Los avances nucleares de Ir¨¢n a?aden urgencia a sus negociaciones con EE UU
La falta de progresos tangibles en las conversaciones indirectas entre los viejos enemigos hace temer que se pierda el tren de la diplomacia
Despu¨¦s de ocho rondas negociadoras, Ir¨¢n y Estados Unidos han acabado 2021 sin haber sido capaces de reactivar el acuerdo que puso coto al programa nuclear iran¨ª. Las posturas de ambos est¨¢n tan distantes que ni siquiera se sientan a la misma mesa en Viena (Austria), donde se celebran las conversaciones con la mediaci¨®n de la UE y los otros pa¨ªses firmantes del pacto abandonado por la Administraci¨®n de Donald Trump hace tres a?os. Numerosos analistas alertan de que no hay alternativa a la v¨ªa diplom¨¢tica porque recurrir a la acci¨®n militar ser¨ªa un desastre para ambos. El problema es que el tiempo apremia.
Al poco de iniciarse la octava ronda el pasado lunes, el ministro iran¨ª de Exteriores, Hossein Amirabdollahian, dio a entender que se estaba avanzando. ¡°Las conversaciones de Viena van en la buena direcci¨®n¡±, declar¨® a los periodistas antes de manifestar que el acuerdo depend¨ªa de la ¡°buena fe¡± de la otra parte. Sin embargo, el negociador estadounidense, Rob Malley, ha asegurado que apenas quedan ¡°unas semanas¡± para avivar el acuerdo si Ir¨¢n contin¨²a con su actual ritmo de actividades nucleares.
No est¨¢ claro si el tono positivo de Amirabdollahian busca evitar que se responsabilice a Ir¨¢n de una eventual ruptura del di¨¢logo, o intenta enviar una se?al de mayor flexibilidad ante la impaciencia de estadounidenses y europeos. Para estos, el desarrollo del programa iran¨ª amenaza con dejar sin sentido el Plan Integral de Acci¨®n Conjunta (PIAC), el nombre oficial del pacto, que Joe Biden ha tratado de recuperar desde que lleg¨® a la Casa Blanca en enero de 2021.
El progreso logrado en la primera mitad del a?o pasado qued¨® interrumpido con la elecci¨®n del ultraconservador Ebrahim Rais¨ª como presidente de Ir¨¢n. La formaci¨®n de un nuevo equipo negociador retras¨® la vuelta a Viena hasta finales de noviembre. Desde entonces, los avances han sido imperceptibles, algo que tanto los funcionarios estadounidenses como europeos atribuyen a que el nuevo Gobierno ha rechazado los compromisos alcanzados por su predecesor, Hasan Rohan¨ª.
La periodista iranoestadounidense Negar Mortazavi, autora de un podcast titulado Ir¨¢n, admite que los nuevos gobernantes iran¨ªes tienen ¡°una postura m¨¢s dura hacia Occidente, especialmente Estados Unidos, y tambi¨¦n respecto a las negociaciones nucleares¡±. Para los conservadores, la decisi¨®n de Trump confirm¨® su recelo hacia cualquier compromiso con aquel pa¨ªs. Aun as¨ª, defiende que ¡°quieren un acuerdo, y prefieren el PIAC [a otra alternativa], porque traer¨¢ alivio de las sanciones, la econom¨ªa iran¨ª est¨¢ bajo mucha presi¨®n y para mejorarla, no hay otra forma¡±.
El problema es que las posiciones de partida de unos y otros son muy distantes. Teher¨¢n insiste en que se levanten todas las sanciones antes de frenar su actividad nuclear y quiere garant¨ªas de que un futuro presidente de EE UU no volver¨¢ a renegar del pacto. Mientras, Washington, bajo su exigencia de ¡°cumplimiento por cumplimiento¡±, lo que quiere, seg¨²n explica a EL PA?S el analista pol¨ªtico Ali Ahmadi, es que ¡°Ir¨¢n d¨¦ marcha atr¨¢s a los avances tecnol¨®gicos que ha hecho¡± desde que Trump se retir¨® del PIAC e impuso dur¨ªsimas sanciones a Ir¨¢n.
La Rep¨²blica Isl¨¢mica respondi¨® a esa pol¨ªtica de ¡°m¨¢xima presi¨®n¡± acelerando de forma significativa su programa at¨®mico. Su calculado goteo de violaciones ha esquivado hasta ahora la denuncia del resto de los firmantes del PIAC (China, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania y la UE) ante el Consejo de Seguridad de la ONU, pero ha ido vaciando de contenido el acuerdo.
Seg¨²n los ¨²ltimos informes del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) ¡ªencargado de supervisar el cumplimiento t¨¦cnico del acuerdo¡ª, Teher¨¢n regres¨® a la mesa de negociaciones el pasado noviembre con 11 veces m¨¢s de uranio enriquecido de lo permitido. Adem¨¢s, buena parte de ese combustible alcanza hasta el 60% de pureza, un grado muy por encima del 3,67% que le autorizaba el pacto y m¨¢s cerca del 90% que se requiere para un eventual uso militar. El plazo para que Ir¨¢n disponga de suficiente uranio enriquecido para una bomba at¨®mica se ha reducido de un a?o a uno o dos meses.
De ah¨ª el temor de los expertos a que la crisis nuclear que el PIAC trataba de evitar se haga realidad a principios de 2022. Algo distinto es la capacidad o la voluntad de convertir ese material en un arma. El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, ha declarado que no tiene ¡°ninguna informaci¨®n de que Ir¨¢n cuente con un programa de armas nucleares o alguna actividad que lleve a un programa de armas nucleares¡±. Los dirigentes iran¨ªes siempre han negado que sus ambiciones nucleares, que preceden a la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica en 1979, tuvieran objetivo militar.
Mortazavi reconoce que ¡°la brecha es grande¡±, pero estima que ¡°ambas partes son serias sobre querer la diplomacia y alcanzar un acuerdo¡±. En su opini¨®n, la diferencia estriba en que Estados Unidos abandon¨® el acuerdo por completo, mientras que Ir¨¢n ¡°tard¨® un a?o en responder¡± y ¡°no se ha salido del todo¡±. De ah¨ª que considere que, si bien el pacto firmado en 2015 se mantiene ¡°con respiraci¨®n asistida¡±, todav¨ªa no est¨¢ muerto.
La periodista insiste en la necesidad de que ambos hagan concesiones. Pero la desconfianza rec¨ªproca dificulta el primer paso. Tampoco ayuda la imagen distorsionada que cada uno tiene del otro. Estados Unidos sigue esperando que la presi¨®n econ¨®mica fuerce la determinaci¨®n de Teher¨¢n, mientras que los dirigentes iran¨ªes han interpretado la retirada norteamericana de Afganist¨¢n como una prueba de que Washington no tiene est¨®mago para una nueva guerra en Oriente Pr¨®ximo. Ese empecinamiento en imponerse al otro bloquea cualquier salida.
Para Ahmadi, lo que hace que, a pesar de todo, Ir¨¢n y EE UU ¡°sigan negociando es que no hay una alternativa real al PIAC para ninguna de las partes¡±. Mortazavi coincide. ¡°La alternativa a una soluci¨®n diplom¨¢tica ser¨¢ m¨¢s costosa y peligrosa, ya que probablemente incluir¨¢ una escalada militar da?ina tanto para Ir¨¢n como para Estados Unidos, y otros pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo¡±, asegura.
Seg¨²n Ahmadi, Estados Unidos ¡°hace mucho que sabe que los ataques militares solo retrasar¨¢n el programa y, al mismo tiempo, probablemente convenzan a Ir¨¢n de que necesita una disuasi¨®n nuclear y que la pol¨ªtica de m¨¢xima presi¨®n ha fracasado¡±. Por otra parte, Ir¨¢n necesita que se levanten las sanciones para reavivar su econom¨ªa. ¡°Incluso sus lazos con China dependen de que las empresas chinas sepan que no van a ser sancionadas¡±, afirma el analista.
De esa necesidad dice mucho el hecho de que, durante la ¨²ltima ronda de negociaciones, Ir¨¢n pidiera que se le permita vender petr¨®leo en los mercados internacionales. Para obtener el visto bueno de EE UU, tendr¨ªa que parar su programa at¨®mico. No obstante, Ali Fathollah-Nejad, autor de Iran in an Emerging New World Order (Ir¨¢n en un nuevo orden mundial emergente, sin publicar en espa?ol) advierte que ¡°incluso en ese caso, persistir¨¢n las dudas sobre el uso por Teher¨¢n de este dinero del petr¨®leo; muchos temen que lo utilice para alimentar sus controvertidas pol¨ªticas en la regi¨®n y sus estructuras autoritarias dentro del pa¨ªs, en lugar de para beneficio de los iran¨ªes de a pie¡±.
De momento una de las medidas que se han puesto sobre la mesa para acercar posiciones sea un entendimiento para que Ir¨¢n congele su actividad nuclear a los niveles actuales a cambio de algunos beneficios econ¨®micos. Pero sea cual sea el resultado de las negociaciones, la investigaci¨®n y el desarrollo que Teher¨¢n ha obtenido durante los dos ¨²ltimos a?os es irreversible.
Detenciones controvertidas
Coincidiendo con el inicio de la octava ronda de las negociaciones nucleares, la familia de Benjamin Brière, un francés encarcelado en Irán, anunció el pasado lunes que este había iniciado una huelga de hambre para protestar contra sus condiciones de detención. Brière, de 36 años, fue arrestado en un parque natural del norte del país en mayo de 2020 y acusado de espionaje y propaganda contra el régimen iraní por “fotografiar zonas prohibidas”, algo que su familia rechaza.
Al menos una docena de ciudadanos con pasaportes occidentales, la mayoría binacionales, se encuentran detenidos en Irán. Varios grupos internacionales de derechos humanos consideran que se trata de una forma de presión para obtener concesiones. Al hilo de la huelga de hambre de Brière, algunos activistas recuerdan que todos los países democráticos que negocian con Teherán en Viena tienen algún ciudadano en esa situación. Tal es el caso de Nazanin Zaghari-Ratcliffe, Anush Ashuri y Morad Tahbaz (irano-británicos); Nahid Taghavi y Jamshid Sharmahd (irano-alemanes), y los irano-franceses Fariba Adelkhah y Nazak Afshar. Incuso el país anfitrión de las conversaciones, Austria, cuenta con los casos de Kamran Ghaderi y Massud Mossaheb. Pero Irán no reconoce segundas nacionalidades.
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