Dos nuevas fiestas durante el confinamiento acorralan a Boris Johnson
Su exasesor estrella, Dominic Cummings, asegura que hay fotos del primer ministro brit¨¢nico en eventos prohibidos. Los diputados conservadores que piden su dimisi¨®n suman ya doce
El informe sobre las fiestas de Downing Street que public¨® el lunes la funcionaria Sue Gray ha resultado ser un campo de minas que revientan a cada paso que Boris Johnson intenta dar para escapar de este embrollo pol¨ªtico. Aunque era un documento muy reducido en sus acusaciones, para respetar la petici¨®n expresa de la Polic¨ªa Metropolitana de no hacer m¨¢s que ¡°m¨ªnimas referencias¡± a las fiestas que estaba investigando a¨²n, las fechas y reuniones que se?ala han dado a los medios m¨²ltiples pistas comprometedoras para el primer ministro. De los 16 eventos de los que Gray recab¨® informaci¨®n, se?alados con fecha y localizaci¨®n en su texto, 12 est¨¢n siendo analizados por Scotland Yard. Es decir, presentan indicios de infracci¨®n penal. Y de todos ellos, al menos en dos se ha detectado, a trav¨¦s de testigos, la presencia de Johnson. El diario The Guardian sit¨²a al primer ministro en una fiesta de despedida a un asesor pol¨ªtico que trabaja en la actualidad en el Ministerio de Cultura y entonces lo hac¨ªa para el Gabinete de Johnson. Fue el 14 de enero de 2021, cuando el Reino Unido apenas sal¨ªa de otras Navidades canceladas y sometidas a duras medidas de restricci¨®n social, que segu¨ªan en vigor en esa fecha. Corr¨ªa el prosecco (vino espumoso italiano muy popular en Inglaterra) entre el personal que asisti¨® a la despedida, y el mandatario se dej¨® ver all¨ª al menos cinco minutos para soltar un discurso de despedida.
Pero la fiesta que reviste m¨¢s gravedad y potencial amenaza para el pol¨ªtico conservador es la del 13 de noviembre de 2020. Aquel d¨ªa se vio salir de Downing Street a su entonces asesor estrella e ide¨®logo del Brexit, Dominic Cummings. Era la imagen de la derrota, al cargar una caja de cart¨®n con sus enseres personales. Pillado ¨¦l mismo en su momento cuando se saltaba el confinamiento, para llevar a su esposa e hijo a una residencia campestre fuera de Londres, la verdadera raz¨®n de su ca¨ªda en desgracia fue que perdi¨® el enfrentamiento con la esposa de Johnson, Carrie Symonds. Esa noche se oy¨® bullicio en el n¨²mero 11 de Downing Street. Hab¨ªa ganas de fiesta y sonaba la m¨²sica de Abba: The winner takes it all (El ganador se lo lleva todo).
El equipo del primer ministro ha sido incapaz de negar las informaciones del The Daily Telegraph, que se?alan que se vio a Johnson subir al apartamento cuando sonaba a¨²n la m¨²sica. ¡°He hablado con gente que estaba all¨ª esa noche y escuch¨® la fiesta mientras yo me iba. La oficina de prensa est¨¢ justo debajo del apartamento privado [de los Johnson]¡±, se?al¨® Cummings en un chat abierto el martes en su blog personal para responder a las preguntas de los lectores. El exasesor afirma que hay fotos del primer ministro en eventos prohibidos. ¡°Esto podr¨ªa ser un golpe mortal para ¨¦l si miente a la polic¨ªa, pero acabar¨¢ diciendo que no se acuerda de nada, que es su respuesta habitual cuando huele el peligro¡±, acus¨® Cummings a su exjefe.
M¨¢s peticiones de dimisi¨®n
La agresividad con que Johnson est¨¢ defendi¨¦ndose de las acusaciones, que ha repetido este mi¨¦rcoles durante la sesi¨®n de control en la C¨¢mara de los Comunes, ha provocado el desagrado de muchos diputados conservadores. Especialmente la supuesta calumnia que no ha dudado en lanzar hasta dos veces, y que se niega a rectificar, contra el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer. En su desesperaci¨®n, el primer ministro ha acusado a su rival de negarse a abrir instrucci¨®n penal, durante su tiempo como fiscal general del Estado (2008-2013), contra el presentador ped¨®filo de la BBC, Jimmy Savile, que falleci¨® en 2011 sin que se hiciera justicia por los m¨¢s de 500 abusos sexuales contra menores y mujeres que cometi¨®. Circulan por las redes sociales comentarios de trols que atribuyen falsamente a Starmer una actitud pasiva respecto al caso Savile. ¡°El Partido Conservador era el partido de Winston Churchill. Ahora su l¨ªder se dedica a repetir como un loro teor¨ªas conspirativas de fascistas violentos¡±, ha dicho Starmer en la C¨¢mara de los Comunes. Poco despu¨¦s, los diputados conservadores Anthony Mangnall y Gary Streeter se sumaban a la lista de miembros de su partido -ya son doce- en reclamar la dimisi¨®n de Johnson. Antes lo hab¨ªa hecho alguien a¨²n m¨¢s relevante: Tobias Ellwood, el presidente de la Comisi¨®n de Defensa del Parlamento. Horas despu¨¦s de la visita rel¨¢mpago del primer ministro a Ucrania, Ellwood anunciaba que tambi¨¦n ¨¦l hab¨ªa enviado su ¡°carta de retirada de confianza¡± a la direcci¨®n del grupo parlamentario. ¡°Atacar a Starmer con Jimmy Savile. ?Qui¨¦n ha asesorado al primer ministro para hacer esto? Somos mejores que todo eso¡±, dec¨ªa Ellwood en SkyNews.
¡°Despu¨¦s de mucha reflexi¨®n, he llegado a la conclusi¨®n de que el primer ministro deber¨ªa dimitir¡±, escribi¨® el martes en su cuenta de Twitter el diputado conservador Peter Aldous. Era la primera voz en volver a reclamar que Johnson se fuera despu¨¦s de conocer el informe de Sue Gray. El m¨¦rito o la importancia de su petici¨®n resid¨ªa en el hecho de que Aldous era hasta ahora un perfecto desconocido que no ten¨ªa ninguna necesidad de hacerse notar con un ataque frontal al jefe. ¡°Soy consciente de que otros colegas no estar¨¢n de acuerdo conmigo, pero creo que es lo mejor para los intereses del pa¨ªs, del Gobierno y del Partido Conservador¡±, afirm¨® Aldous.
After a great deal of soul-searching, I have reached the conclusion that the Prime Minister should resign. (1/3)
— Peter Aldous MP (@peter_aldous) February 1, 2022
La respuesta vacilante, ambigua, agresiva, desafiante y esquiva que ofreci¨® Johnson el lunes en la C¨¢mara de los Comunes contribuy¨® a aumentar la irritaci¨®n de muchos diputados conservadores. Empezando por su predecesora en el cargo, Theresa May, quien arremeti¨® contra el pol¨ªtico conservador por saltarse las estrictas normas que su Gobierno hab¨ªa impuesto al resto de ciudadanos. M¨¢s de 40 veces, durante su comparecencia, se escud¨® el primer ministro en una investigaci¨®n policial que a¨²n no ha concluido y debe ser respetada para no responder a las preguntas de los diputados. Se neg¨® a confirmar si publicar¨ªa o no el informe completo sobre las fiestas, cuando estuviera listo, o incluso a informar a los ciudadanos en el caso de que la polic¨ªa le acabara imponiendo una multa por asistir a las fiestas.
Horas despu¨¦s, ante la indignaci¨®n de pol¨ªticos y medios, el equipo de comunicaci¨®n de Johnson se ve¨ªa obligado a rectificar y prometer mayor transparencia. Un 63% de los brit¨¢nicos sigue pensando que Johnson deber¨ªa dimitir, una vez publicado el informe de Gray.
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