La Corte Penal Internacional formula las primeras acusaciones por la masacre de Darfur
Cargos de 51 cr¨ªmenes de guerra contra un ministro de Sud¨¢n y un guerrillero progubernamental
Un pol¨ªtico sudan¨¦s en el poder y un miliciano se han convertido en los dos primeros acusados por la Corte Penal Internacional (CPI) de 51 cargos de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la regi¨®n sudanesa de Darfur entre 2003 y 2004. El primero, Ahmed Harun, fue viceministro de Interior y ostenta hoy el cargo de ministro de Pol¨ªtica Humanitaria en el Gobierno de Jartum. El otro es Al¨ª Mohamed Al¨ª Andel Rahman, alias Al¨ª Kushayb, uno de los l¨ªderes de la milicia progubernamental isl¨¢mica yanyauid. El Gobierno sudan¨¦s asegura que la Corte no es competente para juzgarlos.
Seg¨²n el fiscal jefe de la CPI, Luis Moreno Ocampo, "ambos colaboraron para atacar a la poblaci¨®n civil" en un conflicto que se ha cobrado 200.000 muertos y supera los dos millones de refugiados. Los jueces de la Corte decidir¨¢n si ratifican los cargos y empieza el juicio formal.
La decisi¨®n judicial puede tardar semanas en llegar, pero el Gobierno de Sud¨¢n ha preferido no esperar y ayer mismo rechaz¨® los cargos asegurando que los acusados no est¨¢n involucrados en los cr¨ªmenes descritos.
Es m¨¢s, seg¨²n recalc¨® Mohamed Al¨ª al-Mardi, ministro de Justicia, "todas las pruebas recabadas por la CPI, que carece de jurisdicci¨®n para juzgarles, son mentiras vertidas por individuos que luchan contra el Estado y la poblaci¨®n. No pensamos entregarlos". Efectuada poco despu¨¦s de la comparecencia formal de Moreno Ocampo, esta declaraci¨®n representa un reto que el fiscal espera contrarrestar de dos maneras. Por un lado, con la advertencia de que "los responsables de estos cr¨ªmenes no quedar¨¢n impunes". La otra baza del jurista es un extenso sumario de 94 p¨¢ginas, con numerosos ejemplos de la participaci¨®n de los acusados en el reclutamiento y comisi¨®n de atrocidades.
"Tenemos declaraciones de testigos que aseguran haberle o¨ªdo decir a Ahmed Harun que le hab¨ªa sido otorgado todo el poder y autoridad para matar o perdonar a cualquiera, en la b¨²squeda de paz y seguridad", dijo el fiscal.
En su calidad de viceministro de Interior durante el periodo investigado, Harun habr¨ªa financiado "sin l¨ªmite y sin hacer p¨²blicas las cuentas a la milicia yanyauid, adem¨¢s de haberle servido en persona armas y municiones".
En cuanto al comandante de la milicia yanyauid, Al¨ª Kushayb, fue visto "inspeccionando a un grupo de mujeres desnudas antes de que fueran violadas por hombres uniformados". Tambi¨¦n particip¨® en ejecuciones sumarias, "una de ellas saldada con 32 muertos". Los ataques propiciados o protagonizados por ambos y por los milicianos "no iban dirigidos contra los rebeldes, sino contra la poblaci¨®n, aduciendo que ¨¦sta apoyaba a los insurgentes. As¨ª justificaban los asesinatos en masa, ejecuciones sumarias y la violaci¨®n de civiles ajenos a cualquier conflicto armado", se?al¨® Moreno Ocampo. Seg¨²n fuentes oficiales sudanesas, Harun se encuentra en Jordania sometido a una revisi¨®n m¨¦dica, pero regresar¨¢ a Jartum en breve. Al¨ª Kushayb permanece detenido en su pa¨ªs desde el pasado noviembre y est¨¢ siendo investigado por lo ocurrido en la provincia.
Situada al oeste de Sud¨¢n, Darfur significa "tierra de los Fur", una de las comunidades de etnia africana que la pueblan. Durante a?os hubo tensiones por el uso de la tierra entre las tribus ¨¢rabes y n¨®madas y los campesinos de etnia Fur, Massalit y Zagawa.
Para el extranjero que se adentre en Darfur, distinguir a simple vista entre un yanyauid y un sudan¨¦s de etnia africana es complicado. Ambos pueden tener la piel muy negra, aunque el ¨¢rabe la suele tener m¨¢s clara. Pero hay un rasgo inconfundible: la nariz del yanyauid es aguile?a y la de los miembros de las tribus africanas, achatadas.
En 2003 la situaci¨®n se deterior¨®, desembocando en una revuelta -que acab¨® en guerra civil- contra el Gobierno, acusado de discriminar a los africanos negros en favor de los de origen ¨¢rabe. En junio de 2005, la CPI, el primer tribunal de car¨¢cter permanente creado para perseguir el genocidio y los cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, admiti¨® a tr¨¢mite la denuncia de la ONU sobre los presuntos cr¨ªmenes cometidos en la zona.
La CPI cuenta con el respaldo de un centenar de pa¨ªses, pero tiene en contra a Estados Unidos, temeroso de que sus tropas o ciudadanos puedan ser procesados por motivos pol¨ªticos. Con Darfur, de todos modos, Washington se abstuvo de imponer su veto en el Consejo de Seguridad cuando el caso fue remitido a La Haya.
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