Biden hace historia al proponer a la primera jueza afroamericana para el Supremo
La progresista Ketanji Brown Jackson es la elegida por el presidente estadounidense para sustituir a Stephen Breyer. A¨²n queda el tr¨¢mite de su probable aprobaci¨®n por el Senado
Como los corredores de apuestas, los fans de la informaci¨®n sobre el Supremo de Estados Unidos adoran las estad¨ªsticas. Hoy est¨¢n de enhorabuena. El presidente Joe Biden ha propuesto este viernes para el alto tribunal a Ketanji Brown Jackson, la primera mujer afroamericana en ocupar tan importante cargo. Si resulta finalmente elegida (a¨²n tiene que pasar por el tr¨¢mite de su aprobaci¨®n en el senado) ser¨¢ la sexta jueza y la tercera persona de raza negra en sus 233 a?os de historia.
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Como los corredores de apuestas, los fans de la informaci¨®n sobre el Supremo de Estados Unidos adoran las estad¨ªsticas. Hoy est¨¢n de enhorabuena. El presidente Joe Biden ha propuesto este viernes para el alto tribunal a Ketanji Brown Jackson, la primera mujer afroamericana en ocupar tan importante cargo. Si resulta finalmente elegida (a¨²n tiene que pasar por el tr¨¢mite de su aprobaci¨®n en el senado) ser¨¢ la sexta jueza y la tercera persona de raza negra en sus 233 a?os de historia.
Jackson sustituir¨¢ al progresista Stephen Breyer, quien, a sus 83 a?os, anunci¨® el pasado enero su retiro al final del curso judicial, en verano, para permitir a Biden su primera designaci¨®n y, de paso, evitar que la corte se vaya a¨²n m¨¢s a la derecha. Si sale elegida, y todo indica que as¨ª ser¨¢ ¡ªbasta una mayor¨ªa simple en el Senado, y los dem¨®cratas cuentan con ella¨D se sumar¨¢ a la facci¨®n liberal, que est¨¢ en una minor¨ªa, in¨¦dita desde los a?os 30, de tres contra seis.
Biden ha comparecido por la tarde con ella y con la vicepresidenta, Kamala Harris, en la Casa Blanca, en un acto en la que la ha presentado como ¡°hija de profesores de la escuela p¨²blica, una probada constructora de consensos¡± y ¡°una madre trabajadora¡±. ¡°Creo que ha llegado el momento de que este tribunal refleje la diversidad y los enormes talentos de Estados Unidos¡±, ha a?adido el presidente.
Jackson figuraba en todas las quinielas sobre qui¨¦n sustituir¨ªa a Breyer. Biden hab¨ªa prometido durante la campa?a que lo llev¨® a la Casa Blanca que har¨ªa historia al nombrar para el cargo a la primera afroamericana. La primera mujer en entrar en el Supremo fue Sandra Day O¡¯Connor, que lo hizo, con Ronald Reagan en la Casa Blanca, en 1981. El primer magistrado negro fue Thurgood Marshall, en 1967 (Lyndon Johnson era presidente). El segundo, Clarence Thomas, ingres¨® en 1991 (con Bush padre). Thomas a¨²n ejerce en la corte, y es uno de los miembros m¨¢s duros del ala conservadora.
Nacida en Washington, Jackson creci¨® en Miami y, tras graduarse en Harvard, trabaj¨® como secretaria del juez al que ahora est¨¢ a punto de suceder. Breyer ha sido un constante apoyo en su carrera. Sobre ella, dijo: ¡°Es capaz de ver las cosas desde distintos puntos de vista, y tiene el talento para ponerse en el lugar de los dem¨¢s. Al principio de su trayectoria, Jackson trabaj¨® como abogada de oficio, un punto de su curr¨ªculo inusual en los aspirantes al Supremo, que, al parecer, ha sido crucial para que Biden la eligiera a ella frente a las otras candidatas. La lista de finalistas la completaban las juezas Michelle Childs y Leondra Kruger.
Cuando fue designada el a?o pasado como jueza del Tribunal de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia (el de Washington), Jackson recibi¨® el apoyo de los 50 dem¨®cratas y de tres republicanos ¨DSusan Collins (Maine), Lindsey Graham (Carolina del Sur) y Lisa Murkowski (Alaska)¨D. Eso no garantiza que el proceso que seguramente desembocar¨¢ en su nombramiento no est¨¦ te?ido de la bronca polarizaci¨®n que define la pol¨ªtica de este pa¨ªs. En su cargo anterior a¨²n no ha tenido tiempo de dejar clara su filosof¨ªa legal a trav¨¦s de sus pronunciamientos, aunque, como jueza de distrito de Washington se distingui¨® por su tendencia progresista: bloque¨® los intentos de la Administraci¨®n Trump de acelerar las deportaciones de inmigrantes sin papeles y de impedir que un antiguo asesor de la Casa Blanca testificara ante el Congreso y se opuso a reducir las subvenciones para la prevenci¨®n de embarazos adolescentes.
A sus 51 a?os, Jackson ser¨¢ la segunda integrante m¨¢s joven del actual Supremo en asumir un cargo que es vitalicio y desde el que es posible ejercer una enorme influencia sobre la sociedad estadounidense en asuntos de calado; encima de la mesa del tribunal est¨¢n ahora mismo temas como el derecho al aborto (en cuesti¨®n, medio siglo despu¨¦s), la aplicaci¨®n de la discriminaci¨®n positiva para la admisi¨®n en las universidades o la tenencia de armas. La m¨¢s joven del lote sigue siendo Amy Coney Barrett, que ten¨ªa 48 a?os cuando Trump la nomin¨® (e hizo que la votaran a toda prisa). Sucedi¨® tras la muerte de Ruth Bader Ginsburg a los 87 a?os el 18 de septiembre de 2020. Jueza progresista, icono del feminismo y lo m¨¢s parecido a una estrella del pop que ha proporcionado la judicatura, aguant¨® en su puesto hasta el final, lo que permiti¨® que Trump propusiera a su tercer juez en una sola legislatura, que adem¨¢s era la primera (otro dato de oro en el libro de las estad¨ªsticas). Antes hab¨ªa designado a Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, lo que ha permitido perpetuar el legado del expresidente.
Breyer recibi¨® numerosas presiones desde el progresismo estadounidense despu¨¦s de lo que pas¨® con Bader Ginsburg. Urg¨ªa dar la oportunidad a los dem¨®cratas de sustituirlo antes de las elecciones de medio mandato, que se celebran el pr¨®ximo noviembre, y en las que podr¨ªan perder sus mayor¨ªas en las C¨¢maras. Este reemplazo de un juez progresista por otra impedir¨¢ que la balanza del Supremo se venza m¨¢s hacia la derecha: una mayor¨ªa de siete contra dos no resultar¨ªa representativa de la sensibilidad de la cambiante sociedad estadounidense.
Adem¨¢s de por sus ideas pol¨ªticas, Jackson se diferencia de Coney Barrett por sus credenciales acad¨¦micas. La primera, educada en Harvard, cuenta con el pedigr¨ª de haber estudiado en una de las universidades de la Ivy League. Esas instituciones son las verdaderas incubadoras de las ¨¦lites estadounidenses. De ah¨ª proviene el resto de los jueces del Supremo, menos Coney Barrett, que estudi¨® en la universidad cat¨®lica de Notre Dame, en South Bend (Indiana).
Esa afiliaci¨®n universitaria de Jackson ha alimentado los primeros ataques de los republicanos a su figura. La pintan como a una elitista que no est¨¢ en contacto con la realidad. Tal vez para adelantarse a esas cr¨ªticas, Jackson ha recordado a sus dos t¨ªos durante el discurso de aceptaci¨®n de la nominaci¨®n: uno fue condenado a cadena perpetua por un asunto de drogas, y el otro era agente de polic¨ªa. No parece el entorno m¨¢s privilegiado para crecer en Estados Unidos.
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