La retirada de un juez del Supremo permitir¨¢ a Biden nombrar un reemplazo progresista

A veces los cambios sirven para garantizar que, al menos, todo siga igual. El juez progresista del Tribunal Supremo Stephen Breyer tiene intenci¨®n de jubilarse al t¨¦rmino de este a?o judicial, en julio, seg¨²n se ha conocido este mi¨¦rcoles. A sus 83 a?os, se trata del magistrado m¨¢s veterano de los nueve que forman el alto tribunal.

Su retirada permitir¨¢ a Joe Biden, presidente de Estados Unidos, nombrar a otro juez progresista, antes de las elecciones de medio mandato, que se celebrar¨¢n en noviembre, cuando presumiblemente los dem¨®cratas perder¨¢n la mayor¨ªa en el Senado. El mandatario ha expresado en varias ocasiones su intenci¨®n de que el testigo lo tome, por primera vez, una mujer negra.

Ese nombramiento garantizar¨¢ mantener el status quo actual del ¨®rgano judicial, con una supermayor¨ªa conservadora de seis contra tres, una situaci¨®n que no se hab¨ªa dado en Estados Unidos en los ¨²ltimos ochenta a?os.

Los cargos son vitalicios en el Tribunal Supremo y una determinada composici¨®n puede influir en el devenir del pa¨ªs durante d¨¦cadas ¨Ddada la capacidad de sus decisiones para sentar precedente constitucional e influir en la vida cotidiana de la gente¨D en asuntos como el aborto, los criterios para la admisi¨®n en las universidades o la tenencia de armas (tres temas que ahora mismo debaten). Activistas y analistas de izquierda y pol¨ªticos dem¨®cratas hab¨ªan presionado en los ¨²ltimos meses a Breyer para que considerase echarse a un lado y evitar as¨ª un momento Ruth Bader Ginsburg.

La jueza progresista, icono del feminismo y lo m¨¢s parecido a una estrella del pop que ha dado la judicatura de este pa¨ªs, aguant¨® en su puesto hasta el final, pese a su estado de salud. Muri¨® v¨ªctima del c¨¢ncer a los 87 a?os el 18 de septiembre de 2020, semanas antes de las elecciones presidenciales, celebradas ese mes de noviembre. Eso permiti¨® a Donald Trump nombrar a otra jueza conservadora (Amy Coney Barrett, entonces de 48 a?os, a d¨ªa de hoy, la m¨¢s joven de la corte), lo que dispar¨® la br¨²jula del Supremo, compuesta hasta entonces por cinco conservadores y cuatro progresistas, m¨¢s a la derecha. Coney Barrett fue el tercer nombramiento de Trump en el alto tribunal (tras los de Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh), lo que en cierto modo ha contribuido a perpetuar su legado.

La jubilaci¨®n de Breyer permitir¨¢ a Biden evitar que la tendencia se acent¨²e (y el tribunal se divida en siete contra dos). El hecho de irse antes de las elecciones legislativas de noviembre garantiza a los dem¨®cratas, que cuentan en el Senado con 50 de 100 esca?os, y el voto cualificado de la vicepresidenta, Kamala Harris, autonom¨ªa para decidir el nombre de quien lo sustituya. Eso ser¨¢ posible porque el nombramiento de los jueces del Supremo es una de las pocas decisiones del Congreso que no requieren de una mayor¨ªa de 60 asientos, que, de facto, es obligatoria en la mayor parte de las leyes de calado, debido a la pr¨¢ctica del filibusterismo, que permite al partido en minor¨ªa bloquear los avances de sus contrincantes.

La presi¨®n sobre Breyer, que fue nombrado en 1994 por Bill Clinton, se ha desplegado en muchos frentes: desde el mundo acad¨¦mico (el profesor Erwin Chemerinsky, de la Universidad de Berkeley, le invit¨® en mayo desde una tribuna de The Washington Post a ¡°poner la instituci¨®n y el pa¨ªs que ama por encima de sus propios intereses¡±), hasta el activismo. Una asociaci¨®n progresista llamada Demand Justice (Reclama justicia) alquil¨® un cami¨®n para que diera vueltas alrededor del edificio del Supremo con el siguiente mensaje: ¡°Breyer, ret¨ªrate. Lleg¨® la hora de una mujer negra en el Tribunal Supremo¡±.

Y todo indica que eso es precisamente lo que suceder¨¢. Biden ya expres¨® durante la campa?a que le llev¨® a la Casa Blanca su deseo de hacer historia. Ahora tendr¨¢ la oportunidad al nombrar para el cargo a la primera afroamericana. ¡°Es necesario que tengan representaci¨®n de una vez, hace mucho tiempo [que es necesario]¡±, dijo en marzo de 2020. Tras conocerse la decisi¨®n de Breyer, los medios estadounidenses han corrido a echar sus quinielas. En todas ellas figura el nombre de Ketanji Brown Jackson, quien recibi¨® el apoyo de los 50 dem¨®cratas y de tres republicanos cuando fue propuesta el a?o pasado para un cargo de jueza del Circuito del Distrito de Columbia.

En una entrevista, concedida en agosto a The New York Times, Breyer afirm¨® que se debat¨ªa sobre cu¨¢ndo ser¨ªa el momento id¨®neo para renunciar, y record¨® unas palabras de Antonin Scalia, juez conservador fallecido en 2016 (y reemplazado por Neil Gorsuch al principio de la era Trump): ¡±Me dijo: ¡®No quiero que nombren a alguien que revierta todo lo que he hecho durante los ¨²ltimos 25 a?os¡±, record¨® Breyer. ¡°As¨ª que no creo que me quede en el puesto hasta que muera, espero que no¡±, a?adi¨®.

Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, tuite¨® a los pocos minutos de desvelarse la intenci¨®n de Breyer, tal vez para despejar cualquier sospecha de presi¨®n por parte de Biden: ¡°Siempre es decisi¨®n de cualquier juez del Tribunal Supremo retirarse. As¨ª como el cu¨¢ndo y c¨®mo quieren anunciarlo. As¨ª ha sido hoy¡±. En el mensaje agregaba que la Casa Blanca no ten¨ªa detalles adicionales o informaci¨®n para compartir.

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