La UE prepara ya las medidas para cortar el petr¨®leo ruso
El ataque en Kramatorsk convierte en cada vez m¨¢s insostenible la resistencia de pa¨ªses reacios a incrementar las sanciones energ¨¦ticas
Una vez desbrozado el camino de las primeras sanciones energ¨¦ticas a Rusia, con la aprobaci¨®n oficial este viernes de un embargo total al carb¨®n ruso, la Uni¨®n Europea prepara ya medidas para dar el siguiente paso y cerrar el grifo al petr¨®leo ruso, el verdadero flujo de euros ¡ªjunto con el gas¡ª hacia las arcas del Kremlin. La resistencia de los pa¨ªses reacios a recorrer ese camino, como Hungr¨ªa, Austria o Alemania, resulta cada vez m¨¢s insostenible a la vista de ...
Una vez desbrozado el camino de las primeras sanciones energ¨¦ticas a Rusia, con la aprobaci¨®n oficial este viernes de un embargo total al carb¨®n ruso, la Uni¨®n Europea prepara ya medidas para dar el siguiente paso y cerrar el grifo al petr¨®leo ruso, el verdadero flujo de euros ¡ªjunto con el gas¡ª hacia las arcas del Kremlin. La resistencia de los pa¨ªses reacios a recorrer ese camino, como Hungr¨ªa, Austria o Alemania, resulta cada vez m¨¢s insostenible a la vista de ataques como el de la estaci¨®n de tren de Kramatorsk del viernes. Pero fuentes comunitarias temen que, cuanto m¨¢s se profundice en las sanciones, m¨¢s complejo resulte que los Veintisiete hablen con una sola voz.
El embargo al carb¨®n ruso ha marcado un antes y un despu¨¦s. Su volumen puede resultar simb¨®lico, aunque seg¨²n se?ala una fuente comunitaria, ha sido ¡°una clara se?al pol¨ªtica¡± de la direcci¨®n que va a seguir la UE, en funci¨®n siempre de los acontecimientos en el campo de batalla. Otras fuentes diplom¨¢ticas recuerdan que este ¨²ltimo paquete de sanciones (el quinto) se endureci¨® de la noche a la ma?ana cuando se descubrieron las atrocidades de Bucha: en menos de 48 horas se decidi¨® incluir la primera represalia energ¨¦tica, que parec¨ªa impensable solo unos d¨ªas antes.
La Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n, en sinton¨ªa con el frente ruso y muy dependiente de su combustible, ya ha avisado de que lo pondr¨¢ dif¨ªcil: el petr¨®leo y el gas son gruesas l¨ªneas rojas para Budapest. Alemania, por otro lado, estima que no podr¨¢ desengancharse del crudo ruso antes del final de este a?o. Una posible soluci¨®n sobre la mesa ¨Cseg¨²n una alta fuente comunitaria¨C ser¨ªa explorar un acuerdo pol¨ªtico del que se puedan descabalgar algunos pa¨ªses en funci¨®n de sus necesidades energ¨¦ticas.
En Bruselas se barajan diferentes opciones para dar el zarpazo de un modo limitado, indican fuentes comunitarias. Entre ellas: ir hacia un embargo parcial; establecer un arancel al petr¨®leo ruso, de modo que se encarezca este combustible a la vez que se estimula la b¨²squeda de fuentes alternativas; o incluso crear una especie de fideicomiso en el que ingresar las sumas que paga la UE a Rusia por su combustible, una cuenta a la que el Kremlin no tenga acceso y que ser¨ªa liberada cuando Putin detenga la guerra.
Los ministros de Exteriores de la UE tendr¨¢n la oportunidad de tomarse la temperatura en la reuni¨®n del lunes en la capital comunitaria, seg¨²n anunci¨® el jueves el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. ¡°Creo que se discutir¨¢ el lunes en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores¡±, dijo sobre un embargo al petr¨®leo. ¡°Y, tarde o temprano, espero que pronto, suceder¨¢¡±.
La UE importa petr¨®leo de Rusia por valor de 42.000 millones de euros anuales, 10 veces m¨¢s que el carb¨®n, seg¨²n las cifras del Center For Research on Energy and Clean Air (CREA); esta partida supone el 44% del total de las importaciones energ¨¦ticas de la UE desde Rusia. Pero est¨¢ distribuida de forma muy desigual: en Hungr¨ªa, los flujos de crudo ruso suponen el 59% del total del petr¨®leo consumido; en Finlandia, la dependencia alcanza el 80%; en Alemania, el mayor importador de crudo del Kremlin de la UE, llega al 34%; en Holanda, otro de los principales destinos, supone el 24%, seg¨²n cifras de 2020 de Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la UE. El distinto peso de esta fuente f¨®sil, al final, se refleja en la mir¨ªada de sensibilidades en torno a la mesa.
La presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, fue la primera en avisar de que el debate ya est¨¢ en marcha: al anunciar esta semana las primeras sanciones energ¨¦ticas al carb¨®n, asegur¨® que el Ejecutivo comunitario trabajaba ya en m¨¢s represalias, ¡°incluyendo el petr¨®leo¡±. Al clamor por tocar este recurso se han unido esta semana desde el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al Parlamento Europeo, que ha aprobado una resoluci¨®n reclamando ¡°un embargo total e inmediato de las importaciones rusas de petr¨®leo, carb¨®n, combustible nuclear y gas¡±.
Aunque algunas capitales se resistan o traten de dilatar la discusi¨®n, abordarla se ha vuelto casi inevitable y cala ya la idea de que tarde o temprano se va a tener que cercenar la mayor fuente de ingresos del r¨¦gimen de Vlad¨ªmir Putin, aunque sea de forma gradual o parcial. El modo en que se haga y el momento que se elija para dar el paso ser¨¢n temas centrales a discutir. Y las negociaciones depender¨¢n en buena medida de la evoluci¨®n de la guerra y de las im¨¢genes que vayan llegando desde Ucrania.
El embargo al carb¨®n, por valor de unos 4.000 millones de euros, ha sido acordado gracias al manejo de los tiempos: Alemania, por ejemplo, no se ve¨ªa capaz de eliminar su dependencia antes del final del verano, mientras otros pa¨ªses, como Polonia, reclamaban mayor celeridad. Finalmente, tras dos d¨ªas de intensos debates en Bruselas, las capitales han acordado implementar la medida a lo largo de los pr¨®ximos cuatro meses (120 d¨ªas). Es decir: el 8 de agosto deber¨ªan tener pleno efecto.
Las sanciones suelen tener una vigencia de entre seis y 12 meses, renovables al final de cada periodo. Las impuestas contra Rusia en 2014 tras la anexi¨®n de Crimea se han ido renovando y siguen en vigor. A estas represalias se han ido incorporando las nuevas personas, empresas y sectores sancionados desde el inicio de la guerra el 24 de febrero.
La negociaci¨®n de un embargo al petr¨®leo no va a ser f¨¢cil. La complejidad es t¨¦cnica y pol¨ªtica. Una fuente diplom¨¢tica defiende que cortar el flujo del petr¨®leo podr¨ªa incluso generar un nefasto efecto bumer¨¢n en los mercados mundiales de crudo ¨Cya enormemente tensionados¨C que provocar¨ªa finalmente un empobrecimiento para la UE y un enriquecimiento para Rusia: al cerrar el grifo al petr¨®leo ruso, la distorsi¨®n aupar¨ªa los precios globales; Mosc¨² podr¨ªa acabar colocando su petr¨®leo en otros lugares, como la India (a un precio m¨¢s elevado) y la UE, que tendr¨ªa que importar desde nuevos pa¨ªses, acabar¨ªa pagando m¨¢s.
Y queda por saber, adem¨¢s, c¨®mo reaccionar¨ªa Mosc¨², que podr¨ªa responder al embargo al petr¨®leo con un cierre de sus gasoductos, que proporcionan un 40% de las importaciones de este combustible a la UE. Rusia ya ha blandido esta amenaza en los albores de la invasi¨®n, cuando Berl¨ªn decidi¨® dejar en suspenso la aprobaci¨®n del gasoducto Nord Stream 2. Y el Kremlin se ve cada vez m¨¢s acorralado por las sanciones. El jueves, el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medv¨¦dev, las calific¨® ¡°como un acto de agresi¨®n contra Rusia y una forma de guerra h¨ªbrida¡±.
La Comisi¨®n, desde el principio, ha defendido un mantra: las sanciones no pueden generar m¨¢s da?o en el bloque comunitario del que provocan a Rusia. Para tratar de esquivar el golpe de los precios, Washington, que decidi¨® prohibir las importaciones de petr¨®leo y gas rusos hace ya m¨¢s de un mes (la aportaci¨®n de estos combustibles es residual en Estados Unidos), anunci¨® a finales de marzo que pretende liberar 180 millones de barriles de petr¨®leo de sus reservas para reducir los precios.
A su llamamiento se ha sumado la Organizaci¨®n Internacional de la Energ¨ªa, que alcanz¨® un acuerdo la semana pasada para inundar los mercados mundiales con 120 millones de barriles de sus reservas, una iniciativa sin precedentes en la historia del organismo (la mitad del crudo ser¨¢ aportada por Estados Unidos).
Una alta fuente comunitaria asegura que para animar a dar el paso puede resultar clave, adem¨¢s, alcanzar un pacto nuclear con Ir¨¢n. Aunque ambas discusiones no est¨¢n vinculadas, en Bruselas, a menudo, los debates se acaban trenzando. Desde que en 2018 el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tir¨® a la basura el acuerdo nuclear alcanzado en 2015, la UE ha estado tratando de arrancar un nuevo compromiso. De lograrse, los Veintisiete podr¨ªan contar con el crudo de Teher¨¢n para sustituir parte del ruso. Pero esta hip¨®tesis resulta hoy lejana: Mosc¨² es una de las partes que han de sellar el pacto; y Washington, otra de las firmas, a¨²n ha de transigir con sacar de su lista negra de grupos terroristas la Guardia Revolucionaria de Ir¨¢n, un punto esencial que reclama Teher¨¢n, seg¨²n indica esta fuente comunitaria.
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