S¨¢nchez: ¡°Espa?a se juega mucho. Esto es serio. Yo as¨ª no puedo seguir¡±
Reconstrucci¨®n de una cita clave en la que los l¨ªderes espa?ol y portugu¨¦s lograron que se reconociera la ¡°excepci¨®n ib¨¦rica¡± tras semanas de negociaciones
Ya llevaban m¨¢s de cuatro horas de intenso debate. Y no pintaba bien. Pedro S¨¢nchez y el portugu¨¦s Ant¨®nio Costa empezaban a ver que su idea de lograr que el Consejo Europeo les autorizara una ¡°excepci¨®n ib¨¦rica¡± para poner en la pen¨ªnsula un tope a los precios del gas que se utiliza para fabricar electricidad y as¨ª lograr bajar de manera dr¨¢stica y r¨¢pida la factura de la luz ten¨ªa demasiadas resistencia...
Ya llevaban m¨¢s de cuatro horas de intenso debate. Y no pintaba bien. Pedro S¨¢nchez y el portugu¨¦s Ant¨®nio Costa empezaban a ver que su idea de lograr que el Consejo Europeo les autorizara una ¡°excepci¨®n ib¨¦rica¡± para poner en la pen¨ªnsula un tope a los precios del gas que se utiliza para fabricar electricidad y as¨ª lograr bajar de manera dr¨¢stica y r¨¢pida la factura de la luz ten¨ªa demasiadas resistencias. Sobre todo en Alemania y Holanda. El debate no iba bien.
Charles Michel, presidente del Consejo, propuso empezar a votar los puntos en los que hab¨ªa m¨¢s consenso y dejar para el final los m¨¢s complicados, entre ellos la excepci¨®n ib¨¦rica y otros como la exigencia del italiano Mario Draghi de que quedara claramente fijada la idea del l¨ªmite de precios para aplicarla en el futuro. Pero la tensi¨®n en ese momento ya era muy fuerte. Costa insisti¨®:
¡ªTiene que quedar muy claro que nada est¨¢ pactado hasta que todo est¨¦ pactado. No queremos que se den por buenos estos puntos si luego no se cierran los otros.
S¨¢nchez lo secund¨®.
¡ªEs muy importante que no demos por cerrado nada hasta que no hayamos logrado acordar puntos que son muy relevantes para Espa?a y Portugal.
El espa?ol tambi¨¦n desconfiaba. La tensi¨®n iba subiendo. Michel tranquiliz¨® a los primeros ministros ib¨¦ricos, los que m¨¢s se jugaban en la cita.
¡ªEs el procedimiento habitual, nada estar¨¢ cerrado hasta el final.
En medio de esa tensi¨®n, S¨¢nchez, que lleva siete meses presionando para cambiar el mercado energ¨¦tico europeo y ya ha fracasado en cumbres anteriores, tiene muy claro que esta vez debe ser diferente. No puede volver a Madrid con las manos vac¨ªas mientras sectores enteros amenazan con parar por el desorbitado coste energ¨¦tico.
S¨¢nchez lleva toda la ma?ana explicando a sus socios la situaci¨®n espa?ola, con paros en el transporte, con la flota pesquera amarrada varios d¨ªas, con industrias paradas. Les cuenta que Espa?a y Portugal han sufrido mucho por no tener interconexiones, lo que les ha forzado a invertir mucho m¨¢s. Que ambas han hecho un esfuerzo enorme por desarrollar energ¨ªas renovables y est¨¢n entre los pa¨ªses con m¨¢s porcentaje de ellas. Y que, sin embargo, todo eso se queda en nada por culpa de un sistema que hace que toda la electricidad se pague al precio de la generada con gas, solo un 15% del total en el caso espa?ol.
Despliega datos, argumentos econ¨®micos, pol¨ªticos, sociales. ?l y su equipo m¨¢s cercano llevan semanas trabajando a todos los niveles para ablandar a los m¨¢s duros: Alemania y Holanda. Pero el socialdem¨®crata Olaf Scholz y el liberal Mark Rutte no ceden.
¡ªLa excepci¨®n ib¨¦rica puede romper el mercado el¨¦ctrico europeo, es muy arriesgado ¡ªdicen.
En ese momento, S¨¢nchez lee en su m¨®vil un tuit que alguien le env¨ªa del periodista de France24 Dave Keating, en ingl¨¦s. ¡°S¨¢nchez est¨¢ amenazando con vetar las conclusiones si no hay cambios claros en los precios¡±, dice mientras detalla las posiciones dentro de varios pa¨ªses.
S¨¢nchez estalla. ?l insiste en que en ning¨²n momento amenaz¨® con un veto. Pero alguien est¨¢ lanzando fuera esa versi¨®n. El presidente necesita un golpe de mano que cambie el ambiente de la cumbre y le permita reforzar su posici¨®n para negociar la excepci¨®n ib¨¦rica. No puede salir de Bruselas sin ella. As¨ª que hace algo muy inesperado en un l¨ªder europe¨ªsta, calmado, fr¨ªo, al que los dem¨¢s han visto siempre templar en todos los debates. S¨¢nchez da cuenta a los dem¨¢s del tuit. Y se planta.
¡ªNo se puede tener un debate tranquilo con estas filtraciones. No me siento c¨®modo. Espa?a se est¨¢ jugando mucho, este es un tema muy serio. Yo, en estas condiciones, no puedo seguir.
S¨¢nchez recoge sus papeles y se va de la sala, ante la sorpresa de todos los dem¨¢s l¨ªderes. Es el golpe que necesitaba.
El presidente toma un ascensor y sube a la delegaci¨®n espa?ola, donde est¨¢ su equipo, que tambi¨¦n se sorprende al verlo. Poco despu¨¦s llega a buscarlo el franc¨¦s Emmanuel Macron, presidente de turno de la UE. Tambi¨¦n acude Charles Michel.
S¨¢nchez necesita que los dem¨¢s sepan que va en serio. Lo ha logrado. El espa?ol y el franc¨¦s bajan y entran juntos de nuevo en la sala. Ha pasado muy poco tiempo, pero el suficiente para que todos entiendan lo que se est¨¢ jugando Espa?a y la importancia del asunto. Hay un breve receso y, desde ese momento, seg¨²n coinciden varias delegaciones, la reuni¨®n cambia de tono. El golpe de efecto de S¨¢nchez ha funcionado.
¡ªEn este asunto no hay silver bullet [bala de plata] ni recetas m¨¢gicas ¡ªrepiten varios presidentes cuando vuelven.
¡ªPero lo peor ser¨ªa no hacer nada. Espa?a acepta medidas que la pueden perjudicar, como aumentar las reservas, algo que puede subir el precio y nosotros no lo necesitamos porque tenemos muchas regasificadoras. Pero lo hacemos en solidaridad con quien s¨ª lo necesita. A cambio, queremos que nos permitan la excepci¨®n ib¨¦rica¡ª insiste el espa?ol.
Detr¨¢s de este primer plano de los l¨ªderes hay much¨ªsimo movimiento. Antes de llegar a este punto cumbre con el golpe de mano de S¨¢nchez, ha habido decenas de conversaciones, viajes, reuniones, papeles. La placenta de este acuerdo, en t¨¦rminos de Javier Cercas, ha llevado semanas. Con muchos altibajos.
El mejor momento fue el arranque del proceso, el 5 de marzo, cuando Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisi¨®n, fue a La Moncloa y reconoci¨® a S¨¢nchez el liderazgo en el asunto de la energ¨ªa. El m¨¢s dif¨ªcil, el viernes 18, en una cena en Berl¨ªn, cuando S¨¢nchez, acompa?ado por la vicepresidenta Teresa Ribera, la gran especialista, y Manuel de la Rocha, hombre clave en todas las negociaciones y sherpa del presidente en las decisivas horas finales en Bruselas, vio claramente que Scholz estaba dur¨ªsimo y rechazaba de plano la idea de desacoplar los precios del gas y de la electricidad en toda la UE.
Ese era el plan A de Espa?a, que esa misma ma?ana hab¨ªa logrado el apoyo de Italia, Portugal y Grecia en un encuentro en Roma. Pero ah¨ª vieron que era imposible y empezaron a trabajar el plan B: la excepci¨®n ib¨¦rica. Que tampoco era nada f¨¢cil.
El jueves por la tarde, los sherpas de Espa?a, Portugal, Francia, B¨¦lgica y Grecia empiezan a preparar el terreno para aunar estrategias que puedan ablandar a Alemania y Holanda. En ese momento, Espa?a a¨²n apostaba por acudir al art¨ªculo 122 del tratado de funcionamiento de la UE, que permite tomar decisiones en momentos excepcionales al margen de los tratados. La idea era que la excepci¨®n ib¨¦rica se incrustara en la legislaci¨®n europea. Pero la Comisi¨®n Europea organiza de madrugada una reuni¨®n con los sherpas de Espa?a, Francia, Alemania y Holanda, y el no de estos dos ¨²ltimos es rotundo:
¡ªEso romper¨ªa el mercado europeo. Nunca lo votaremos.
Los holandeses se quejan sobre todo de que cada uno quiere sus excepciones y l¨ªmites al mercado ¡ªel italiano Draghi insiste, y lo logr¨® finalmente con mucha presi¨®n, introducir la idea de los l¨ªmites de precios en las conclusiones finales¡ª y temen un descontrol. No quieren tocar el mercado pese a los precios desorbitados.
¡ªResolvedlo v¨ªa impuestos quitando los beneficios ca¨ªdos del cielo para compensar a los consumidores ¡ªsugieren.
Los espa?oles les dicen que esa v¨ªa ya est¨¢ explorada y que no es suficiente, necesitan desacoplar el precio del gas del de la electricidad. Pero parece in¨²til.
El viernes, mientras S¨¢nchez se faja en la sala y rompe la baraja, las negociaciones de las delegaciones se multiplican. Poco a poco, gracias a la presi¨®n de Espa?a, Portugal y de la Comisi¨®n, los alemanes empiezan a aceptar la idea de la excepci¨®n ib¨¦rica. Pero tienen que ser Espa?a y Portugal quienes propongan su plan y la Comisi¨®n la que lo acepte o no.
Los espa?oles desconf¨ªan. Quieren meter en las conclusiones las especificidades de Espa?a y Portugal: menos del 3% de conectividad y m¨¢s del 40% de renovables. Es casi como poner sus nombres. Pero Alemania lo rechaza.
Espa?a necesita garant¨ªas de que la Comisi¨®n Europea no tumbar¨¢ la propuesta cuando se la env¨ªen. Ser¨ªa un gran fiasco. Si no puede ser por escrito, tendr¨¢ que ser de palabra.
A esas alturas de la tarde, desde Madrid, las vicepresidentas Teresa Ribera y Nadia Calvi?o, con buenos contactos en Bruselas, multiplican llamadas y gestiones. El equipo de Ribera est¨¢ volcado y en especial un hombre clave: Manuel Garc¨ªa, director general de Energ¨ªa. En plena cumbre, ¨¦l habla directamente con el equipo de la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, para garantizar que aceptan el sistema que tiene pensado hacer Espa?a y que no habr¨¢ problemas.
El texto de las conclusiones, que ampara la excepci¨®n ib¨¦rica, est¨¢ cerrado. ¡°Se tendr¨¢ en cuenta el car¨¢cter temporal de las medidas y el nivel de interconectividad el¨¦ctrica con el mercado ¨²nico de la electricidad¡±, dice. Las garant¨ªas t¨¦cnicas tambi¨¦n. Faltan las pol¨ªticas.
Von der Leyen, que se ha implicado a fondo para ayudar a Espa?a, promete a los espa?oles que hablar¨¢ en la rueda de prensa de forma rotunda a favor de la excepci¨®n ib¨¦rica. M¨¢s clara incluso que en las conclusiones. Y lo hace.
¡ªLa pen¨ªnsula ib¨¦rica tiene una situaci¨®n muy espec¨ªfica. Tienen un alto porcentaje de renovables, y eso est¨¢ muy bien, pero muy poquitas interconexiones. Por eso estamos de acuerdo en que haya un tratamiento especial ¡ªdir¨¢.
Poco despu¨¦s comparecen S¨¢nchez y Costa conjuntamente, euf¨®ricos y agotados. Al espa?ol le preguntan qu¨¦ garant¨ªas hay de que la Comisi¨®n acepte la propuesta ib¨¦rica cuando la env¨ªen.
¡ªPara garant¨ªas solo hay que escuchar las declaraciones de la presidenta de la Comisi¨®n ahora mismo ¡ªcontesta S¨¢nchez.
Todo est¨¢ pactado. El plan era muy arriesgado, y podr¨ªa haber sido un enorme fiasco en una de las peores semanas del Gobierno. Pero funcion¨®. Hubo que tocar muchas teclas, forzar con una escenificaci¨®n dram¨¢tica que incluy¨® un in¨¦dito abandono de la reuni¨®n. Pero S¨¢nchez, que ha demostrado que no teme al riesgo, se vuelve a casa con un mecanismo para bajar el precio de la luz en menos de un mes siempre que la Comisi¨®n no se lo tumbe. Y eso era lo ¨²nico relevante.
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