Las elecciones colombianas en seis claves¡ y una conclusi¨®n
La fuerza demostrada por Petro y en menor medida por ¡®Fico¡¯, unidas a la debilidad centrista, auguran un panorama polarizado tanto en su dimensi¨®n afectiva, voto por miedo u odio al rival, como en la ideol¨®gica, voto por convencimiento diferenciado
En Colombia, el Congreso se vota al mismo tiempo que la selecci¨®n de candidaturas para las elecciones presidenciales: tres consultas interpartidistas (izquierda, centro y derecha) convivieron el domingo 13 de marzo con la selecci¨®n de los nuevos integrantes del Senado y de la C¨¢mara que convivir¨¢n con el nuevo jefe del Estado. De hecho, el resultado de estos comicios sirve para dibujar los contornos del campo de juego durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Son la primera luz para los futuros presidentes. Y la que arroja el 2022 se define por el contraste que dibujan seis claves para entender c¨®mo el pa¨ªs desemboca en su rasgo pol¨ªtico definitorio hoy: la polarizaci¨®n.
1.- La fuerza de Petro (y de todo el Pacto Hist¨®rico)
Gustavo Petro logr¨® sacar de sus casas a cuatro millones de personas para votar por una consulta que estaba a todas luces decidida. Ni Francia M¨¢rquez (pese a su excelente resultado, por encima de casi todos los candidatos de derecha y de todos los de centro) ni mucho menos Camilo Romero eran alternativas cre¨ªbles, y a¨²n as¨ª la del Pacto Hist¨®rico fue la elecci¨®n con m¨¢s participaci¨®n. Un gesto de fuerza sobre el que Petro construir¨¢ su camino hasta la presidencia. Ahora sabe adem¨¢s que, de lograrla, tendr¨¢ de su lado al menos a 17 senadores y 25 representantes, un aumento muy considerable respecto a la suma aproximada de las fuerzas m¨¢s a la izquierda (excluyendo a Comunes, el partido de las viejas FARC)
2.- El centro se vac¨ªa
Sergio Fajardo cumpli¨® con lo anticipado por las encuestas y gan¨® su consulta, el Centro Esperanza, pero lo hizo con muchos menos votos de los esperados. Entre ¨¦l, Juan Manuel Gal¨¢n y Alejandro Gaviria apenas sumaron menos de la mitad de los votos que logr¨® Gustavo Petro por s¨ª mismo. Esto es importante porque todos ellos se hab¨ªan presentado como la ¨²nica alternativa viable al candidato de la izquierda, y todos ellos vienen de una tradici¨®n discursiva y pol¨ªtica asociada con las ¨¦lites: un matem¨¢tico profesor de familia bienestante, el hijo de uno de los l¨ªderes liberales m¨¢s destacados de finales del siglo XX, y un ex-rector de la universidad m¨¢s prestigiosa del pa¨ªs.
3.- El fracaso del Nuevo Liberalismo
Uno de estos referentes centristas, Juan Manuel Gal¨¢n, sufri¨® su peor derrota no en la consulta de precandidatos de la que formaba parte sino en la elecci¨®n legislativa. La lista del Nuevo Liberalismo al Senado, cerrada, plural en sexo, regi¨®n y origen, pero al mismo tiempo trufada de referentes medi¨¢ticos e intelectuales, no logr¨® colocar a ninguna persona en la m¨¢s alta instituci¨®n legislativa del pa¨ªs. En la C¨¢mara solo fue una (Julia Miranda). Se le queda as¨ª una herencia dif¨ªcil a los Gal¨¢n (junto a Juan Manuel est¨¢ su hermano Carlos Fernando), que aspiraban a reconstruir el asalto democr¨¢tico al poder de su padre que trunc¨® el narco con su asesinato en los a?os ochenta. Tanto aquel como las victorias del centro en la Colombia de las ¨²ltimas d¨¦cadas han sido de plataformas m¨¢s bien inclusivas y pragm¨¢ticas, no tanto centralistas ni elitistas, que se han encallado una tras otra en distintos puntos del proceso electoral (Antanas Mockus en 2010 fue el que lleg¨® m¨¢s lejos: menos de un 40% de votos en segunda vuelta). El centro en general, y el Nuevo Liberalismo en particular, deber¨ªa incorporar esta lecci¨®n.
4.- El aguante ¡®verde¡¯
En paralelo, la Alianza Verde en el Congreso y Carlos Amaya (exgobernador ¡®verde¡¯ en la campesina Boyac¨¢) en la consulta interpartidista de Centro Esperanza lograron resultados comparativamente mejores. Fueron las ¨²nicas piezas del centro que se salvaron de la quema casi generalizada que sufrieron los moderados. De hecho, la suma de la Alianza Verde y el centro-izquierda tradicional del Polo Democr¨¢tico Alternativo (cuyo l¨ªder, Jorge Enrique Robledo) tambi¨¦n estaba en la consulta del Centro) en 2018 ha logrado aumentar ligeramente su presencia legislativa en 2022. Esto no s¨®lo refuerza el aprendizaje de los puntos anteriores de la importancia de un centro o centro-izquierda pragm¨¢tico e inclusivo, sino tambi¨¦n de las estructuras de partido m¨¢s s¨®lidas y estables que las nuevas aventuras individualistas o plataformas incipientes.
5.- La derecha tiene candidato, pero no unidad
En ese mismo sentido, el Centro Democr¨¢tico ha logrado mantener una cierta presencia en el Congreso, si bien disminuida respecto a lo que ten¨ªa: ya no es el partido con m¨¢s presencia en C¨¢mara y Senado. La salida de ?lvaro Uribe de sus listas se ha notado. Pero han sido reemplazados por un partido a¨²n m¨¢s s¨®lido: el Partido Conservador con dos siglos de historia y un declive que nunca se acab¨® de concretar. Todos ellos deber¨¢n articular una plataforma conjunta para competir por la presidencia en torno a Federico ¡®Fico¡¯ Guti¨¦rrez, que domin¨® la consulta de Equipo por Colombia de manera mucho m¨¢s clara de la que anticipaban las encuestas. Esto le ayudar¨¢ a convencer a las facciones extremas (desencantadas con la presidencia de Iv¨¢n Duque, vendido originalmente como un moderado) y tambi¨¦n a las m¨¢s tradicionales, pero la unidad no est¨¢ dada como s¨ª lo estaba en 2018, debido tambi¨¦n a la propia ruptura de continuidad en los resultados en el legislativo.
6.- Aumenta el poder de las mujeres, con Francia M¨¢rquez a la cabeza
La principal rival de Gustavo Petro logr¨® un 15% de los votos dentro de la consulta del Pacto Hist¨®rico. Esta es una manera de verlo. Pero la otra, bastante m¨¢s precisa, es que una mujer afro que entr¨® en pol¨ªtica a trav¨¦s del activismo campesino perif¨¦rico ha logrado ser la tercera persona m¨¢s votada en una jornada que sac¨® a millones de colombianos a las calles, superando a hombres con un perfil m¨¢s que establecido como Sergio Fajardo o Alex Char, por no hablar de Camilo Romero, el ¡®rebotado¡¯ de la Alianza Verde que apenas lleg¨® a un tercio de los apoyos obtenidos por M¨¢rquez. En paralelo, los c¨¢lculos provisionales de la organizaci¨®n Artemisas (dedicada, entre otros objetivos, a impulsar la representaci¨®n p¨²blica de las mujeres) indican que la presencia en el Congreso ha mejorado sensiblemente: de 25 a 31 senadoras y de 31 a 48 representantes, alrededor de un 30% de ambas c¨¢maras, r¨¦cord hist¨®rico en el pa¨ªs. Esto, sumado a la capacidad de M¨¢rquez de capitalizar su arrastre dentro de la plataforma petrista, dibuja un horizonte de ampliaci¨®n gradual pero decidid del poder de las mujeres en la pol¨ªtica colombiana.
Conclusi¨®n: ?polarizaci¨®n o pluralismo?
La fuerza demostrada por Petro y (en menor medida) por ¡®Fico¡¯, unidas a la debilidad centrista, auguran un panorama polarizado tanto en su dimensi¨®n afectiva (voto por miedo u odio al rival) como en la ideol¨®gica (voto por convencimiento diferenciado). Pero la superviviencia de viejos partidos (Liberal, Conservador), del centro establecido (Verde, Polo) y la ya habitual fragmentaci¨®n del legislativo indican que el pluralismo y la negociaci¨®n siguen siendo la pasarela inevitable por la que se construye el ejercicio del poder en Colombia.
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