Ricos al rescate de la Colombia olvidada
Due?os de avionetas privadas comandan operaciones de salvamento en lugares remotos del pa¨ªs
Los ricos al rescate. Guaymaral es un aeropuerto privado de la ¨¦lite colombiana ubicado en el norte de Bogot¨¢. Solo los grandes empresarios y las familias con m¨¢s dinero del pa¨ªs pueden tener sus aviones parqueados all¨ª. La mayor¨ªa descorcha en el aire botellas de champ¨¢n mientras viaja de compras a Miami. Unos cuantos, y de ellos va esta historia, vuelan a lugares remotos, donde apenas llega el Estado, a operar de cataratas a campesinos o llevar gafas a ni?os en aldeas.
Muchos de estos hombres tienen como afici¨®n volar en sus tiempos libres a sus fincas en el campo. Algunos de ellos, como Hans Timcke, de 71 a?os, decidieron que quer¨ªan que su avi¨®n tambi¨¦n pudiera servir a otras personas que lo necesitaran. En Colombia, todav¨ªa hay muchos lugares en donde solo se puede llegar por aire. Las personas que viven en estos territorios no tienen acceso al sistema de salud y muchos nunca han visto a un m¨¦dico. Han sido precisamente pilotos privados como Timcke quienes durante muchos a?os les han acercado a los sanitarios.
Durante toda una vida, Timcke trabaj¨® como piloto comercial de carga. Sin embargo, su afici¨®n por la aviaci¨®n lo llev¨® a comprar una avioneta junto con tres amigos. Un aparato como el que ¨¦l pilota, de tres puestos, hoy tendr¨ªa un coste de 163.000 d¨®lares y una hora de vuelo cuesta 200 d¨®lares.
Al comienzo, los due?os de la avioneta solo la usaban para hacer vuelos privados familiares para disfrutar de una casa rural que ten¨ªan en Villavicencio. A¨²n lo hacen, y de cuando en cuando la avioneta sirve para llevar a la familia a lugares paradis¨ªacos donde no llegan las aerol¨ªneas comerciales. Sin embargo, desde hace 47 a?os, cuando Timcke conoci¨® a los fundadores de la Patrulla A¨¦rea y se uni¨® a ellos, esta sirve tambi¨¦n para muchas m¨¢s cosas.
La patrulla es una organizaci¨®n que lleva m¨¢s de medio siglo volando a los lugares m¨¢s apartados del pa¨ªs para brindar atenci¨®n m¨¦dica gratuita a personas que viven en condiciones de pobreza extrema. ¡°Los due?os de los aviones son los grandes empresarios de este pa¨ªs, y la patrulla es su hobby¡±, explica la directora de la Patrulla, Pamela Estrada.
¡°Nosotros unimos su pasi¨®n de volar y sus ganas de servir. Es su momento de devolverle al pa¨ªs todo lo que les ha dado¡±, afirma Estrada. Para Timcke, llegar a los rincones m¨¢s apartados del territorio colombiano, donde ni siquiera muchas veces llega el Gobierno, ha sido la oportunidad de poder conocer una realidad que solo hab¨ªa visto de cuando en cuando en televisi¨®n, explica por tel¨¦fono desde el aeropuerto de Guaymaral despu¨¦s de un vuelo.
A lo largo de estos a?os, recuerda haber podido ver c¨®mo una enfermedad que en las grandes ciudades se trata en cuesti¨®n de d¨ªas como una hernia puede convertirse en una pesada carga que lastra durante a?os a una persona all¨ª donde no llega el sistema de salud.
¡°Recuerdo mucho un viaje al Pac¨ªfico colombiano en donde el grupo quir¨²rgico hizo operaciones de cataratas a los habitantes de la zona. Me acuerdo de c¨®mo se sorprendieron al recuperar la vista despu¨¦s de muchos a?os de ver el mundo borroso. No se lo cre¨ªan¡±, afirma Timcke, que explica que estos han sido los momentos en los que ¨¦l m¨¢s ha valorado su vida de privilegios.
La Patrulla lleva 55 a?os trabajando en Colombia, pero no siempre se ha dedicado a lo mismo. En 1966 se cre¨® como un grupo de b¨²squeda de aviones perdidos para dar apoyo al aeropuerto de El Dorado, que empezaba a hacer vuelos internacionales. En este momento, tienen 70 pilotos y m¨¢s de 300 sanitarios voluntarios con los que realizan m¨¢s de una docena de brigadas m¨¦dicas al a?o. ¡°Es la flota privada m¨¢s grande de la regi¨®n andina dedicada a labores humanitarias¡±, resalta Estrada.
Las misiones m¨¦dicas que hacen las escogen seg¨²n las necesidades de los municipios que les piden ayuda y los donantes que los apoyan. ¡°Hay empresas como Colm¨¦dica a las que no les importa d¨®nde vamos, pero otras como las empresas petroleras tienen unos pueblos muy definidos adonde quieren ir y ayudar¡±, asegura la directora.
El procedimiento es muy sencillo. Convocan a sus pilotos, llegan al municipio, montan un hospital en cuesti¨®n de horas, atienden a m¨¢s de 800 personas en dos d¨ªas y vuelan de vuelta a Bogot¨¢. Uno de los grandes objetivos de la Patrulla es ayudar a combatir la desnutrici¨®n infantil. Por eso, hacen brigadas especiales enfocadas en pediatr¨ªa y nutrici¨®n en lugares que presentan tasas de mortalidad infantil superiores al promedio nacional, como pueden ser zonas apartadas del Pac¨ªfico colombiano.
La directora del personal sanitario, Lorena Calder¨®n, es la encargada de coordinar a los 300 voluntarios m¨¦dicos que van a las jornadas. ¡°Cada viaje cuesta de media 200 millones de pesos, y gracias a esto hemos podido mejorar la calidad de vida de miles de personas que no tienen centros de salud en su regi¨®n¡±. A lo largo de su historia, la Patrulla ha recibido muchos reconocimientos, entre ellos el Premio del Rey de Espa?a a los Derechos Humanos en 2017.
Al piloto ?lvaro Soto, de 80 a?os, hacer parte de la Patrulla le ha dado la oportunidad de volver a lugares en donde cuando como funcionario del Ministerio de Medioambiente desarroll¨® su trabajo como antrop¨®logo. ¡°Con mi avi¨®n, pudimos comprobar que si uno coge un barco en el Putumayo puede llegar por r¨ªo hasta Buenos Aires, Argentina. Esto nos permiti¨® hacer la expedici¨®n Am¨¦rica que comprob¨® la viabilidad fluvial de Suram¨¦rica¡±. La labor de la patrulla ha dejado una huella profunda en Colombia: ¡°Imag¨ªnate que lleguen 50 m¨¦dicos a un pueblo en donde nunca hab¨ªa pisado ninguno¡±, explica Soto, que se enamor¨® de los aviones desde que mir¨® por primera vez al cielo y vio uno volando.
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