La tragedia de Darfur llega a la justicia internacional 20 a?os despu¨¦s
Al¨ª Kushayb, excomandante sudan¨¦s de las milicias yanyauid, responde ante el Tribunal Penal Internacional de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad
El conflicto desatado en 2003 en la regi¨®n sudanesa de Darfur ha llegado al Tribunal Penal Internacional (TPI). Hace casi 20 a?os, rebeldes de la poblaci¨®n negra africana se alzaron contra el Gobierno de Jartum, de mayor¨ªa ¨¢rabe, al que acusaron de marginarles. El entonces presidente, Omar Al Bashir, respondi¨® movilizando a las fuerzas armadas y a los milicianos yanyauid, que aterrorizaron a los civiles e impidieron la llegada de medicinas y alimentos. La crisis humanitaria desatada caus¨® cerca de 300.000 muertos y casi dos millones de desplazados internos, seg¨²n Naciones Unidas. Este martes, Al¨ª Mohamed Al¨ª Abd-Al-Rahman, alias Al¨ª Kushayb, supuesto excomandante de dicha milicia, se ha declarado no culpable de 31 cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad perpetrados entre 2003 y 2004. Ha dado as¨ª comienzo un proceso centrado en lo que se ha calificado de manera oficiosa como el primer genocidio del siglo XXI.
La tragedia de Darfur llen¨® los noticiarios mundiales hace dos d¨¦cadas, con profusi¨®n de im¨¢genes de los yanyauid, llamados diablos a caballo por la poblaci¨®n, y de civiles sudaneses muertos o bien huyendo de sus hogares. El tiempo pasado ha diluido en parte la memoria colectiva sobre lo ocurrido, pero el actual proceso muestra que la lentitud de la justicia internacional no merma su eficacia. Supone tambi¨¦n una se?al de alerta para los responsables de las atrocidades cometidas ahora en la guerra en Ucrania: pueden ser juzgados por esta misma corte, aunque lleve tiempo lograrlo.
Al¨ª Kushayb, de 72 a?os, se entreg¨® en junio de 2020 a las autoridades de la Rep¨²blica Centroafricana. Luego fue trasladado a Pa¨ªses Bajos, sede del TPI. Los cargos en su contra incluyen persecuci¨®n, asesinato, violaci¨®n, tortura, saqueo y actos inhumanos y contra la dignidad. La fiscal¨ªa sostiene que fue un l¨ªder miliciano con autoridad, y se?ala que los hechos en los que particip¨® causaron centenares de muertos. La acusaci¨®n en su contra es tambi¨¦n por responsabilidad directa, y se le considera sospechoso de haber llevado a cabo labores de contrainsurgencia a las ¨®rdenes del Gobierno sudan¨¦s. ?l niega los cargos, se ha declarado no culpable, y dice que no es Al¨ª Kushayb y tampoco lider¨® a los yanyauid.
El caso relativo a Darfur fue remitido en 2005 al TPI por el Consejo de Seguridad de la ONU para su investigaci¨®n, y Karim Kahn, fiscal jefe del tribunal, ha recordado que Rusia vot¨® entonces a favor. En su alegato, Kahn ha aprovechado todos los recursos a su alcance para subrayar lo hist¨®rico del momento. Ha dicho que las v¨ªctimas sudanesas ¡°han estado ayunos de justicia¡±. Se ha apoyado en v¨ªdeos filmados en la regi¨®n por medios internacionales para se?alar que se eliminaba o vejaba ¡°a los mayores, depositarios de la dignidad en sus comunidades¡±. Ha explicado la selecci¨®n de ni?as y mujeres, que eran violadas. ¡°Es un crimen en cualquier lugar y puede acarrear graves consecuencias para el futuro de las v¨ªctimas: dejan de ser valiosas en su entorno¡±. Ha recordado que los menores arrastran los efectos de la violencia toda la vida, y ha mencionado ¡°el extra?o regocijo del acusado ante su reputaci¨®n como un jefe implacable¡±.
El expresidente sudan¨¦s, Omar Al Bashir, depuesto en 2019 tras 30 a?os en el poder, cumple condena en su pa¨ªs por corrupci¨®n. Las dificultades para que el TPI pueda juzgarle se han traducido en cr¨ªticas a esta corte a lo largo de los a?os. Por su parte, el proceso contra Al¨ª Kushayb llega en un momento de rebrote de la violencia en Darfur. A escala nacional, Sud¨¢n est¨¢ inmerso en una crisis desde que un golpe militar desbaratase en 2021 la transici¨®n hacia la democracia. Dicho proceso se hab¨ªa iniciado en 2019 de la mano de un gabinete de dif¨ªcil cohabitaci¨®n entre civiles y militares.
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