Colombia aprueba el primer piloto de ¡®fracking¡¯ en medio de un agitado debate entre petroleros, acad¨¦micos y ambientalistas

Un grupo numeroso de ciudadanos y activistas de Puerto Wilches, en el departamento de Santander, lleg¨® en la tarde de este martes hasta las puertas de la alcald¨ªa local para protestar en contra de la aprobaci¨®n de la licencia ambiental del primer piloto de fracking en Colombia, que se desarrollar¨¢ a pocos kil¨®metros del casco urbano del municipio, ubicado a la orilla del r¨ªo Magdalena, en el norte del pa¨ªs. El proyecto piloto servir¨¢ como un caso de estudio para valorar si se permite o se proh¨ªbe esta t¨¦cnica en el resto del pa¨ªs, lo que levanta opiniones encontradas entre empresarios, acad¨¦micos y ambientalistas.

Esta t¨¦cnica, utilizada con frecuencia en Estados Unidos, Canad¨¢, China y Argentina, consiste en inyectar en el suelo millones de litros de agua a mucha presi¨®n y a varios kil¨®metros de profundidad, con aditivos qu¨ªmicos, arena y aceite, para romper las piedras que albergan los combustibles y as¨ª extraerlos a la superficie. La mayor¨ªa de habitantes de la regi¨®n de Puerto Wilches, que viven sobre todo de la pesca y la agricultura, est¨¢ en desacuerdo con el plan aprobado el pasado viernes por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que da luz verde para desarrollar el proyecto de fracking en un campo llamado Kal¨¦. ¡°El fracking significa muerte¡±, cantaban los manifestantes durante la protesta, ¡°no vamos a permitir que acaben con el agua de nuestros r¨ªos¡±.

El proyecto tendr¨¢ una extensi¨®n aproximada de 4,6 hect¨¢reas en las que se perforar¨¢n tres pozos: uno para extraer agua del fondo de la tierra, otro para guardarla y hacerle tratamiento, y el tercero para buscar el petr¨®leo y el gas almacenados en las rocas a m¨¢s de cinco kil¨®metros de profundidad. A¨²n no se sabe con certeza cu¨¢ntos barriles de petr¨®leo se podr¨¢n extraer de este primer piloto.

Carlos Andr¨¦s Santiago, l¨ªder de la Alianza Colombia Libre de Fracking y uno de los impulsores de las protestas, lo resume as¨ª: ¡°La ciencia ya ha comprobado que esta t¨¦cnica tiene muchos riesgos asociados a la cantidad de agua que se utiliza y a la contaminaci¨®n de las fuentes h¨ªdricas subterr¨¢neas y superficiales, genera problemas de salud para las comunidades que viven en las zonas donde se desarrollan los proyectos y tiene impactos en la biodiversidad y en los cultivos¡±, explica el activista medioambiental. Y a?ade: ¡°Estamos preparando todas las opciones legales y ciudadanas para tumbar estos pilotos y para prohibir del todo el fracking en Colombia¡±.

El enojo de los ambientalistas de las regiones contrasta con una especie de euforia colectiva que sienten por estos d¨ªas los empresarios petroleros en las grandes ciudades, satisfechos con la decisi¨®n. Francisco Lloreda, director de la Asociaci¨®n Colombiana del Petr¨®leo, insiste en que la licencia para el piloto de fracturamiento hidr¨¢ulico es una muy buena noticia para el pa¨ªs. ¡°La autosuficiencia energ¨¦tica es fundamental. Si un pa¨ªs puede tenerla, debe buscarla¡±, explica el empresario, ¡°basta apreciar la dependencia de Europa del petr¨®leo y del gas ruso. Colombia tiene gas y petr¨®leo en los yacimientos no convencionales y debe, por lo tanto, procurar aprovecharlos¡±.

Julio C¨¦sar Vera, presidente de la Fundaci¨®n Xua Energy y consultor del sector petrolero, coincide con Lloreda: ¡°Si el fracking se aprueba en Colombia, se generar¨ªan ingresos fiscales de m¨¢s de 330 billones de pesos en los pr¨®ximos 25 a?os, medidos en regal¨ªas, impuestos y aportes de la estatal petrolera, Ecopetrol¡±. Para Vera, que en el pasado fue presidente de la Asociaci¨®n Colombiana de Ingenieros de Petr¨®leo, esta t¨¦cnica podr¨ªa cuadriplicar las reservas de petr¨®leo e incrementar hasta ocho veces las reservas de gas de Colombia.

Sin embargo, en medio de las posiciones irreconciliables de los activistas y los industriales, aparecen reflexiones ponderadas de acad¨¦micos que llevan a?os estudiando el tema. Manuel Rodr¨ªguez, primer ministro de Ambiente de Colombia, profesor em¨¦rito de la Universidad de los Andes y director del Foro Nacional Ambiental, explica por tel¨¦fono que en principio estos pilotos de investigaci¨®n de fracking son positivos porque, bien hechos, pueden ser una oportunidad para estudiar el costo/beneficio y decidir si se hace o no fracking comercial en el pa¨ªs.

¡°Nos parece que, en la pr¨¢ctica, estos proyectos pilotos son una moratoria al fracking y una buena forma de conocer en la realidad los riesgos que podr¨ªa tener est¨¢ t¨¦cnica en los territorios¡±, explica el profesor. Aunque Rodr¨ªguez est¨¢ de acuerdo con los proyectos piloto, es enf¨¢tico en reconocer que la aprobaci¨®n de la licencia de Puerto Wilches se dio en condiciones muy complejas. ¡°A nuestro juicio se debi¨® haber suspendido porque no hubo garant¨ªas suficientes para la participaci¨®n ciudadana en todo el proceso de las consultas que ten¨ªa que hacer la autoridad ambiental antes de aprobar el piloto¡±. La ausencia de estas garant¨ªas fue tal, que en las ¨²ltimas semanas varios l¨ªderes de la regi¨®n recibieron amenazas de muerte e, incluso, uno de ellos tuvo que salir huyendo del pa¨ªs para preservar su vida.

La Alianza Antifracking y el Consejo Municipal del municipio le solicitaron al Gobierno nacional que aplazara la audiencia p¨²blica porque consideraban que la comunidad se deb¨ªa preparar mejor, pero la ANLA no hizo caso a esa petici¨®n. ¡°A juicio nuestro eso fue un error muy grave¡±, dice Rodr¨ªguez, ¡°la comunidad lo solicit¨® y no les hicieron caso, se viol¨® un principio b¨¢sico de participaci¨®n ciudadana¡±.

Sandra Vilardi, doctora en Ecolog¨ªa y Medio Ambiente, est¨¢ de acuerdo con Rodr¨ªguez y con los empresarios petroleros en que los pilotos integrales de investigaci¨®n sirven para tomar decisiones m¨¢s informadas sobre la posibilidad de explotaci¨®n comercial del fracking, pero insiste en algo que a veces no es tan claro para la comunidad: ¡°Esta no es una licencia para empezar a hacer fracking en Colombia, sino para hacer un proyecto investigativo que despeje dudas e incertidumbres¡±.

Vilardi tambi¨¦n concuerda con los ambientalistas en que la licencia no fue lo suficientemente incluyente con las preguntas y las inconformidades de la comunidad local de Puerto Wilches. ¡°Creo que hizo falta mejorar la comunicaci¨®n y la pedagog¨ªa. Hubo di¨¢logo, pero falt¨® dise?ar espacios de escucha para que las personas que est¨¢n en contra del proyecto pudieran expresar sus miedos de forma leg¨ªtima y democr¨¢tica¡±.

Vilardi y Rodr¨ªguez insisten en que, en un pa¨ªs que lleva varios a?os con las tasas m¨¢s altas en el mundo de asesinatos de l¨ªderes ambientales, era necesario establecer puentes de di¨¢logo con las comunidades y no estigmatizaci¨®n y amenazas. ¡°Esa regi¨®n de Colombia ha sido escenario de la guerra y del dolor. La gente ha sufrido el abandono del Estado y tiene razones para desconfiar. Por eso, hab¨ªa que aprobar una licencia con el respaldo de las comunidades¡±, concluye la acad¨¦mica.

El ¨²ltimo punto en el que coinciden los investigadores y los ambientalistas es que a la licencia le hace falta el acompa?amiento y la asesor¨ªa de las universidades. ¡°Necesariamente, tendr¨ªa que haber unos pares acad¨¦micos independientes que revisen la informaci¨®n y eval¨²en los resultados del piloto. Y no los hay¡±, concluye Rodr¨ªguez.

Por ahora, el debate por la aprobaci¨®n o no del fracking en el pa¨ªs contin¨²a y ha trascendido hasta la carrera por la Presidencia de la Rep¨²blica. En todos los debates, la posici¨®n de los candidatos frente a este tema es una pregunta obligatoria. All¨ª tambi¨¦n se ven las diferencias. Gustavo Petro, candidato de la izquierda, y Sergio Fajardo, del centro, est¨¢n en desacuerdo con cualquier intento de fracking y abogan por una transici¨®n hacia energ¨ªas limpias. Federico Guti¨¦rrez, de la derecha, ha dicho en varias ocasiones que en su Gobierno s¨ª impulsar¨ªa este m¨¦todo de extracci¨®n.

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