La dimisi¨®n del ministro principal de Irlanda del Norte tensiona las negociaciones de Londres y Bruselas por el Brexit
El Gobierno aut¨®nomo ordena unilateralmente la suspensi¨®n de controles aduaneros. La dimisi¨®n de Paul Givan pone en peligro la estabilidad pol¨ªtica que surgi¨® despu¨¦s del Acuerdo de Viernes Santo de 1998
El Partido Unionista Democr¨¢tico (DUP, en sus siglas en ingl¨¦s) lleva meses mirando de reojo y con pavor las encuestas. Anuncian que perder¨¢ su posici¨®n de primer partido en Irlanda del Norte en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas de mayo, en favor de los republicanos del Sinn F¨¦in (antiguo brazo pol¨ªtico del IRA, y partidarios de la reunificaci¨®n de la isla). Y hace tiempo tambi¨¦n que el DUP ha se?alado al chivo expiatorio que culpa de todos sus males: el Protocolo de Irlanda, que firmaron Londres y Bruselas para cerrar definitivamente un acuerdo sobre el Brexit. En una acci¨®n concertada para dar un golpe al avispero, el ministro principal del Gobierno aut¨®nomo (cargo equivalente a primer ministro), Paul Givan, ha anunciado este jueves su dimisi¨®n. Y el consejero de Agricultura, Edwin Poots, ha decidido unilateralmente suspender los controles sanitarios de productos ganaderos y agr¨ªcolas procedentes de Gran Breta?a, algo de obligatorio cumplimiento seg¨²n lo acordado entre el Reino Unido y la Uni¨®n Europea.
Ambos pol¨ªticos son unionistas del DUP. Ambos pertenecen a la l¨ªnea dura del partido, que quiere deshacerse del Protocolo de Irlanda antes de que lleguen las elecciones de mayo. Frente a ellos se sit¨²a el presidente de la formaci¨®n, Jeffrey Donaldson, quien quisiera dar una ¨²ltima oportunidad a las negociaciones en curso entre Londres y Bruselas. Despu¨¦s de la dimisi¨®n a mediados de diciembre de David Frost como negociador brit¨¢nico con la UE se abri¨® un cierto margen de esperanza. Tom¨® las riendas de ese negociado Liz Truss, la ministra brit¨¢nica de Exteriores. Y aunque mantuvo en sus declaraciones el tono de dureza de su predecesor, su voluntad de regresar con otra actitud a la mesa de negociaci¨®n relaj¨® una relaci¨®n que a punto hab¨ªa estado de derivar en una guerra comercial entre las dos orillas del canal de la Mancha.
Un portavoz del Gobierno de Johnson ha asegurado este jueves que Downing Street desconoc¨ªa la intenci¨®n del Ejecutivo norirland¨¦s de suspender los controles sanitarios, y que el primer ministro desear¨ªa una soluci¨®n lo m¨¢s pronto posible frente a este nuevo inconveniente.
Truss y su contraparte negociadora, el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Maros Sefcovic, han retomado este jueves sus conversaciones bajo la sombra de la sorprendente decisi¨®n del Gobierno aut¨®nomo irland¨¦s. ¡°Vemos la orden del consejero norirland¨¦s de Agricultura de que cesen los controles sanitarios y fitosanitarios entre Gran Breta?a e Irlanda del Norte como algo de poca ayuda. Crea incertidumbre y falta de previsi¨®n para los ciudadanos y las empresas norirlandesas¡±, ha dicho Sefcovic al t¨¦rmino de una reuni¨®n que buscaba resolver de un modo pr¨¢ctico los problemas creados por el protocolo.
Poots se ha cobijado en un supuesto asesoramiento legal que le permitir¨ªa suspender los controles sanitarios ante los problemas que provocan, pero el resto de partidos norirlandeses le han acusado de estar violando las obligaciones de un tratado internacional con fuerza legal. Y a ¨²ltima hora del jueves ni siquiera estaba claro que su orden se hubiera cumplido en los distintos puertos norirlandeses, porque los altos funcionarios encargados de trasladar la directiva hab¨ªan expresado dudas sobre su legalidad.
La UE no entra en las maniobras pol¨ªticas internas del Gobierno norirland¨¦s, pero s¨ª responde ante una decisi¨®n que choca legalmente con un tratado internacional como es el Protocolo de Irlanda. Firmado como anexo del Acuerdo de Retirada de la UE, el protocolo fue una soluci¨®n compleja y largamente negociada para solucionar el atasco del Brexit. El abandono del Reino Unido supon¨ªa que Irlanda fuera la ¨²nica frontera terrestre de la UE con ese pa¨ªs. Bruselas quer¨ªa proteger a toda costa su preciado Mercado Interior, pero no al precio de volver a partir en dos la isla de Irlanda y poner en peligro la paz alcanzada en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. Aquel pacto estableci¨® la conveniente ficci¨®n de que Irlanda era una ¨²nica isla, y su frontera interna se volvi¨® invisible. Cualquier nueva se?al de control entre las partes, aunque fuera aduanero, pod¨ªa resucitar la violencia sectaria. La soluci¨®n, firmada por Boris Johnson, fue mantener a Irlanda del Norte dentro del espacio aduanero de la UE y trasladar la barrera aduanera al mar de Irlanda.
Desde entonces, todo han sido problemas. La burocracia y aumento de costes y controles aduaneros y sanitarios para el env¨ªo de productos desde Gran Breta?a a Irlanda del Norte desat¨® las protestas de empresas y ciudadanos. Fue la llamada ¡°guerra de las salchichas¡±, cuando desapareci¨® este producto de las estanter¨ªas de supermercados brit¨¢nicos con establecimientos en la regi¨®n. A pesar de la voluntad de Bruselas de buscar soluciones pr¨¢cticas ¡ªredujo hasta un 80% el n¨²mero de obligaciones aduaneras¡ª, Londres y Belfast se alinearon en una posici¨®n extrema. El Gobierno de Johnson ha mantenido en todo momento sobre la mesa la amenaza de invocar el art¨ªculo 16 del protocolo, que permite la suspensi¨®n unilateral de sus disposiciones ¡°ante graves dificultades econ¨®micas, sociales o medioambientales¡±. El aumento de la violencia vand¨¢lica en las calles de Belfast y Londonderry de los ¨²ltimos meses, sobre todo por parte de bandas juveniles unionistas, ha sido la justificaci¨®n esgrimida por el Gobierno de Johnson para replantear un tratado que, sobre todo, irritaba al ala euroesc¨¦ptica del Partido Conservador y dejaba a los pies de los caballos a los unionistas del DUP, porque su electorado ve¨ªa el protocolo como una traici¨®n que los alejaba a¨²n m¨¢s del resto del Reino Unido.
La dimisi¨®n de Givan
Unionistas y republicanos est¨¢n obligados a compartir el poder en las instituciones auton¨®micas de Irlanda del Norte, pero el puesto de ministro principal queda reservado para el partido m¨¢s votado. Hasta ahora ha sido el DUP. El anuncio de dimisi¨®n de Paul Givan implica autom¨¢ticamente el cese de la viceministra principal, Michelle O¡¯Neill, del Sinn F¨¦in. En el plazo de una semana, los dos partidos deber¨¢n ponerse de acuerdo para un nuevo reparto de puestos, o el ministro brit¨¢nico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, estar¨¢ autorizado a adelantar los comicios auton¨®micos, previstos para mayo. El movimiento sorpresa del DUP, en teor¨ªa, no tendr¨ªa por qu¨¦ acelerar el plazo para convocar las urnas, pero su direcci¨®n llevaba meses advirtiendo que reventar¨ªa la estabilidad de las instituciones pol¨ªticas auton¨®micas ¡ªal abandonarlas¡ª si no desaparec¨ªa el Protocolo de Irlanda. La voluntad negociadora expresada por Londres y Bruselas amenazaba con mantener vivo el problema para cuando mayo llegara, y obligar al DUP a competir con ese lastre. ¡°Nuestras instituciones vuelven a estar sometidas a prueba (...) y su delicado equilibrio ha resultado afectado por el acuerdo entre el Reino Unido y la UE que puso en marcha el Protocolo de Irlanda¡±, ha dicho Givan en una comparecencia en un hotel de Belfast, al borde de las l¨¢grimas.
La presidenta del Sinn F¨¦in, Mary Lou McDonald, ha exigido la convocatoria inmediata de elecciones, ¡°ante la ausencia de un Ejecutivo en funcionamiento. Debe quedar claro que las maniobras del DUP tienen sus consecuencias¡±, ha dicho.
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