El Brexit acorrala a los unionistas en las elecciones de Irlanda del Norte
Las encuestas predicen una victoria de los republicanos del Sinn F¨¦in, la primera en casi un cuarto de siglo de autonom¨ªa
John, El Carnicero. John, The Butcher. Cualquier cr¨®nica sobre Irlanda del Norte que comience con ese nombre y ese apodo promete avivar el recuerdo de los peores momentos de una regi¨®n devorada por la violencia sectaria. No es el caso. John Morgan, de 65 a?os, tiene los ojos azules, el pelo blanco escrupulosamente peinado, el mandil a rayas pr¨¢cticamente impoluto, y con su amabilidad y sus bromas tiene cautivadas a las dos amigas que han entrado a comprar. ¡°En cuanto cierre me acercar¨¦ a votar. Por lo que me cuentan los clientes, la gente se ha animado, pero de un modo lento. Ten en cuenta que las urnas no cierran hasta las 22 [las 23 en la hora peninsular espa?ola]. Hay tiempo¡±, explica.
John The Butcher es el nombre que puso hace ya unos a?os a su carnicer¨ªa, en el 59 de Falls Road. Es la calle que recorre, desde el centro, el oeste de Belfast. Territorio principal de la poblaci¨®n cat¨®lica y republicana. La de los murales m¨¢s coloridos, con homenajes a los presos y ca¨ªdos de la organizaci¨®n terrorista IRA; a Nelson Mandela; a la Cuba de Fidel Castro; a la lucha del pueblo palestino o la del PKK del Kurdist¨¢n. La que recorren cada d¨ªa exprisioneros nacionalistas reconvertidos en gu¨ªas tur¨ªsticos de un conflicto hist¨®rico. ¡°Si desea informaci¨®n, le recomiendo que reserve con antelaci¨®n una visita¡±, responde uno de ellos, seguido por un grupo de unas 10 personas, al periodista que intenta preguntarle por la jornada electoral.
¡°Esta comunidad ha intentado prosperar en los ¨²ltimos a?os. Ves m¨¢s negocios. Hay m¨¢s vida. Creo que nuestros vecinos unionistas est¨¢n acongojados ante la p¨¦rdida de su identidad, despu¨¦s de tantos a?os en los que ejerc¨ªan un control absoluto en Irlanda del Norte¡±, se explaya John en sus explicaciones. ¡°Esa es la raz¨®n por la que se aferran ahora a la excusa del Protocolo firmado con Bruselas y piden su retirada. Pero no quieren darse cuenta de que es la consecuencia directa del Brexit que votaron¡±.
La historia de Belfast, la de toda Irlanda del Norte, es la historia de dos ciudades. M¨¢s concretamente, de dos calles. Avancemos por Falls Road. Est¨¢ inundada de carteles de la candidata a ministra principal del Sinn F¨¦in, Michele O?Neill, y del candidato al esca?o de Belfast Oeste de la formaci¨®n que un d¨ªa fuera considerada el brazo pol¨ªtico del IRA, Pat Sheehan. Las encuestas anticipan con mucha seguridad que este viernes, cuando comience el escrutinio a primera hora de la ma?ana, ese partido ser¨¢ el m¨¢s votado por primera vez, desde que el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 instaur¨® en la regi¨®n un Gobierno y un Parlamento aut¨®nomos.
De la reunificaci¨®n de Irlanda no se habla en esta campa?a, aunque sea el coraz¨®n doctrinario del Sinn F¨¦in. El pasado de violencia se ha borrado del discurso. Toca se?alar la carest¨ªa de la vida, la inflaci¨®n disparada, los problemas de vivienda o la necesidad de construir un futuro para todos los norirlandeses. Es el discurso que repite a EL PA?S el candidato Sheehan. Exmiembro del IRA Provisional. Un par de d¨¦cadas en la c¨¢rcel por la colocaci¨®n de artefactos explosivos. 55 d¨ªas sin probar bocado, cuando se sum¨® en 1981 a la huelga de hambre de la prisi¨®n de Maze. Liberado gracias a las concesiones magn¨¢nimas de los acuerdos de paz firmados por unionistas y republicanos. Desde 2010 ocupa el esca?o que dej¨® vacante el legendario l¨ªder del Sinn F¨¦in, Gerry Adams.
¡°Cualquier unionista razonable, con dos dedos de frente, sabe que el Protocolo de Irlanda del Norte era la consecuencia clara del Brexit que ellos mismos respaldaron¡±, explica Sheehan a las puertas de un colegio electoral. ¡°Conf¨ªo en que, despu¨¦s de una negociaci¨®n a conciencia, sean capaces de integrarse en el nuevo Gobierno. Esta tierra necesita de la misma estabilidad que necesita el resto del mundo, la que logramos tener durante unos a?os¡±, dice el candidato.
Por el camino de Shankill Road
Las principales formaciones unionistas, especialmente el Partido Unionista Democr¨¢tico (DUP, en sus siglas en ingl¨¦s), se han conjurado para alcanzar dos objetivos que, seg¨²n se?alan las encuestas, est¨¢n lejos de ser las prioridades de una gran parte de la poblaci¨®n norirlandesa. Quieren que Londres desguace el Protocolo firmado con Bruselas, que consideran una traici¨®n que los aleja cada vez m¨¢s del Reino Unido, al establecer una ¡°frontera¡± aduanera en el mar de Irlanda. Y quieren frenar el ascenso del Sinn F¨¦in con un boicot a la formaci¨®n del Ejecutivo aut¨®nomo, como el que mantienen desde el pasado febrero.
El ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha clavado una ¨²ltima estaca al DUP. Veinticuatro horas antes de que acabara la campa?a electoral, admit¨ªa en la cadena ITV que Downing Street ha retirado de su programa de Gobierno, resumido en el discurso de la Reina que se conocer¨¢ la semana que viene, la idea de desmontar unilateralmente las partes m¨¢s pol¨¦micas del protocolo. El anuncio daba alas a los m¨¢s radicales, los del TUV (Voz Unionistas Tradicional), que ped¨ªan a los ciudadanos el respaldo para lanzar un claro mensaje a Londres.
Parad¨®jicamente, la encuesta m¨¢s fiable, la de la empresa LucidTalk, refleja un respaldo al unionismo del 43%, si se suma a todas las formaciones (DUP, 20%; UUP, 14%; TUV, 9%), y solo un 26% al Sinn F¨¦in. Pero el acuerdo de Viernes Santo obliga a dos cosas. El puesto de ministro principal debe ocuparlo el partido m¨¢s votado. El del vice ministro principal, el segundo. Y solo se puede gobernar de modo conjunto. La idea de que, por primera vez en la historia, la candidata republicana ocupe el sill¨®n principal (aunque en la pr¨¢ctica el poder del primero y el segundo sea el mismo) aterra a los unionistas. Y el DUP no ha querido despejar con claridad si estar¨ªa dispuesto a formar gobierno en esas circunstancias.
¡°Si no votas, gobernar¨¢ esta gente¡±, anuncia un mural con fotos de exmiembros del IRA en Shankill Road, la calle que concentra el mayor n¨²mero de poblaci¨®n protestante y probrit¨¢nica. En una ciudad donde los ramalazos de vitalidad y emergente prosperidad econ¨®mica conviven con una pobreza lacerante ¡ªlos viandantes contemplaban indiferentes a un hombre tendido en la acera, frente a un Todo a Cien, mientras dos adolescentes se re¨ªan, tomaban fotos y discut¨ªan si estaba vivo o muerto¡ª, Shankill Road se inclina definitivamente del lado del abandono.
¡°El protocolo ha sido el ¨²ltimo clavo. Nos prometieron que la votaci¨®n del Brexit pondr¨ªa punto final a todo y no ha sido as¨ª. Es el culpable de que todo sea ahora m¨¢s caro¡±, protesta Ian Shanks, el coordinador en el barrio de ACT Initiative. Era una organizaci¨®n surgida al calor de los beneficios de la paz, que pretend¨ªa ofrecer un futuro a los excombatientes de las organizaciones paramilitares unionistas. Ahora ha comprado tambi¨¦n el discurso del DUP. Su candidato, Jeffrey Donaldson, intent¨® culpar al acuerdo con Bruselas de la carest¨ªa actual de los comestibles o de la energ¨ªa. Provoc¨® el escepticismo, cuando no el recochineo, del resto de candidatos, que se?alaron que el problema afecta a toda Europa.
Las urnas dir¨¢n si la comunidad unionista ha decidido hacer un ¨²ltimo intento de que su voz se oiga en Irlanda del Norte. En la jornada electoral, mientras los coches del Sinn F¨¦in recorr¨ªan con sus meg¨¢fonos las zonas cat¨®licas, en Shankill Road no se divisaba ni un altavoz ni un pol¨ªtico. Y los carteles electorales del DUP o del UUP estaban bien altos, en las farolas, para evitar cualquier pintada embarazosa.
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