¦s de Facebook debido a los rigores de la pandemia, y en la sinagoga hab¨ªa un n¨²mero muy reducido de feligreses. Cuando el asalto comenz¨®, pudieron o¨ªrse las primeras ¨®rdenes y expresiones del atacante, pero la conexi¨®n se termin¨® de forma abrupta.
Durante las m¨¢s de 10 horas de encierro el rabino se dedic¨® a tranquilizar al atacante, un hombre que parec¨ªa desconectado de la realidad, para convencerle de que dejara marchar a los rehenes. Akram balbuceaba y gritaba sobre la liberaci¨®n de una mujer a la que llamaba su ¡°hermana¡± por sus lazos religiosos pero no de sangre. El atacante se refer¨ªa a Aafia Siddiqui, que cumple en Texas una condena de 86 a?os de prisi¨®n por haber tratado de matar a soldados y agentes estadounidenses mientras estaba detenida en Afganist¨¢n.
El rabino ha explicado que tiene formaci¨®n en lidiar ante un ataque de ese tipo por lo que era consciente de que lo m¨¢s importante era mantener la calma mientras el sospechoso segu¨ªa con diatribas, y el FBI iniciaba las negociaciones v¨ªa telef¨®nica. Fuera de la sinagoga, decenas de miembros de seguridad se armaban hasta los dientes ante una eventual irrupci¨®n en el templo.
Otro de los rehenes, el vicepresidente de la sinagoga, Jeffrey Cohen, incidi¨® en que tambi¨¦n su formaci¨®n y preparaci¨®n para enfrentar situaciones l¨ªmites fue clave a la hora de poner en marcha estrategias que acabaron por salvarles la vida. El vicepresidente de la sinagoga ha escrito en un mensaje en Facebook que los rehenes y ¨¦l ¡°se escaparon¡±. Cohen niega que fueran ¡°liberados¡± por el masivo despliegue de fuerzas del orden que se encontraban fuera.
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