El autor de la matanza de B¨²falo ten¨ªa planes para cometer otro ataque contra afroamericanos

La investigaci¨®n sobre el tiroteo que este s¨¢bado caus¨® 10 muertos y tres heridos en un supermercado de B¨²falo (Nueva York) se ha convertido dos d¨ªas despu¨¦s en autocr¨ªtica y, sobre todo, en evaluaci¨®n de posibles fallos y errores en el seguimiento policial y de los servicios de salud mental del autor, un joven supremacista blanco de 18 a?os llamado Payton Gendron, cuya intenci¨®n manifiesta fue causar el mayor da?o posible en la comunidad afroamericana donde perpetr¨® su ataque. No hay dudas posibles sobre su motivaci¨®n racista; s¨ª muchas preguntas sin respuesta f¨¢cil sobre lo que sucedi¨® despu¨¦s de que el joven fuera evaluado psiqui¨¢tricamente en junio pasado tras proferir amenazas contra su instituto, y de que ese primer encontronazo con la polic¨ªa fuese preterido.

Tras recibir el alta hospitalaria, Gendron, que comparecer¨¢ ante el juez el jueves, desapareci¨® del radar de la polic¨ªa y de los servicios de salud mental. Un limbo de un a?o, en el que el joven, calificado de taciturno y poco sociable, casi un paria, por sus compa?eros de clase, dio forma a la matanza del s¨¢bado. Sus planes, que pormenoriz¨® en un documento de 180 p¨¢ginas colgado en internet, inclu¨ªan un segundo ataque a otro supermercado tras sembrar el horror en el de la cadena Tops, uno de los mayores empleadores al norte del Estado de Nueva York, y donde el s¨¢bado los vecinos del barrio, de clase baja y mayor¨ªa afroamericana, hac¨ªan sus compras. ¡°Ten¨ªa planes de seguir conduciendo para disparar a m¨¢s personas negras¡­ posiblemente en otra tienda o ubicaci¨®n¡±, dijo este lunes Joseph Gramaglia, responsable de la polic¨ªa de B¨²falo, a la cadena ABC. Hoy se ha difundido la identidad de las v¨ªctimas, con edades comprendidas entre los 32 y los 86 a?os. Once de las 13 v¨ªctimas eran negros.

Se trata, en suma, de averiguar qu¨¦ se?ales se pasaron por alto, qu¨¦ clamorosas alertas, si las hubo, fueron deso¨ªdas, para determinar qu¨¦ se podr¨ªa haber hecho para detenerlo, adem¨¢s de haberle impedido la compra, legal, del rifle semiautom¨¢tico con que cometi¨® la matanza, pero ese es otro debate pol¨ªticamente inflamable y, por tanto, inoportuno en a?o de elecciones, las de medio mandato, el pr¨®ximo 8 de noviembre, que renovar¨¢n la composici¨®n del Congreso. Por eso, los investigadores escudri?an hasta el ¨²ltimo detalle el comportamiento aparentemente problem¨¢tico del adolescente en el instituto y su actividad online, en foros ultras, que no suscit¨® ninguna atenci¨®n pese a que fue precisamente internet donde su supremacismo blanco se radicaliz¨®.

Uno de los cabos sueltos es la presunta inacci¨®n de la Polic¨ªa de Nueva York por no incoar una orden de protecci¨®n ¡°por riesgo extremo¡± contra Gendron, en virtud de una ley existente en el Estado, tras haber sido notificada por el instituto del atacante de las amenazas proferidas por este. Gendron fue preguntado por sus planes tras graduarse, a lo que respondi¨® ¡°un asesinato o un suicidio¡±, sin especificar, seg¨²n informan varios medios locales. Fue entonces cuando la polic¨ªa local deriv¨® al adolescente a los servicios de salud mental. En virtud de esa ley, denominada de Bandera Roja, al joven se le habr¨ªa impedido comprar legalmente el arma que us¨® en la masacre. Pero el vendedor comprob¨® sus antecedentes, y estaban en blanco.

Mediante esa ley aprobada en 2019, las fuerzas del orden p¨²blico, los familiares o miembros del claustro pueden solicitar una ¡°orden de protecci¨®n ante riesgos extremos¡± que requiere un dictamen del Supremo estatal acerca de la posibilidad de que la persona pueda lastimarse gravemente o herir a otras, informaba este lunes el portal City & State. Gendron se habr¨ªa ufanado de haber burlado la legislaci¨®n de control de armas vigente en el Estado, una de las m¨¢s restrictivas del pa¨ªs.

Los relatos de sus compa?eros de instituto, mientras, describen un¨¢nimemente a un tipo raro, que el primer d¨ªa que las clases se reanudaron despu¨¦s de la pandemia se present¨® en el centro vestido con un traje de protecci¨®n bacteriol¨®gica completo (guantes, calzas y antifaz). Todos los testimonios definen a un chico poco hablador, siempre en los l¨ªmites de la interacci¨®n social. ¡°Un tipo bastante paria¡±, seg¨²n la definici¨®n de uno de ellos, recogida por el diario The New York Times. S¨®lo una compa?era, con la que sol¨ªa ir a la piscina y hablar de sus planes de futuro, de graduarse y progresar en la vida, pinta una imagen m¨¢s amable.

Pero la definici¨®n del car¨¢cter, lejos de resultar concluyente, no explicar¨ªa por s¨ª sola la deriva de Gendron. Tras recibir el alta hospitalaria, se le pierde la pista, pese a su incesante actividad online, y el registro en los archivos de la polic¨ªa local de Conklin, a unos 300 kil¨®metros al sureste de B¨²falo, donde viv¨ªa con sus padres y dos hermanos, cae en el olvido.

A Gendron se le ha aplicado el protocolo antisuicidio en la celda de la c¨¢rcel del condado de Erie donde aguarda la vista. El s¨¢bado, tras rendirse sin oponer resistencia a la polic¨ªa, amag¨® con dispararse a la mand¨ªbula, pero su comparecencia en el tribunal del condado horas despu¨¦s, para la lectura de los cargos, dej¨® ver a un joven imperturbable, incapaz de mostrar la menor emoci¨®n. Tambi¨¦n consciente de las acusaciones de homicidio en primer grado que pesan contra ¨¦l, que podr¨ªan costarle pasar el resto de su vida entre rejas. El acusado se declar¨® no culpable.

Mientras digiere la conmoci¨®n causada por la matanza, B¨²falo, que este martes recibir¨¢ la visita del presidente Joe Biden y su esposa, Jill, recuerda que el racismo que alent¨® el odio de Gendron es, en su caso, un sentimiento arraigado, estructural, sist¨¦mico. Por cuestiones demogr¨¢ficas, con una de las mayores poblaciones afroamericanas del Estado, era un polo de atracci¨®n para un enfermo de supremacismo como Gendron, residente en un condado mayoritariamente blanco. La teor¨ªa del gran reemplazo, que envenen¨® al autor y seg¨²n la cual la poblaci¨®n blanca estadounidense dejar¨¢ de ser mayor¨ªa en favor de otras razas, sobre todo la negra, ha vuelto a convertirse en titular hoy en EE UU, rebasando los l¨ªmites del c¨ªrculo republicano en el que hizo fortuna. Tanto, que la congresista Liz Cheney, oveja negra de los republicanos por sus cr¨ªticas a Donald Trump, urgi¨® hoy a sus correligionarios a rechazar esa ideolog¨ªa. ¡°El liderazgo del Partido Republicano en la C¨¢mara ha permitido el nacionalismo blanco, el supremacismo y el antisemitismo¡±, tuite¨® Cheney. ¡°La historia nos ha ense?ado que lo que comienza con palabras termina en algo mucho peor. Los l¨ªderes del GOP [siglas inglesas del partido] deben renunciar y rechazar estos puntos de vista y a quienes los sostienen¡±.

Una declaraci¨®n, la de Cheney, que seg¨²n algunos analistas puede tener consecuencias en el papel de ¨¢rbitro que Trump ejerce, como fact¨®tum, en las primarias republicanas para los comicios de noviembre, adem¨¢s de dar r¨¦ditos electorales a los dem¨®cratas.

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