La movilizaci¨®n republicana se esfuma
Los datos de los sondeos de la carrera presidencial en Francia muestran que se ha producido una distensi¨®n en esa mayor¨ªa que era capaz de dar su voto a un candidato muy alejado de sus postulados con el fin de enviar un mensaje de rechazo a que la participaci¨®n de los ultras se normalizara
La hip¨®tesis m¨¢s probable para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, que debe celebrarse el pr¨®ximo 24 de abril, es la repetici¨®n del duelo entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen de hace cinco a?os. As¨ª lo indican todos los sondeos, que tambi¨¦n vaticinan el triunfo del actual presidente en la vuelta definitiva. Las expectativas electorales de Macron, sin embargo, muestran un claro empeoramiento en los ¨²ltimos d¨ªas, paralelo a la mejora de Le Pen. La victoria del actual inquilino del El¨ªseo no parece comprometida, ya que goza de una ventaja cercana a los diez puntos, pero no deja de ser preocupante la tendencia a la convergencia entre ambos candidatos que se observa ¨²ltimamente.
En cualquier caso, la ventaja de Macron sobre Le Pen en esta hipot¨¦tica segunda vuelta ser¨ªa claramente inferior a la obtenida por el mismo Macron en 2017. Entonces, el actual presidente obtuvo dos terceras partes del total de votos, es decir, dobl¨® en apoyos a los obtenidos por la candidata ultra. De ser ciertos los pron¨®sticos a un mes de la celebraci¨®n de la segunda vuelta, Macron obtendr¨ªa hoy un resultado significativamente inferior. La media de las encuestas realizadas en el mes de marzo da al presidente menos del 60% de los votos, mientras que a Le Pen se le supone un resultado superior al 40%. La diferencia entre ellos habr¨ªa pasado de los m¨¢s de 30 puntos hace cinco a?os a la mitad.
Si retrocedemos a hace 20 a?os, cuando la extrema derecha accedi¨® por vez primera a la segunda vuelta de las presidenciales, superando por sorpresa al candidato socialista, Lionel Jospin, el entonces l¨ªder del Frente Nacional, el patriarca Le Pen, obtuvo un m¨ªnimo del 18%, frente a un Jacques Chirac que pas¨® del 80%. La tendencia es m¨¢s que evidente: el voto a la extrema derecha en la elecci¨®n definitiva para la presidencia ha pasado de menos del 20% al 33% y podr¨ªa superar el 40% dentro de menos de un mes. O lo que es lo mismo, la ventaja sobre la extrema derecha ha pasado de los 60 puntos de hace 20 a?os a los 30 de hace cinco, y podr¨ªa acabar en 15 esta vez.
?A qu¨¦ se debe esta evoluci¨®n? Los datos de las encuestas son contundentes al respecto. En 2002, cuando Le Pen padre accedi¨® por primera vez a la segunda vuelta, se produjo un movimiento de extraordinaria intensidad entre los votantes de los dem¨¢s partidos para apoyar a Chirac y cortarle el paso a la extrema derecha. M¨¢s del 80% de los que hab¨ªan votado a Jospin en la primera vuelta optaron por el l¨ªder conservador, al igual que el 85% de los votantes de centro o el 71% de los votantes de la izquierda. La movilizaci¨®n republicana en defensa de la democracia fue lo que llev¨® a Chirac a superar el 80% de los sufragios.
En 2017, ante un escenario similar, esta vez con Marine Le Pen en la segunda vuelta, esta movilizaci¨®n republicana entre los votantes de los candidatos eliminados en la primera vuelta fue m¨¢s matizada. Entre los socialistas, el voto a Macron fue diez puntos inferior al voto a Chirac y 25 puntos inferior entre el electorado del izquierdista M¨¦lenchon. Del voto conservador, solo la mitad apoy¨® a Macron.
Esta vez los datos son a¨²n peores. Entre los que muestran intenci¨®n de votar a M¨¦lenchon en la primera vuelta, solo el 30% apoyar¨¢ a Macron en la segunda. Entre los votantes de Anne Hidalgo solo dos terceras partes y un 46% entre los que votar¨¢n a la conservadora P¨¦cresse. El resto, mayoritariamente, optar¨¢ por la abstenci¨®n. As¨ª lo manifiestan casi la mitad de los votantes de M¨¦lenchon, por un cuarto de los socialistas y de los conservadores. De aqu¨ª que la ventaja de Macron sea hoy la mitad de lo que fue hace cinco a?os.
Los datos muestran que no es que se haya producido un trasvase significativo de apoyos hacia la extrema derecha (aunque en parte s¨ª), sino que se ha producido una distensi¨®n en esa mayor¨ªa republicana que era capaz de dar su voto a un candidato muy alejado de sus postulados con el ¨²nico fin no tanto de evitar la victoria de la extrema derecha, que tambi¨¦n, como de enviar el mensaje de que el electorado franc¨¦s no estaba dispuesto a aceptar que la participaci¨®n de los ultras se normalizara.
Hoy en d¨ªa, esa reacci¨®n democr¨¢tica, esa movilizaci¨®n republicana, ya no se da, lo cual es un indicador del grado de normalizaci¨®n que la presencia de la extrema derecha ha adquirido, a la vez que tambi¨¦n nos dice algo sobre los efectos de la polarizaci¨®n, que impide a los electores a prestarse a otras fuerzas para perseguir un fin que se entiende que va m¨¢s all¨¢ de la estricta divisi¨®n partidista.
Francia est¨¢ mandando un mensaje y su eco resuena m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Atenci¨®n.
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